Señor Director:

Ciertos parlamentarios de izquierda han objetado la designación del magistrado don Raúl Mera como ministro de la Corte Suprema, basándose, únicamente, en ciertas sentencias que él habría pronunciado y que no son del agrado de aquellos personeros, cuyos conocimientos de Derecho son ignorados en cuanto a su origen.

Hace un par de años, tres ministros de la Corte Suprema —incluido el infrascrito— fueron acusados constitucionalmente de prevaricación, por haber pronunciado fallos que no satisfacían los requerimientos de ciertos sectores políticos de izquierda. Si bien la infame acusación fue rechazada, ahora se la ha visto reeditada en los ataques al magistrado señor Mera, como lo hizo ver en entrevista reciente el expresidente de la Corte Suprema don Urbano Marín.

Al entrevistárseme después del rechazo de la ofensiva acusación —que lamentablemente contó con un utilitarista, aunque minoritario, apoyo doctrinario de un académico— me pregunté si acaso los jueces deberían consultar con determinados partidos políticos antes de pronunciar sus fallos. En las actuales circunstancias, la interrogante de otrora es valedera y debe recibir la misma enfática y avasalladora respuesta que en su tiempo se pronunció, defensora de la independencia y autonomía de los magistrados, valores inmanentes del Estado de Derecho.

Carlos Künsemüller L.
Ministro de la Corte Suprema
Profesor Titular de Derecho Penal
Miembro del Consejo de Dirección de la Asociación Internacional de Derecho Penal (AIDP)