La International Board (IFAB, para su sigla en inglés) aprobó dos modificaciones de manera temporal. Una de ellas huele más a un ajuste económico que a un convencimiento sobre la pureza del Reglamento (que es por lo que debería velar la IFAB):
“Aquellas competiciones que cuenten con árbitros asistentes de video (VAR), podrán prescindir de sus servicios una vez reiniciada la competición, siempre que así lo decida la misma”, reza textualmente la circular número 19 del organismo, compuesto por las cuatro asociaciones británicas y por la FIFA.
Es castellano simple, si una liga no quiere gastar en sueldos para los árbitros especializados, que no los gaste nomás. ¿Y la teórica justicia que garantizaba el VAR? Bueno, eso ya parece no importar.
La otra modificación anunciada es más “futbolística” y, por tanto, merece mayor atención. Se refiere la regla 3 y señala que, en el ítem de las sustituciones, la IFAB autoriza a las competiciones (no obliga) a aumentar de 3 a 5 los cambios en un partido. Y para evitar que ellos interrumpan demasiado el juego, cada uno de los equipos tendrá tres oportunidades durante el encuentro para realizar los reemplazos (aparte de las que podrían materializarse en el entretiempo).
La propuesta parece correcta, en teoría, por un par de razones. Una es que efectivamente el rudo calendario competitivo puede generar cansancio excesivo y, por tanto, aumentar lesiones musculares. Y lo segundo es que, limitando las opciones de cambio, se genera una cortapisa para los entrenadores que gustan de tomar esos instantes para “hacer tiempo”.
Pero también hay quienes han criticado con rudeza esta modificación de la IFAB.
Zbigniew Boniek, ese formidable delantero que actuó en Juventus junto a Michel Platini y figura de la selección polaca en el Mundial de 1982, es hoy el presidente de la federación de su país y, como tal, anunció que en su liga no se tomará esta “recomendación”. Sus argumentos no dejan de ser sólidos: Boniek dice ese cambio solo obedece a presiones externas, que es “puro populismo”. Que, en el fútbol, como en cualquier deporte, un componente esencial es la capacidad atlética de los jugadores. Que deben prevalecer los que tienen mayor capacidad para sobreponerse a situaciones complicadas como clima, temperatura y, por cierto, cantidad de partidos. Puede uno no estar de acuerdo con esta sentencia, pero no es ilógico lo que plantea Boniek.
Hubo otras críticas. Aparte de la realizada por el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, quien se sintió ofendido por no haber sido consultado por la determinación; el DT de Boca Juniors, Miguel Ángel Russo, fue crítico de la medida porque, dijo, la cantidad excesiva de cambios en un partido tiende a “desnaturalizarlo”.
No es mala la reflexión.
En cualquier caso, con sus anuncios, la IFAB ha logrado lo que se veía difícil: discutir sobre un tema futbolístico. Bien por eso.