Es en una red social donde un hincha hace la pregunta que suena inocente: “¿Qué interés podrían tener los jugadores de Colo Colo para perjudicar a Mario Salas? ¿Quién se beneficiaría con su salida del club?”.
Es una pregunta de difícil respuesta porque, en primer lugar, no se puede probar si efectivamente sus jugadores, o algunos de ellos, le hicieron la cama al “Comandante”. Es solo una idea, una apreciación, una sospecha. Alguna confesión muy reservada, hechos muy notorios, la sensación de un afectado, en fin, distintas razones a través del tiempo han permitido que esa acción tan doméstica haya llegado a formar parte del lenguaje futbolero.
Las sospechas se producen en distintas circunstancias. La principal es el desgano que se puede advertir en los profesionales y que fue tan claro en el caso de la banda gringa Maroon 5 en el Festival de Viña. Fue patente su falta de entusiasmo. ¿Qué ganaron con ello? Nada. Al contrario, perdieron, pues su bajo desempeño alcanzó a páginas especializadas de su propio país. Y han debido ofrecer disculpas más de una vez.
Otra forma de alentar sospechas es la comisión de excesivos errores. El público, ante muchos goles perdidos en oportunidades inmejorables o errores defensivos infantiles, puede creer que “son muy malos” o “están yendo para atrás”. Usted puede elegir, con el riesgo de ser injusto o parecer incauto.
Ahora, la pregunta del comienzo no es del todo inocente, pues según la academia “hacer la cama” es “actuar a espaldas de una persona de forma de conseguir que esta caiga en desgracia y conseguir una ventaja personal con el cambio de situación”. Pero en el caso del fútbol no aparece con claridad quién se beneficie. Podría ser para favorecer la llegada de un determinado técnico o para asegurar la titularidad de un postergado por el actual. Vaya uno a saber. Pero en el caso del “Cacique” la cosa no va por ahí, pues no hubo un indiscutido para ocupar la banca vacía, peor aún: antes que una banca parece una sartén al rojo vivo. Entonces, ¿para qué le iban a hacer la cama?
Pero a veces se trata simplemente de emociones y nada más que de emociones. Del fútbol europeo surgen muchas especulaciones de jugadores que han luchado por la destitución de un entrenador, de frente o solapadamente. Por ahí aparecen los nombres de Johan Cruyff, Diego Maradona, Javier Zanetti y varios más (es cosa de ver Google), aunque en Chile no hay registro de casos por el estilo. Esto, por cierto, no debe sorprender, pues en nuestro país no creemos que sucedan estas cosas. O no creíamos y, en cambio, entendíamos que entre nosotros no existía la corrupción ni el narcotráfico ni la colusión y otras cosas que estamos descubriendo recién. (Y cuando las comenzamos a descubrir se nos empezó a venir abajo el edificio entero).
En fin, ¿pasó algo así en Colo Colo? ¿Fueron “los viejos” los que echaron a Salas, como se insinúa permanentemente? Cuando el “Comandante” usó el filtro, ¿se le pasó alguno?
¿Quién llega a la banca? ¿Importa en un club sin línea?