Esta película pertenece a un género de comedia dramática donde el objeto del estudio es lo masculino, desde la risa al llanto, y la particularidad es que tanto los protagonistas como los directores son dos hombres: Alexandre de la Patellerie y Matthieu Delaporte, que ya dirigieron “El nombre” (2012), y los personajes de su segunda película son un médico meticuloso, introvertido y más bien aburrido, Arthur Dreyfus (Fabrice Luchini), que además como profesor es insoportable; y César Montesiho (Patrick Bruel), un vividor que está más quebrado que nunca y al que le acaban de quitar muebles, departamento y auto.
Son viejos amigos en torno a los 50 años o más, que estuvieron en el colegio por Biarritz, siguieron rumbos distintos y se reencuentran debido a un error y a una confusión clínica, donde César cree que Arthur está enfermo y Arthur sabe que el enfermo es César, pero lo que sigue es idéntico: diagnóstico de cáncer y no más de tres meses por delante.
El acuerdo mutuo, aunque por motivos distintos, es que hay que vivir la vida lo mejor posible en el poco tiempo que resta, y para Arthur y César no hay una lista, como en “Antes de partir” (2007), pero el itinerario contempla juergas, casino, confesiones mutuas, borracheras, baile, sinceridad y hasta un viaje a la India en busca de un gurú.
Hace unos años, otros dos directores franceses, Olivier Nakache y Eric Toledano, fueron los autores de “Amigos intocables” (2011), también con dos protagonistas masculinos, para una historia de solidaridad y amistad entre un millonario tetrapléjico y un migrante senegalés. El par de directores, el pasado octubre en Francia, estrenó “Hors normes” (2019), y ahora los protagonistas fueron dos profesores que enseñan fuera de las normas, interpretados por Vincent Cassel y Reda Kateb.
Esta fórmula, entonces, en torno a lo masculino y su cultura, sentimientos y pensamientos, es un dato de la causa en un tipo de cine francés que seguramente no es el favorito de Cahiers du Cinéma, y algún director puntilloso de la nueva ola se habría sobresaltado bajo la tierra, porque el cine que intentaron combatir hace 60 años goza de una salud que en ningún caso es perfecta, pero sigue bien parado y popular.
La peripecia de Arthur y César pasa por los buenos chistes que en ocasiones alcanzan una agudeza inesperada, pero en paralelo y al mismo tiempo, aparece un humor grueso y sin licuar, y se asoma el melodrama de la cebolla morada y mal picada.
En “Lo mejor está por venir” conviven aciertos con torpezas y hallazgos con vacíos.
Es el camino de la película, lo asume y tampoco hay que alarmarse con el desequilibrio.
Las cosas son así y la receta es ponerle voluntad, porque eso está en la naturaleza de cualquier vieja amistad.
“Le meilleur reste a venir”. Francia-Bélgica, 2019. Directores: Alexandre de la Patellerie y Matthieu Delaporte. Con: Fabrice Luchini, Patrick Bruel, Zineb Triki. 131 minutos. TE+7. En cines.