Señor Director:

El diputado Miguel Crispi señaló que la creación de un seguro único nacional de salud, administrado por el Estado, evitaría la discriminación por ingresos y riesgo, suponiendo con ello mejores coberturas e incluso la libre elección de prestadores públicos o privados. No se detiene el diputado, eso sí, a pensar que la discriminación que acusa nace por la arbitraria asignación de subsidios exclusivamente al sistema público y no a las personas, lo que deja cautivos a los pacientes de los servicios estatales.

En efecto, en Chile ya existe un gran pagador y se denomina Fonasa, servicio que gracias al financiamiento que aportamos los contribuyentes afilia prácticamente al 80% de la población y cuyo gasto per cápita se asimila al que realizan las isapres, pero con una calidad y oportunidad de servicio muy diferente al privado.

Pero nada hace suponer que si Fonasa asegurara al 100% de la población, van a mejorar la calidad y la oportunidad de los servicios de salud ofrecidos. Al menos desde una perspectiva económica, la fusión de ambos presupuestos, descontados los aportes voluntarios en isapres, resultará en una baja del per cápita disponible, pues el Estado deberá hacerse cargo de la salud y del pago de licencias médicas de los sectores de altos ingresos. Pero los más grave es que al final existirá un poder monopsónico tal que transformará a todos —médicos e instituciones de salud— en servidores del Estado, con un predecible efecto en la calidad del servicio y una pérdida en innovación, emprendimiento e inversión como resultado de una expropiación de los recursos privados que hoy se destinan a salud.

En resumen, lo que propone el diputado es la eliminación de un sistema de múltiples seguros para ser reemplazado por un asegurador único estatal. En otros términos, señala que debe ser el Estado el que proporcione un servicio obligatorio y público de salud, contrario a quienes sostenemos que se debe permitir mediante subsidios que más personas puedan elegir libremente y sin restricciones el sistema de salud, público o privado, según sus preferencias.

Rafael Caviedes Duprá