Señor Director:

Hoy en el país se discute la ley de identidad de género en base a un proyecto basado en la ciencia, según lo ha dicho el Presidente Piñera.

La identidad de género es el núcleo del autoconcepto y de la personalidad y es el primer componente que aparece en el desarrollo psicológico y emocional de un niño. Investigaciones que comparan, en la niñez temprana (3 a 5 años), a niños transgénero (identidad de género es distinta al sexo asignado al nacer) con niños cisgénero (identidad de género corresponde al sexo asignado al nacer) muestran que no existen diferencias entre ellos y que la identidad transgénero es una variante natural y sana de la sexualidad humana.

Los trastornos que se han observado en niños transgénero durante su desarrollo (depresión, ansiedad o suicidio) son producto de prejuicios, discriminación y estigmas que pesan sobre ellos, alimentados por la ignorancia. El respaldo científico a los niños transgénero proviene de estudios como los que ha realizado la psicóloga Kristina Olson (Ph.D. de Harvard), directora del Proyecto Trans Youth Project en la Universidad de Washington. Los hallazgos de Olson son usados por pediatras y psicólogos en EE.UU. para orientar a familias de niños transgénero. El proyecto que dirige Olson acaba de ser premiado con un millón de dólares para su ampliación a un horizonte de 20 años de seguimiento ("El Mercurio", viernes 13 de abril).

Existiendo hoy el conocimiento para identificar tempranamente a los menores trans y poder generarles apoyo familiar y social oportuno para el desarrollo pleno de su propia identidad, no es claro cuál es el fundamento científico para que el proyecto enviado por el Gobierno no permita el cambio registral a niños trans menores de 14 años y los someta a la peor discriminación, la discriminación legal.

Claudio Ibáñez S.
Psicólogo