J.J. Abrams, director, productor, demuestra que el reflote de "Star Trek" o "Viaje a las estrellas" es la tendencia en la crisis que vive este Hollywood sin ideas. Es una fortuna que este revival, que comienza de nuevo con los personajes de la saga de los años 60 creada por Gene Rodenberry, no sea un fracaso: todo lo contrario. Esta secuela de la cinta de 2009 es quizás un poco menos espectacular, pero demuestra su solidez con su formato de matiné más sofisticada y estilizada. Es comida rápida, sí, pero hecha con cariño y en eso Abrams es cuidadoso, en especial en su historia: Chris Pine como el joven Kirk y Zachary Quinto como su oficial vulcano Spock deben evitar un peligro que se cierne sobre la Humanidad y en calidad de detectives usan todo a su favor para salvar el día, incluyendo a un peligroso aliado a cargo de la nueva estrella de moda, el señor Benedict Cumberbatch. "Star Trek en la oscuridad" funciona y es un viaje al espacio superior al promedio, pero en estos días cabe preguntarse ¿qué más puede ofrecer J.J. Abrams que no lo convierta en el mejor clon de Steven Spielberg del mercado? ¿Qué originalidad podemos encontrar en una industria que solo permite la copia de la copia una y otra vez? Por lo menos el Spielberg original, al comienzo de su carrera arriesgó más y pudo (re) inventar el concepto de matiné con ideas propias. porque "E.T." o "Tiburón" o "Indiana Jones" fueron verdaderas revoluciones al lado de las falsificaciones -malas y más o menos- que somos testigos en estos años, ¿Dónde están las ideas? Congeladas, hasta nuevo aviso. Por lo menos hay gente como Abrams que podría llevarlas a cabo si alguien se atreve a sacarlas del letargo.
"Star Trek into Darkness". Aventura. 127 minutos. T.E.