Un total de 201 sentencias en una veintena de materias de Derecho Administrativo resueltas por la Corte Suprema el año pasado —aunque en tres de ellas no hubo fallos durante 2021— fueron analizadas por el Programa de Derecho Administrativo Económico (PDAE) de la Universidad Católica para describir la jurisprudencia del máximo tribunal ante casos idénticos.
Se trata de la
cuarta versión del informe elaborado por el organismo que es dirigido por el profesor Alejandro Vergara, quien recuerda que en la primera investigación, que cubrió desde 2008 a 2018, “mostramos una alta vacilación”; luego, en 2019, “hubo una leve mejoría, quizás una reacción transitoria ante la publicación”, pero en 2020 “hubo un claro retroceso”.
En el actual estudio, afirma, “hay diversas reacciones en cada uno de los temas, modificando ligeramente el escenario jurisprudencial, tendiendo hacia la uniformidad en ciertos temas, pero manteniendo los zigzagueos en casi la mitad”.
“La Corte Suprema ha demostrado que no desea establecer, mediante su sistema de autogobierno institucional, una regla según la cual se regule el zigzagueo. Quizás habría que promoverlo como tarea para la Convención Constitucional, pues pareciera que el actual Pleno no ha percibido que no es precisamente una contribución a la mejoría institucional su falta de reacción ante la continuación de los zigzag en la jurisprudencia de sus propias salas”, dice.
Nuevos temas con estabilidad y mayores vaivenes
A nivel general, plantea la investigación, aunque en la mitad (8) de los temas la jurisprudencia de las salas de la Corte Suprema mantiene criterios dispares, se destaca que dos materias “altamente zigzagueantes en años anteriores, en 2021 encontraron uniformidad”. ¿Cuáles fueron? Funcionarios a honorarios y regularización de derechos consuetudinarios de aguas.
Las materias más zigzagueantes de entre aquellas que mantienen disparidad de criterio fueron plazos fatales —aunque al final del año se uniformó la jurisprudencia—, contratas —se mantiene el comportamiento de años anteriores y se produjeron cuatro zigzagueos durante 2021—, desviación de poder en las desvinculaciones de contratas —en este caso, señala Vergara, “se altera el comportamiento uniforme del año anterior, retomando lamentablemente el zigzagueo de la Sala”— y protección como vía idónea —durante el año pasado hubo tres vaivenes en esta materia, “impresionante mejoría en comparación al año 2020, en que se verificaron 26 zigzagueos”, comenta el autor del estudio—.
Estas últimas tres categorías corresponden todas a asuntos del ámbito laboral.
“Son pocos los ministros que han enmendado su rumbo”
El estudio plantea que entre los magistrados y abogados integrantes de la Corte Suprema persisten muchos vaivenes individuales y otros de la propia Sala, “originados tanto por el cambio de conformación de esta como por cambios de voto de los ministros”.
Vergara plantea así que “son pocos los ministros que han enmendado su rumbo y que dejan de ser zigzagueantes”, lo que da como resultado, asegura, “que el Pleno de la Corte Suprema no ha establecido como estándar seguir los precedentes y no hay sanción alguna a estas actitudes antidemocráticas”.
Acerca de los nuevos magistrados que se han integrado en los últimos meses al máximo tribunal, señala que “zigzaguearon notoriamente este año”, lo que —dice— sería una consecuencia de que “no hay sanción ninguna y lo que hacen los nuevos ministros es seguir el negativo ejemplo de varios ministros más antiguos”.
Y añade que “mientras no cambien las conductas personales de los jueces o la propia Corte Suprema, como tribunal Pleno, no emita una declaración o auto acordado al respecto, seguramente los ciudadanos tendrán que seguir soportando el quebranto a la igualdad ante la ley de manos de quienes se espera una administración de justicia igualitaria”.
“Uno esperaría una actitud de autocrítica de parte de los jueces, pero ello no ha sucedido ni de manera individual ni institucionalmente. Al revés, se han intentando excusas basadas en que nuestra jurisprudencia seguiría un sistema
sui generis del que ellos llaman caso a caso, en contraste con el sistema anglosajón y de buena parte de las cortes de Occidente; en otras palabras, se sugiere que los chilenos no debemos esperar una jurisprudencia de precedentes y tenemos que sacrificar la garantía de la igualdad ante la ley, pues es más poderoso el arbitrio del juez, de zigzaguear cuantas veces desee, en casos idénticos”.
No obstante, Vergara nuevamente destaca a la ministra Gloria Ana Chevesich, “que en todas las sentencias analizadas desde el inicio del estudio, en ninguna ocasión ha variado sus votos en casos idénticos”. También se refiere al ministro Sergio Muñoz, quien “tiene una conducta usualmente muy lineal y consistente, sin perjuicio de que paralelamente zigzaguea levemente en algunos temas”.