I.A.M.
“Yo, hasta el 17 de diciembre, estaba en una zona de confort. Para mí era fácil en la mañana ir a la universidad, en la tarde volver a mi casa, almorzar allí y quedarme el resto del día haciendo informes y otras cosas, podrán imaginarse ustedes, mucho menos estresantes que lo que tengo que hacer ahora”.
Así ilustró el Contralor General de la República Jorge Bermúdez la “nueva etapa” que marcará su liderazgo en la institución, en su discurso de inauguración de la sala que homenajea a sus 16 predecesores, ante unos 50 funcionarios.
Este lunes en la mañana se abrió a la comunidad una antesala que colinda con el despacho del Contralor, la oficina de audiencias y la de Secretaría. Se trata de una pared donde se han dispuesto los retratos pintados de todos los contralores de Chile. Al lado derecho de los cuadros se encuentra una placa, donde aparecen los nombres de cada uno de ellos y los periodos en que ejercieron el cargo, además de la publicación en el Diario Oficial de cuando se creó la Contraloría General de la República.
Fue una iniciativa de Bermúdez, como una de las primeras obras para darle relieve a la importancia de la institución en el país. “Este edificio es obra del empuje de un contralor: Humberto Mewes (ejerció entre 1946 y 1952). La función de auditoría y el carácter tan relevante que tiene se lo debemos en buena parte a Arturo Aylwin (1997-2002). Y el edificio tan moderno que conocemos hoy es un esfuerzo titánico de mi predecesor Ramiro Mendoza (2007-2015), a quien no puedo dejar de reconocer”, dijo Bermúdez en su discurso.
Dijo haber estado “muy sorprendido” con el nivel que tiene la Contraloría. “Cuando uno está afuera, no se da cuenta, pero he visto un gran nivel de sus funcionarios, administrativos, técnicos y profesionales”, apuntó.
“A veces personas que son muy anónimas tienen un gran nivel y hacen un gran esfuerzo para dar lo mejor de sí. En realidad, podríamos decir que es una manifestación de la impronta que yo quiero que tenga la Contraloría, esa idea que ojalá tuviera el Estado, que es la idea de la austeridad republicana”, subrayó. De hecho, el evento fue cerrado y solamente para los funcionarios internos.
Nuevos desafíos
El Contralor también se refirió al rumbo que quiere darle a su liderazgo en la institución, afirmando que habrá que “avanzar en una reorientación, en un perfilamiento de las funciones de auditoría, y eso va a significar que habrá que incorporar otras metodologías, otras formas de hacer las cosas” para lo cual será necesario “tener la flexibilidad y las ganas” para asumir estos nuevos desafíos.
Con respecto a este tema, especificó que buscará orientar las auditorías no solamente en cuanto al cumplimiento normativo, sino que afirmó que “habrá que avanzar hacia una auditoría que también se centre en la eficacia, en la eficiencia de la actuación y en el buen uso de los recursos públicos, que es para lo que estamos constitucionalmente llamados”.
Entre otras medidas por las que buscará “luchar” este nuevo Contralor está modificar la ley orgánica de la institución y avanzar hacia un nuevo grado de autonomía, “incluso financiera”. “Son todas cosas que vamos a tener que hacer, pero que no se hacen de un día para el otro”, finalizó.

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