Hay un viejo dicho en finanzas: “el mercado escala sobre una muralla de dudas”. Los obstáculos y desafíos económicos son muy explícitos y los podemos ver diariamente en los titulares, mientras que las buenas noticias ocurren de forma paulatina y desapercibida, a través del progreso tecnológico, del aumento de la productividad y del lento pero constante desarrollo económico.
El episodio que enfrentamos producto de la pandemia nos ha llevado a enfocarnos más que nunca en el día a día: qué dice Trump esta tarde, cuántos son los despidos de esta semana en EE.UU. o cuántos casos hubo ayer versus hoy en Italia. Con esa saturación de información dejamos pasar de lado quizás lo más sorprendente de este momento histórico. Por primera vez en la historia de la humanidad, tenemos las condiciones tecnológicas, económicas y sociales para enfrentar coordinadamente un evento de estas características.
Hace sólo 11 años fue absolutamente imposible contener la gripe porcina, la que siendo, hasta donde sabemos, bastante menos peligrosa, cobró la vida de entre 150 mil y 575 mil personas. Si vamos un poco más atrás, hace 63 años la gripe asiática fue responsable de más de 2 millones de muertes a nivel mundial y más de 20 mil en Chile, demorando muchos meses en siquiera identificarla. En el plano económico, hace 12 años fue una tarea titánica generar medidas de política económica para combatir la crisis financiera y éstas no fueron ni de un cuarto de la magnitud de las que se han tomado actualmente sólo en algunas semanas. Más atrás, hace 91 años, la mala respuesta de política económica a la crisis del 29 generó un colapso de la economía mundial.
La reacción coordinada de la humanidad desde el punto de vista tanto sanitario como económico da cuenta del mayor ejercicio de ingeniería social de la historia, considerablemente más impresionante que cualquier conflicto bélico. Es una clara muestra del progreso al que ha llegado la humanidad sólo en algunos años y sienta las bases para el optimismo.
Ciertamente, el progreso no es gratis, habrá sectores y personas más golpeadas, pero la economía no colapsará, la sociedad no se acabará y como humanidad saldremos fortalecidos y llenos de aprendizajes, como ha pasado tantas veces en la historia. Pero no me crean a mí, créanle a los más de mil años de progreso sostenido en la humanidad.
Por lo mismo, si nuestro horizonte de inversiones es de largo plazo, es importante no vender abruptamente nuestras posiciones ni entrar en pánico, los mercados se recuperarán. Los mayores ganadores de estos episodios son quienes mantienen a calma y la templanza.