En los últimos ocho años, el oro y las acciones en minas de oro les han traído a los inversionistas ante todo frustración; y la consecuencia ha sido resignación. No obstante, esto podría cambiar en un futuro no muy lejano.
Desde la cúspide del auge del oro, en el otoño de 2011, su precio en dólares estadounidenses ha caído un 20%. Las acciones en minas de oro han perdido un 60% de su valor, al tiempo que los mercados bursátiles mundiales han duplicado el suyo. Mientras tanto, los inversionistas han capitulado, despidiéndose de las acciones de compañías mineras de oro y del oro mismo.
Los principios básicos del avance del precio del oro (y de las acciones en minas de este metal precioso) en las últimas semanas, pueden explicarse con bastante precisión. Los bancos centrales de todo el mundo parecen haber abandonado toda esperanza de una pronta y sostenida recuperación de la economía global. La abrupta abdicación, por parte de ciertos bancos centrales, de una estrategia de cauto endurecimiento de la política monetaria, comprometiéndose más bien a nuevas reducciones de las tasas de interés y otras "medidas de estímulo", no puede interpretarse de otra manera. Circulan rumores sobre el temor de una recesión. Los inversionistas globales se plantean, entre otras muchas, las siguientes interrogantes: ¿Qué pasará con las rentabilidades de los bonos en los mercados internacionales una vez que los bancos centrales reenciendan sus imprentas de dinero?
¿Tenderán entonces las rentabilidades de los bonos del gobierno alemán a 10 años hacia el -3% y los títulos del Tesoro de EE.UU. a 10 años hacia cero? ¿En qué medida podría seguir perdiéndose la confianza en el sistema monetario internacional? Estas preguntas han reaparecido hace un par de semanas. Y de ello se ha beneficiado sobre todo un activo: el oro.
Por el momento el entorno económico presenta todavía un semblante bastante aceptable. La demanda global de bienes y servicios sigue intacta. Sin embargo, la producción mundial de bienes comienza a debilitarse, lo que también repercutirá en la demanda global en un futuro no tan lejano. Últimamente, el precio del oro ha experimentado un alza vigorosa en términos relativos —esto en un contexto económico casi intacto y sin intervenciones drásticas de los bancos centrales. ¿Qué será del precio del oro en cuanto, al parecer en un futuro inmediato, también la demanda mundial se debilite y los bancos centrales vuelvan a "acelerar al máximo"? El precio del oro se disparará. ¿Cuándo? Parece que no en los próximos meses. Pero probablemente sí, de aquí a uno o dos años. Por lo tanto, quien disponga del recaudo mental para aguardar algún tiempo a que su inversión de frutos, que se abastezca ahora mismo de oro y de acciones en minas de oro.