Una economía que cojea y la amenaza de una guerra comercial inminente. Un mercado de valores marcado por las malas noticias. ¿Es esto hoy China?.
No lo creemos así. Aunque en la Cumbre del G-20 no se llegara a un verdadero deal, China y EE.UU. sí acordaron reanudar sus conversaciones. Desde luego que a China este armisticio le resulta muy oportuno. Pese a ello, reducir China a un conflicto comercial sería algo completamente erróneo. La economía china está sujeta a una "dieta crediticia" tanto prescrita como planificada, con la que se pretende prevenir excesos inminentes y prepararse para el futuro. Se trata de medidas radicales pero necesarias para estabilizar la economía. En este contexto, es natural que los conflictos comerciales "extraordinarios" no sean bien recibidos.
No debe extrañar, así, que falten los incentivos para el optimismo. Analistas y economistas cantan al unísono y corren rumores sobre un posible "aterrizaje forzoso". Se dice que se necesita una nueva "bazuca" monetaria y fiscal que detenga el colapso inminente. Pero quien espera que se tomen tales medidas es porque realmente cree en una escalada de la guerra comercial con el mundo occidental.
No obstante, de las posibles consecuencias económicas está cada vez más consciente hasta el mismo gobierno de EE.UU., pues las desventajas de los aranceles y tarifas ya comienzan a sentirse en este país.
En pocas palabras: no creemos en una guerra comercial. Por lo tanto, no vemos que haya razón para que China despliegue su artillería pesada. Pilares clave de la economía china, como el mercado inmobiliario y la construcción, se mantienen estables. No obstante, el gobierno chino no se ha quedado de brazos cruzados, ya que con medidas puntuales está generando impulsos pequeños pero significativos. Sea mediante desgravaciones fiscales para las PYME o la relajación de fuentes de financiamiento agotadas en especial orientadas al sector privado. ¿Una persistente debilidad económica? ¡Sí! Pero, ¿un colapso?. Definitivamente no.
Sin embargo, este año casi no habido un mercado bursátil más castigado que el chino, lo que ha tenido como resultado una pérdida de hasta un 30% expresado en dólares estadounidenses. Según estimaciones, se espera un menor crecimiento en las utilidades de las empresas chinas y los fondos locales presentan saldos de caja tan elevados como pocas veces se han conocido. Al mismo tiempo que se oyen muchos rumores negativos, se ignoran los buenos. Esto hace que hoy sea un buen momento para darse un gusto pre-navideño con acciones chinas.