Se acaba de iniciar un periodo clave para Hapag-Lloyd, la filial de Vapores. Es que entre noviembre y febrero de 2023, la naviera alemana renegociará cerca del 40% de sus contratos, los que podrían ajustarse a la baja siguiendo la tendencia de lo ocurrido con las tarifas al contado (spot).
No obstante, las tarifas contratadas no registrarán un desplome como las del referente spot. “Será menos pronunciada”, dice Oscar Hasbún, gerente general en Vapores (en la foto).
“Nuestros volúmenes contratados están cerca del 52% del total y de esos, el 80% se va a renegociar entre noviembre y febrero del 2023. O sea, el 40% del volumen debiera sufrir un ajuste si las tarifas al contado se mantienen a estos niveles”, reconoce Hasbún.
Según los datos de la bolsa naviera de Shanghái, el índice de Contenedores de Carga de Shanghái (SCFI) bajó en 136 puntos la semana pasada, hasta los 1.306 enteros. En 2022, así, las tarifas al contado SCFI han caído -73%. Con todo, bajo esta realidad debiese “aumentar la flota de barcos detenida, porque no hay nada más caro que ocupar barcos con poca carga”, dice.
Al mismo tiempo, “no todas las tarifas caen de igual manera, dado que el mercado asiático está enfocado más a bienes de consumo, mientras que las rutas de Chile a Estados Unidos y Europa están enfocadas en cobre, alimentos y celulosa, cuya demanda es más estable”, señala Hasbún.
En cuanto a los factores de la demanda, “los retailers han recuperado sus niveles de inventarios y están a niveles superiores a la pandemia, lo que se traduce en que deban normalizar estos inventarios y retomar así los niveles de importación durante el primer trimestre del 2023”, sostuvo.
Respecto a la oferta, “el libro de órdenes no se ha modificado de manera sustancial, pero sí las nuevas órdenes, que han pasado desde 4,2 millones de TEU a 1,9 millones de TEU. Se han desacelerado fuerte las nuevas órdenes de libro, porque ya los actores tienen una orden de barcos relevante y porque hay incertidumbre sobre el impacto de las normas de emisión”.
La nueva normativa podría tener una cara amable para la firma. Mientras el ejecutivo reconoció que la caída en las tarifas al contado presionaría la renegociación de los contratos entre noviembre y febrero del 2023, explicó que las normas de emisiones ambientales podrían reducir cerca del 10% de la flota de barcos actuales, disminuyendo oferta en el mercado.
“Las normas de emisiones ambientales que empiezan el 2023 tendrían un impacto del 10% sobre la flota global, de manera que al mirar el order book (pedidos de nuevos barcos) que está en 27%, uno ve que no está desajustado estructuralmente para la industria”, dijo Hasbún, subrayando que al 27% del order book "se le restaría el 10% de la flota que sale más el scrapping (desguase de barcos)”.
Detalló que en la normativa que comienza en enero, “todos los barcos estarán calificados desde una ‘A’ que es más eficiente, hasta el ‘E’ que es menos eficiente en términos de emisiones de carbono”, señaló Hasbún. “Cualquier barco que caiga a la categoría ‘E’, va a tener que dentro del año cumplir con los requisitos para pasar de categoría. Los barcos que estén en categoría B necesitarán tres años para volver a niveles de emisión más eficientes".
Para evitar una caída de categorías se puede “desacelerar la rapidez o que se haga scrapping (desguase)”, añadió.