Usted seguramente lo ha escuchado varias veces: que la pandemia del coronavirus aceleró varias tendencias que estaban en desarrollo en el mundo. Ya sea el teletrabajo, el comercio electrónico o la medicina a distancia, los confinamientos y las restricciones a la movilidad agilizaron avances que los expertos esperaban sucedieran en varios años más. Se trata de un cliché que muchos transformaron en estrategias de inversión, y que ya ha empezado a ser asumida incluso por las administradoras de fondos mutuos locales: la creación de vehículos que invierten en tendencias o temáticas específicas de alto potencial de crecimiento.
Hace pocos días, Sura anunció el lanzamiento del portafolio Tendencias Globales. "Su atractivo es que busca dar un acceso simple y diversificado a importantes tendencias”, señaló Renzo Vercelli, gerente general de Sura Corredores de Bolsa. Días antes, había sido el turno de Bice Inversiones, que lanzó el 10 de marzo el fondo Temático Global. “Desafían a aquellas inversiones que apuestan a invertir en una región como un todo”, comenta Daniel Lanyon, subgerente de Inversiones Renta Variable Internacional y Estrategias Balanceadas de Bice Inversiones.
En la gestora Zurich también se sumarán pronto a esta tendencia. Marco Salin, CEO de Zurich Asset Management, adelanta que próximamente lanzarán un nuevo vehículo que se enmarca en tendencias globales como la digitalización, healthcare o cuidado de la salud, robótica, ciberseguridad y también la sustentabilidad. “Son conceptos importantes y que vale la pena encapsularlos dentro de un portafolio”, dice Salin.
Si bien su punto de nacimiento es Europa, los fondos temáticos experimentaron un crecimiento explosivo el año pasado en EE.UU. con la pandemia. Su referencia principal es la ya legendaria Catherine D. Wood, la estratega que transformó a su firma ARK Invest en una de las más populares de Wall Street al crear ETFs, esos fondos cuyas cuotas se pueden comprar y vender en bolsa, especializados en algunas tendencias de moda. Ejemplos son ARK Innovation (ARKK), Genomic Revolution (ARKG), Next Generation Internet (ARKW) y Fintech Innovation (ARKKF).
El modelo de ARK fue replicado por una multiplicidad de gestoras y hoy es una industria que al cierre de febrero gestionaba casi de US$ 400.000 millones, según ETFGI. Esto, repartidos en unos 700 vehículos cuyas propuestas van desde fondos enfocados en la mayor longevidad de la población, la innovación, las energías renovables o las criptomonedas. En los dos primeros meses de este año, los casi 700 fondos que ETFGI clasifica como temáticos habían captado US$ 42.600 millones en inversiones netas, más de tres veces de lo que habían recibido en el mismo período de 2019.
Para muchos, los fondos temáticos son un equivalente a invertir en acciones: una manera de apostar en las tendencias específicas que uno considera serán relevantes en el futuro.
Deborah Fuhr, fundadora de ETFGI, dice que los datos muestran que los fondos temáticos se han convertido en la estrategia de ETF de nicho más popular, superando a los Smart Beta (que invierten de acuerdo con factores como el valor y momentum), los ETF gestionados activamente y los ETF enfocados en ESG, de acuerdo con los principios ambientales, sociales y de gobierno.
FOCO VERSUS DIVERSIFICACIÓN
Una confusión común es mezclar los fondos temáticos con fondos sectoriales, que estuvieron de moda en la primera década de este siglo. Mientras estos se enfocan en empresas específicas de una industria, como podría ser las desarrolladoras de infraestructura, el temático de esta área podría invertir en todas las compañías que se benefician de su desarrollo, como cemento, energía, acero o cobre.
“Los temáticos son fondos que aportan diversificación, porque se enfocan en nuevas tendencias, o estrategias específicas que no se relacionan tanto con el desempeño del mercado”, dice María Luz Muñoz, estratega de inversiones de Nevasa. El atractivo, añade, además de la diversificación, va en relación a la historia que está detrás. “Cuando uno escucha algunas de estas historias te dan ganas de invertir, porque parece muy lógico que el mundo podría girar hacia esas nuevas tendencias. Entonces, además de buscar ingresos, el inversionista quiere participar de algo novedoso”.
Nevasa, por ejemplo, posee el fondo de inversión PRE-IPO Opportunities MVP, instrumento que invierte en compañías que prontamente abrirán en bolsa. “Ha tenido muy buena acogida y rendimientos”, dice Muñoz.
A inicios de año, Santander Asset Management lanzó su propio fondo de inversión, Future Wealth. El vehículo, domiciliado en Luxemburgo, se orienta a tres grandes tendencias: future society, future technology y future planet, que abordan temáticas específicas como la tecnología médica, la robótica, la transición energética y el futuro del transporte.
Si bien hay algunos casos en fondos de inversión públicos y privados con estrategia temáticas operando principalmente como feeder funds o distribuidores de vehículos extranjeros, los fondos mutuos temáticos tienen apenas algunas semanas de vida.
Aunque este tipo de vehículos apuesta a la masividad, los expertos señalan que no son para todos, pues se trata de instrumentos más volátiles y riesgosos que el mercado en general, ya que su retorno se basa únicamente en el rendimiento del sector o sectores en los que están invirtiendo. Además, si bien son apuestas a sectores de alto crecimiento, se trata de estrategias muy específicas que pueden variar mucho incluso entre dos instrumentos que proponen abordar la misma tendencia. Por ello, solo se recomiendan para inversores con alta tolerancia al riesgo y como parte de portafolios más diversificados.
De hecho, eso es algo que buscan abordar los fondos mutuos temáticos locales: invertir en varias estrategias temáticas simultáneamente para diversificar ese riesgo. Por ejemplo, el fondo de Sura lo hará en ámbitos como las energías limpias, comercio electrónico, además de innovación en los sectores financieros y de salud. Entre ellos, acciones, títulos representativos de índices, cuotas de fondos mutuos, cuotas de fondos de inversión, ETFs, expuestos a tendencias o modelos de negocios que sean sustentables, señala el reglamento interno del fondo. El de Bice, por su parte, lo hará en robótica, internet de nueva generación, cambio climático e impacto social.