Después de un año de un crecimiento sorprendente, la industria tecnológica enfrenta un 2021 más inquietante.
La pandemia ayudó a que gigantes tecnológicos del mundo como Amazon.com Inc. y Microsoft Corp. llegaran a nuevas alturas en 2020. El desplazamiento hacia las compras en línea y el trabajo a distancia se aceleró a una velocidad que habría sido impensable sin el coronavirus.
Sin embargo, hay señas de que los buenos tiempos tal vez terminen pronto. A fines del año pasado, los gobiernos de EE.UU., China y Europa empezaron a investigar por separado si las grandes empresas tecnológicas (big tech) son demasiado grandes. Se espera que la inspección en Washington continúe en el gobierno de Biden, el que también parece inclinado a seguir con las restricciones de exportación del gobierno de Trump contra las empresas chinas que están reestructurando las cadenas globales de abastecimiento.
Si bien las big tech enfrentan quizás su mayor desafío en años, algunos sectores pueden esperar con gran interés el 2021. Puede que llegue finalmente el mundo de los vehículos eléctricos. El recién asumido Presidente Joe Biden promete hacer de la ciberseguridad una prioridad. Y Washington empezará a distribuir incentivos financieros para ayudar a que las empresas estadounidenses se mantengan por delante de las competidoras chinas.
A continuación, algunos de los temas más importantes de la industria tecnológica este año.
Regulación
La principal preocupación que pende sobre las big tech seguirá siendo la amenaza de los juicios antimonopolio. Pero es probable que los demócratas nuevamente fortalecidos en el Congreso presionen también en pro de más restricciones legislativas.
Para Google de Alphabet Inc. y Facebook Inc. la amenaza antimonopolio ya es muy real. El Departamento de Justicia, la Comisión Federal de Comercio y los fiscales generales de los estados presentaron cinco demandas en contra de estas compañías en una rápida sucesión a fines del año pasado.
La gran interrogante para esas empresas es si el gobierno de Biden optará por expandir las acciones federales, seguirá en litigio con ellas o quizás decida llegar a un acuerdo. Ambas compañías parecen interesadas en dejar atrás los casos. Cada una ha negado haber cometido alguna irregularidad.
Igualmente, se están acumulando los juicios por imitación que han presentado partes privadas, lo que ha aumentado los dolores de cabeza.
Para Amazon y Apple Inc., la gran preocupación es si las investigaciones preliminares de las autoridades reguladoras federales van a llevar a nuevos juicios en contra de ellas.
Más allá de la actual serie de investigaciones y juicios, las compañías tecnológicas también tienen que preocuparse de que el Congreso apruebe la legislación para reforzar las leyes antimonopolio que ya existen. Según la interpretación de las cortes, las actuales leyes antimonopolio se enfocan principalmente en los impactos de las prácticas empresariales sobre los precios al consumidor. Eso puede hacer que sea difícil la aplicación de la ley contra los servicios de redes sociales y de búsqueda en gran medida gratuitos.
Después de los últimos días turbulentos del gobierno de Trump, los demócratas del Congreso podrían presionar a las compañías de redes sociales como Facebook y Twitter Inc. para que adopten medidas más severas contra la desinformación y el discurso de odio. Algunos demócratas sugirieron lo mismo después del ataque al Capitolio, pero nadie ha ofrecido aún una propuesta clara de política.
También se podrían considerar las nuevas normas de privacidad y los estándares de responsabilidad más estrictos.
¿Las big tech se volverán más grandes?
La dependencia de las grandes compañías tecnológicas se disparó en 2020 a medida que los estadounidenses y las empresas en confinamiento recurrían a la compra en línea, a los servicios de computación en la nube y software, y a sus dispositivos inteligentes y al streaming de video. Algunas compañías más pequeñas que se crearon para un mundo en pandemia también tuvieron un crecimiento vertiginoso, y entre ellas la compañía de videoconferencia Zoom Video Communications Inc. lideró el grupo.
El hecho de que los servicios de tecnología se hayan arraigado en la vida cotidiana ha dejado a la industria lista para un éxito continuado este año, predicen los analistas. Segmentos como el comercio electrónico, el que según algunas estimaciones creció en cerca del 50% en 2020, seguirán beneficiándose con el cambio en los hábitos del consumidor debido a la pandemia. Y mientras las oficinas y los espacios públicos se vuelven más accesibles con el despliegue de vacunas contra el coronavirus, se espera que la adopción corporativa del trabajo a distancia proporcione una demanda sostenida por las plataformas que ayudaron a las personas a mantenerse conectadas.
“Sabíamos que la tecnología era importante para nosotros, pero había un cierto nivel de negación en qué tan importante era”, dice Gene Munster, socio administrativo en la compañía de inversión y estudios Loup Ventures. “La pandemia nos ha llevado a un punto en el que estamos adoptándola por completo”.
Sin embargo, las gigantes tecnológicas enfrentarán la ley de las grandes cifras en 2021. Las ganancias récord el año pasado significan una amenaza de desaceleración, en especial para las empresas que tuvieron un crecimiento de varios años en varios meses debido a la pandemia. A medida que el crecimiento en algunos segmentos de negocios se vuelva más lento, analistas esperan que las principales compañías tecnológicas redoblen el streaming de video y otros servicios que se espera que tengan un futuro brillante.
“Tendrán que dar de comer a los animales de crecimiento”, comenta Munster al referirse a Amazon, Apple y otras que han entrado al streaming y a otros mercados nuevos en los últimos años.
Vehículos eléctricos
Este año será fundamental para el mercado de autos eléctricos.
Tesla Inc., ahora la compañía automotriz más valiosa del mundo, planea abrir dos nuevas plantas de montaje, en EE.UU. y Alemania, y entrar al lucrativo mercado de las furgonetas con el Cybertruck totalmente eléctrico, que saldrá a fines de 2021 o principios de 2022. Los fabricantes de automóviles tradicionales como Volkswagen AG, General Motors Co. y Hyundai Motor Co. también planean presentar nuevos modelos eléctricos que apuntarán a atraer a un público masivo.
“Esta es la punta de la lanza”, indica Scott Keogh, jefe ejecutivo de la división de Volkswagen en EE.UU., cuyo crossover eléctrico ID.4 llega a las concesionarias estadounidenses en marzo.
Además, una muy esperada ola de lanzamientos en 2021 por parte de empresas emergentes de vehículos eléctricos como Rivian Automotive LLC y Lucid Motors Inc. ofrecerá a los conductores más opciones.
Algunos ejecutivos automotores señalan que una mayor variedad y la nueva competencia ayudarán a aumentar las ventas de vehículos eléctricos, como lo han hecho en China y Europa. Las ventas de modelos a batería crecieron el 9,8% en China el año pasado, y el 89% en Europa hasta noviembre del año pasado, según muestran las cifras de la industria.
Sin embargo, en EE.UU., donde analistas estiman que Tesla vendió aproximadamente cuatro de cada cinco autos eléctricos que se compraron en 2020, las ventas en el año completo de vehículos a batería cayeron el 11% aproximadamente, de acuerdo a datos de LMC Automotive.
Un desafío: la recarga. Estados Unidos actualmente tiene alrededor de 96 mil cargadores públicos para vehículos eléctricos, de acuerdo a datos de gobierno, una fracción de lo que se necesita, según analistas, para respaldar un crecimiento mayor.
No obstante, 2021 podría traer un nuevo impulso para resolver ese problema. Durante la campaña, el hoy Presidente Joe Biden prometió construir 500 mil nuevos cargadores públicos en el país hasta 2030.
Ciberseguridad
El enorme hackeo de entidades federales que se descubrió el mes pasado dejó al descubierto los agujeros en las ciberdefensas del gobierno. Después de la violación, la que autoridades sostienen fue obra de Rusia, el entonces Presidente electo manifestó que la ciberseguridad sería una prioridad en cada nivel de gobierno.
Diane Rinaldo, quien se desempeñó de 2018 a 2019 como alta administradora de una de las entidades que fueron hackeadas, la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información, señala que el Congreso puede partir con un simple paso: asignar fondos. Si bien el nombre de la institución que dirigía sugiere superioridad tecnológica, su personal luchaba con una infraestructura computacional de décadas (que llamaban sneakernet), que requería que ellos insertaran memorias USB y luego llevaran físicamente datos de una computadora a otra para respaldar los correos electrónicos, entre otras cosas, explica.
Sneakernet era un símbolo de la infraestructura computacional anticuada de Washington. “Es muy simple: necesitamos dinero”, asevera Rinaldo, republicana. “Los sistemas se tienen que actualizar”.
Más allá del gobierno, el principal desafío de ciberseguridad de 2021 es el mismo que había el año pasado: los ataques de ransomware, indica Eric Chien, director técnico de la unidad de ciberseguridad Symantec de Broadcom Inc. Nada ha cambiado con respecto a eso, y les corresponde a las organizaciones seguir practicando una higiene básica de ciberseguridad para impedir esos ataques.
Lo que es único en 2021 es el modo en que las organizaciones se adaptan a la permanencia de los empleados que trabajan desde casa. Antes de la pandemia, era factible requerir que algunos trabajadores a distancia accedieran a redes corporativas a través de redes privadas virtuales. Ya no es tanto así si toda la fuerza laboral opera desde casa.
“¿Qué pasa si alguien olvida que está en la red de la compañía y está viendo Netflix?”, dice Chien. “Esos son muchos datos”. Y agrega que las organizaciones pueden establecer puertas de seguridad más simples, dejando que los empleados entren a los sistemas si, por ejemplo, están en la zona horaria correcta y no activan alertas de seguridad o malware.
Nacionalismo tecnológico
El año pasado fue aquel en que el gobierno de EE.UU. debilitó a algunos de los grandes de la industria tecnológica de China, principalmente al gigante del hardware de telecomunicaciones Huawei Technologies Co. y los fabricantes de chips chinos. Este año será en el que trate de asegurar que las empresas en EE.UU. y los países aliados no desperdicien esta ventaja.
No esperen que un gobierno de Biden revierta las acciones importantes contra las compañías tecnológicas chinas, sostienen asesores demócratas y analistas de China.
“No son motores de marcha atrás”, asegura James Mulvenon, quien encabeza un equipo de analistas de China en la firma contratista de defensa SOS International. “El gobierno de Biden quiere mantener algunos aspectos de las políticas de Trump que son útiles, y quiere restar importancia a aquellos que parecen emocionales y punitivos”.
Eso podría significar mantener las restricciones que se impusieron a las grandes empresas de telecomunicaciones y chips chinas, mientras se deja en manos de los tribunales resolver la legalidad de la prohibición del gobierno de Trump sobre TikTok y WeChat.
Mantener el statu quo permitiría que las autoridades estadounidenses deduzcan cómo estimular la industria tecnológica nacional. El Congreso hace poco aprobó una legislación de seguridad nacional para dar subsidios e incentivos financieros a las compañías de chips, los que podrían ascender, indicaron los legisladores, a US$ 3 mil millones por proyecto. Asesores de Biden han señalado que se proponen continuar con un esfuerzo del gobierno anterior para estimular a las compañías nacionales a que desarrollen la tecnología de equipo 5G de código abierto que podría competir contra Huawei. Y el Presidente mismo hizo que el fomento de la manufactura nacional de vehículos eléctricos —una cadena de abastecimiento que China domina actualmente— fuera un punto fundamental de su programa.
“La prioridad de EE.UU. es aumentar la manufactura de semiconductores nacionales, de modo que sea menos dependiente de sitios potencialmente volátiles en Asia”, observa Dan Wang, analista de tecnología residente en Beijing de Gavekal Dragonomics. “Mientras tanto, China tiene que reconstruir partes considerables de la cadena de abastecimiento de equipo y software de semiconductores”.