“No sé si lo recuerdas, pero hace un año, todos se preparaban para marzo”, dice Felipe Jaque, economista jefe en el Grupo Security. “Hoy eso no está en la mesa”.
Así sintetiza el economista uno de los factores que han ayudado a apreciar al peso y que han hecho caer al dólar en el último tiempo: una mejor percepción del ambiente político local. Esto, combinado a un favorable ambiente para los mercados emergentes y el alza del cobre, han hecho desplomarse la paridad dólar-peso en las últimas semanas. En dos meses, el dólar ha caído casi $90, disminuyendo hasta este viernes en $155 desde su peak de $865 el 3 de abril pasado. Si bien este lunes por la mañana se empinaba en $6, hasta los $716, varios agentes foráneos creen que la tendencia no durará demasiado. “Creemos que hay margen para una apreciación ligeramente mayor del peso frente al dólar, de alrededor del 2-3%, este año”, dice Nikhil Sanghani, economista de la británica Capital Economics para Latinoamérica, quien prevé un cierre de año en $680.
Las principales razones para la reciente apreciación son conocidas: la debilidad global del dólar, el rally del cobre, el impulso por el segundo retiro de las AFP y las ventas de divisas del Gobierno. “Algunos factores continuarán y otros desaparecerán, haciendo que el peso modere su apreciación”, dice Mario Castro, estratega de renta fija para Latinoamérica de BBVA. “Aún así, la tendencia del peso a lo largo del año debería ser hacia la apreciación”.
En general, los agentes foráneos ven con menor preocupación el proceso político interno que los locales, enfocándose en otros puntos. “El US$/CLP se ha vuelto bajista a largo plazo”, dijo MacNeil Curry, estratega técnico de Goldman Sachs, en un reporte el 3 de enero. Dado que ve al cobre rumbo a los US$ 4,5 la libra, cree que el peso podría llegar, incluso, a $587.
Sin embargo, algunos ven factores temporales en la reciente apreciación de la moneda nacional. “El peso se ha movido mucho más rápido de lo que anticipábamos”, dice Juan Prada, estratega de moneda extranjera en la británica Barclays. “Según nuestros modelos, el peso ahora parece sobre-valorado en el corto plazo; creemos que razones técnicas pueden estar detrás de eso, los fondos de pensiones rebalanceando activos dados los retiros, ventas de dólares de Tesorería, el anuncio de que va a haber más emisión de deuda externa, etc.”. Espera que la moneda estadounidense cierre el año en $730.
Lo que sí es claro es el efecto de una menor percepción de riesgo político para la moneda chilena tras la elección del 25 de octubre pasado. “El tipo de cambio incorpora un premio asociado al riesgo político, aunque se ha reducido de forma importante”, dice Sergio Lehmann, economista jefe en Bci. Ve un “premio” de entre $30-$40 por la incertidumbre política y recuerda que estuvo “cerca de $80 tras el estallido social”.
“Aún existe cierto riesgo político en el precio del peso, ya que la moneda aún no ha vuelto a su relación histórica con los precios del cobre”, advierte Nikhil Sanghani, economista Capital Economics para Latinoamérica. “Pero ha disminuido en las últimas semanas”, agrega.
“Por el momento, la incertidumbre política local toma un rol secundario en la medida en que no tengamos eventos o hitos significativos hasta abril con la elección de constituyentes", dice Samuel Carrasco, economista senior para Chile en Credicorp Capital. A su vez, "el proceso político-social se está encauzando a través de la vía institucional, lo que permite descomprimir en el corto plazo la incertidumbre asociada a este fenómeno”.
“Hasta el momento, la centro izquierda está yendo más diluida a la elección de constituyentes, con dos o tres listas. Esto favorece a la centro derecha y la posibilidad de alcanzar el tercio y con ello el veto a las propuestas para la nueva constitución”, dice Arturo Curtze, analista senior en Alfredo Cruz y Cía.
Pero para varios estrategas chilenos, el riesgo político reaparecerá, volviendo a impactar la paridad. “Más que ignorar los riesgos políticos, lo que está sucediendo es que hay varias fuerzas que llevan a una apreciación del tipo de cambio”, dice el equipo de estudios de Banco Santander, citando la debilidad global del dólar, el precio del cobre y la liquidación de dólares por parte de Hacienda. En el banco de capitales españoles, además, esperan que “el precio del cobre retroceda hasta valores más coherentes con sus fundamentales. Eso debiese depreciar el tipo de cambio, el que podría cerrar el año en torno a $750".
“Vemos que el tipo de cambio tendería a subir ligeramente hacia los próximos meses”, dice Lehmann, de Bci. “Al mismo tiempo, la volatilidad de nuestra moneda se situaría sobre valores históricos, entendiendo que la incertidumbre aún es importante. En la medida que, tras la elección de constituyentes en abril próximo, se recoja rápidamente una orientación hacia el diálogo y los acuerdos en las definiciones constitucionales claves, la volatilidad tenderá a caer”, sostiene. Con todo, proyecta un dólar en $715 a fin de año incluso pese a un menor precio del cobre. En un escenario político positivo "llegaría a cifras en torno a $680 a $690”, indica.
"La fuerza de los fundamentos externos estaría opacando a los riesgos domésticos, los que podrían resurgir en torno a los eventos y cargado calendario político de este año", señala Miguel Ricaurte, economista jefe de Itaú, quien anticipa una moderación del cobre, un fortalecimiento del dólar ante las recientes alzas de tasas y una menor liquidación de dólares por pare del fisco. De esta manera, espera niveles más cercanos al rango 720-730 pesos por dólar en 2021, y terminando el año cerca de la parte alta de este rango".
“Estamos configurando una nueva constitución, y el panorama presidencial está muy atomizado”, dice Felipe Jaque, de Grupo Security. “Yo creo que la cuota de incertidumbre política debiera aparecer en los activos locales, por lo menos en la primera mitad de este año”.
Ante la mayoría de las apuestas depreciativas para el peso de los actores locales, Eduardo Orpis, estratega en Gemines Consultores, llama a los agentes locales a “
no errar el tiro esta vez”, dado que en lo reciente esta visión les trajo pérdidas. Ve al dólar claramente bajo los $700 a fin de año y recuerda que las apuestas foráneas en el mercado de
forward de dólares (que apuntan al futuro de la paridad), siguen favoreciendo al peso chileno. “Los montos hablan por sí solos, y hasta ahora los extranjeros no lo han hecho mal: compraron barato, están vendiendo caro. Algún peso tendrán”, indica.