Menos optimista que otros actores con respecto al crecimiento de la economía chilena es la OCDE. En su más reciente informe de perspectivas económicas mundiales (en las que recortó su visión desde crecimiento de 5% a 4,2% para 2021), el organismo proyectó que la actividad en el país se contraerá un -6% este año, para repuntar un 4,2% el próximo y un 3% en 2022. "Se prevé que Chile se recupere gradualmente en los próximos dos años y que la actividad recupere los niveles previos a la pandemia para finales de 2022", señala, presagiando un desempleo de 9,8% en 2021.
A su juicio, el consumo privado será el principal motor de la recuperación, "gracias a las medidas implementadas por el gobierno para apoyar a los hogares, y una mejora gradual del mercado laboral sostenida por los subsidios a la contratación". Espera que el consumo privado caiga -7,7% este ejercicio, para elevarse 7,5% el próximo, y que la formación bruta de capital fijo se contraiga -13,9% en 2020 para repuntar apenas 1,8% en 2021. "La inversión volverá a cobrar impulso paulatinamente, condicionada a la evolución de la pandemia en un entorno de incertidumbre, y se verá respaldada por planes de infraestructuras públicas, condiciones de financiamiento favorables e incentivos fiscales. La recuperación de la demanda global también será beneficiosa", dice la OCDE.
"Los sólidos marcos de las políticas fiscal y monetaria permitieron a las autoridades adoptar medidas contundentes, que previnieron una contracción más pronunciada y están evitando que la pandemia deje cicatrices más profundas", señala el organismo. "Continuar con un ambicioso programa de reformas estructurales sustentaría una recuperación inclusiva, en particular con las reformas planificadas de pensiones y de participación de la mujer en el mercado de trabajo", sostiene.
Además,"inversiones públicas adicionales, en particular en educación, el sistema de aprendizaje permanente, políticas activas del mercado laboral e infraestructura digital y de transporte, contribuirían también a consolidar la recuperación", dice.
"El país se ha visto muy golpeado por la pandemia"
Chile se ha visto muy golpeado por la pandemia, al registrar una de las cifras de fallecimientos por millón de habitantes más elevada", plantea la OCDE. "Los casos se han concentrado en el área metropolitana de Santiago, además de producirse otros brotes repartidos por diferentes regiones del país. Se han aplicado cuarentenas de carácter local, restricciones a la movilidad y toques de queda nocturnos por todo el país", recuerda. "En la ciudad de Santiago y en las ciudades más grandes, se impuso un confinamiento estricto en mayo de 2020, con un levantamiento progresivo de la mayoría de las medidas de contención a mediados de julio, cuando los contagios comenzaron a descender. El estado de emergencia declarado en el mes de marzo para imponer las medidas de contención se ha prorrogado hasta finales de año", añade.
"La actividad económica ha comenzado a recuperarse"
Y, "tras las protestas sociales registradas a finales de 2019, el brote de COVID-19 ha provocado la mayor recesión económica desde 1982", subraya el organismo. "El empleo se ha situado en mínimos históricos después de que prácticamente un 25% de la fuerza de trabajo haya perdido su empleo. En torno a un 10% de las empresas han recurrido a la ley de protección del empleo, al que se ha acogido actualmente casi un 17% de todos los trabajadores dependientes", indica. "Con la flexibilización gradual de las medidas de contención desde el mes de julio, los indicadores a corto plazo muestran una incipiente recuperación de la actividad económica, en especial de las ventas al por menor y la producción del sector manufacturero, mientras que el turismo y la hostelería se mantienen débiles. La confianza de las empresas ha mejorado de manera considerable, mientras que la de los consumidores ha remontado recientemente y la inflación se mantiene contenida debido a la fuerte contracción de la demanda", sostiene.
A su juicio, las "contundentes respuestas políticas limitarán el impacto económico de la pandemia". con ello se refiere a una orientación de la política monetaria que ha sido "altamente expansiva, con tasas de política en mínimos históricos y medidas no convencionales para garantizar la estabilidad financiera y la ampliación del crédito".
Estas políticas deberían mantenerse, según lo planificado, para respaldar la recuperación, dice la OCDE. "La respuesta fiscal fue una de las más importantes de la región, e incluyó transferencias monetarias para hogares vulnerables y trabajadores informales, así como para la clase media, un programa de retención del empleo, rebajas y moratorias en el pago de impuestos y otras disposiciones en materia de liquidez y medidas de garantía para ayudar a las empresas", afirma. "Además, un acuerdo entre los partidos políticos desembocó en un plan temporal de emergencia para favorecer la recuperación de la economía durante los próximos dos años y en un compromiso de consolidación fiscal a partir de entonces", recuerda. Dicho acuerdo, basado en subsidios a la contratación, medidas para respaldar a hogares con bajos ingresos, inversión pública e incentivos fiscales para las empresas "propiciará una recuperación más rápida e inclusiva. También se están aplicando medidas para acelerar y racionalizar las regulaciones y los proyectos de inversión privada", destaca.
"Recuperación gradual en medio de un clima de incertidumbre"
En los próximos dos años, la recuperación económica será gradual y desigual, de acuerdo a la OCDE. "El consumo privado será el principal motor de la recuperación, impulsado por las medidas implementadas por el gobierno para apoyar a los hogares, un aumento del empleo formal gracias a las subvenciones a la contratación, y los retiros extraordinarios de los fondos de pensiones, pero el ahorro preventivo seguirá siendo elevado", señala. La inversión privada "comenzará a recuperarse lentamente, dada a alta incertidumbre y dependiendo de cómo evolucione la pandemia. Las exportaciones del sector minero han sido resilientes y Chile se continuará beneficiando de la recuperación de la demanda mundial, en especial de China y Estados Unidos", indica.
Con todo, advierte que "los brotes adicionales de virus son el principal riesgo para las perspectivas, hasta que se despliegue ampliamente una vacuna eficaz, y podrían requerir la imposición de límites persistentes a los viajes internacionales, prohibiciones de grandes eventos públicos y restricciones a los bares y restaurantes", afirma. "La revisión constitucional en curso y una serie de procesos electorales a lo largo de 2021 podrían aumentar aún más la incertidumbre y moderar la inversión. La reaparición de protestas sociales podría retrasar la
recuperación económica", añade. "Las exportaciones y la creación de empleo podrían beneficiarse si la recuperación mundial fuese más sólida de lo previsto", dice en contraste.
"Una ambiciosa agenda de reformas estructurales profundizaría un crecimiento inclusivo"
Según la OCDE, la deuda pública está aumentando rápidamente, aunque las proyecciones indican que se mantendrá en
niveles aceptables, "siempre que se vayan retirando poco a poco las medidas fiscales temporales cuando la recuperación esté firmemente afianzada", señala. A su juicio, las autoridades "deberían centrarse en reasignaciones del gasto público que potencien la eficiencia, por ejemplo a través de la reducción de las exenciones fiscales".
Seguir consolidando el marco fiscal, "por ejemplo la regla fiscal y el ya exitoso Consejo Fiscal Autónomo, aumentaría la credibilidad en los planes fiscales", asegura. "La segunda ronda de retiros extraordinarios de los fondos de pensiones reducirá y, en muchos casos, agotará los ahorros individuales para la jubilación y podría llegar a alterar los mercados financieros, teniendo un leve impacto positivo en la demanda", advierte. "La concesión de ayudas públicas directas a los más necesitados habría brindado mayor respaldo a la demanda, además de proteger las futuras pensiones de jubilación", dice la OCDE.
La continuación de un ambicioso programa de reformas estructurales será clave para impulsar el crecimiento inclusivo a mediano plazo, afirma el organismo. "Para hacer frente a los obstáculos de larga data al aumento de la productividad, será necesario mejorar el gasto en educación y garantizar que las empresas estén más expuestas a la competencia y la innovación. Optimizar la regulación sobre concesiones en el sector de las comunicaciones promovería el despliegue de infraestructura digital y ayudaría a reducir las brechas de conectividad", indica. A su vez, "una revisión total de los programas de formación impartidos por las empresas a sus empleados podría aumentar la calidad y focalización de dichos programas hacia trabajadores vulnerables, lo que mejoraría sus perspectivas de encontrar trabajos formales en sectores en expansión. El actual proyecto de ley para optimizar y simplificar los procedimientos en caso de quiebra podría agilizar la reasignación de capital", concluye la OCDE.