El holgado triunfo del “apruebo” en el plebiscito constitucional de este domingo terminó por aliviar a la bolsa local, dice Hugo Rubio, presidente de BTG Pactual Chile Corredores de Bolsa. “Salió bien, tranquilo, no hubo sorpresas, no hubo violencia, que era lo que más le preocupaba al mercado. Eso generó un mayor optimismo”, dice. Pero el buen ánimo duró solo algunas horas, señala. Mientras pasadas las 11:00 de este martes el IPSA
IPSA : +0,97 subía 1,23%, el selectivo terminó la jornada con una baja de -0,24%. “Salió venta por todos lados ante el miedo en torno a la votación del nuevo retiro del 10%”, sostiene Rubio. “Se trata de gente que, por cautela, se aleja. Esperan que haya nueva oferta: no creo que las AFP vayan a estar vendiendo, pero si alguien les da un
bid (orden de compra) por $5.000 millones en Falabella, por ejemplo, dirán ‘ok’: sería algo muy similar a lo que hicieron la vez pasada”.
Ante un nuevo retiro “no vemos que las AFP sean vendedoras en renta variable local”, dice Aldo Morales, subgerente de estudios de renta variable en Bice Inversiones. Sin embargo, “esto no significa que no caigan los precios de las acciones, ya que, si se aprueba, claramente sería una señal de mayores impuestos en el futuro, por lo que a nivel de expectativas sí tendría un impacto”.
“El efecto negativo para la bolsa chilena podría venir más por expectativas que por flujos”, dice Luis Flores, gerente general en STF Capital. Esto, al “no tener certeza de cuándo vendría el tercer o el cuarto retiro”, señala. Por otro lado, “si se repite el efecto provocado en el primer retiro, donde se usaron fondos para pagar deudas y generar consumo en empresas listadas en bolsa, veríamos un efecto de recuperación en los resultados de estas compañías (consumo, bancos y utilities)”, afirma.
En el mercado esperan que bajo un nuevo retiro de fondos de pensiones se reiteren algunos de los efectos vistos con el primero de ellos. No obstante, suman nuevos impactos: la expectativa de nuevos retiros a futuro y un alza del riesgo país derivada de renovadas presiones fiscales se cuentan entre ellos. Algunos creen, en este marco, que el Banco Central podría estrenar su recién aprobada compra de bonos de Tesorería.
“La primera ola nos enseñó que las AFP pueden tener diversas estrategias y al final el impacto de mercado ser diferente al que se anticipaba al inicio. Dicho eso, creo que el principal impacto sería institucional”, dice Mario Castro, estratega de renta fija para Latinoamérica de BBVA. “El mercado daría por sentado que se abrió una caja de pandora que es difícil de cerrar y por ende esperará que nuevos retiros vengan en el futuro. Así las cosas, los activos locales empezarían a reflejar ese premium adicional derivado del riesgo de nuevos retiros de las AFP”, asegura.
“En el corto plazo, pensamos que esta discusión en el congreso va a seguir impactando a la liquidez del mercado de renta variable local, dado que esto hará que las AFP sigan manteniéndose al costado”, dice Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital. “En el largo plazo, el impacto al sistema de pensiones podría ser mayor, dado que un segundo retiro crea un precedente que hará que en el futuro cualquier cosa pueda servir como excusa para sacar más fondos (un terremoto, una crisis económica, que la vacuna se demore más en salir, etc.)”.
“Para este segundo retiro, a diferencia del primero, el Banco Central podría incluir la compra de bonos de la Tesorería”, dice Guillermo Kautz, gerente de renta fija en la AGF de MBI, quien recuerda que en el primero buena parte de las ventas provinieron de la tenencia de bonos bancarios. "Se dijo que el anterior retiro era por una única vez, por lo que si eso no se cumple, se enviaría una pésima señal al mercado: si hay una segunda ola de coronavirus en Chile en unos meses, ¿quién dice que a los honorables no se les puede ocurrir un tercer retiro?”.
Con el primer retiro, el bono de Tesorería a 10 años en UF, una referencia de los costos de financiamiento en Chile, “llegó a niveles de +0,15%, desde -0,45%, por lo que uno podría pensar que al menos podría volver ahí, a +0,15%, desde el -0,15% de hoy", dice Kautz. "Es decir, un alza de 30 puntos base”.
“La posibilidad de un nuevo retiro podría conllevar impactos más abruptos a los observados en el primero”, dice Antonio Moncado, economista senior en Bci. “Primero, debido a que es una propuesta que no se encuentra completamente internalizada por el mercado, y luego, debido a que las herramientas de política que podrían mitigar los impactos ya han sido usadas y existe un menor margen de maniobra por parte de la autoridad monetaria”.
Un retiro adicional podría significar un monto de liquidación de activos en renta fija local cercano a entre US$2.000 y US$3.000 millones, calcula Moncado. “Una venta neta de este monto podría significar un alza de entre 15 a 20 puntos base en el BTP-10, los que a diferencia del primer retiro no se encuentran completamente internalizados en las curvas benchmark”.
“Lo lógico seria un copy-paste del retiro anterior, pero de menor magnitud”, dice Felipe Alarcón, economista jefe de EuroAmérica, quien cree que en este caso el monto llegaría a alrededor de US$10.000 millones (en el primero, la cifra entregada a la fecha se acerca a los US$16.000 millones). Con todo, dice que una réplica en lo observado “dependerá de si el Banco Central está dispuesto o no a absorber otra carga de activos bancarios, o si se decide a comprar bonos de la Tesorería en el mercado secundario”. Por lo pronto, dice que el efecto de la discusión “ya se está anticipando en los activos, no en un 100%, pero va para allá: el dólar está a la baja y las tasas han subido, aunque en un mercado muy seco, con pocas transacciones”.
No todos creen que el Central esté dispuesto a salir al rescate en esta ocasión. “En términos del efecto sobre los activos de los fondos de pensiones, no está claro que el Banco Central y el Ministerio de Hacienda volverán a implementar las medidas extraordinarias que permitieron mitigar significativamente los efectos del primer retiro de fondos”, dice Marco Morales, académico de la UDP y miembro del Consejo Técnico de Inversiones (CTI) de la Superintendencia de Pensiones. A su juicio, “la política monetaria y fiscal no puede ser dictada por quienes deciden retirar sus ahorros previsionales o por los parlamentarios que presentan este tipo de proyectos”. De esta forma, “en un segundo retiro los efectos sobre la valoración de los activos puede ser significativa”, advierte.
No es una visión generalizada. "Si algo nos enseñó el primer retiro, es el compromiso real que ha tenido el Banco Central en contener sus alzas y en mantener la liquidez del sistema financiero”, dice Luis Flores, de STF Capital. Con todo, proyecta algunas diferencias en relación al primer movimiento. “Hoy estamos en una mejor posición en cuanto a la recuperación de la economía por el desconfinamiento y este segundo retiro iría en una mayor proporción a consumo. Esto me indica que las expectativas llevarían la inflación 12 meses de 2,4% a 3% en el corto plazo”, plantea. Espera que, de concretarse el retiro, éste llegue a los US$11.000 millones. La Superintendencia de Pensiones, de todos modos, ha dicho que la cifra puede llegar a los US$ 19.000 millones, considerando lo propuesto, y que 4,2 millones de personas se quedarían sin saldo.
El mercado proyecta nuevos efectos en caso de que el congreso autorice la medida, incluyendo su propia actitud frente a dicha posibilidad. “Creo que la vez anterior una parte del mercado le asignaba baja probabilidad de ocurrencia. Hoy no creo que sea el caso”, dice Jorge García, gerente de inversiones en Nevasa. En activos, con todo, “veríamos efectos muy similares, precio bajista en el tipo de cambio y venta en renta fija local, principalmente en base y bancarios, que tienen mejor liquidez”, señala.
No todos lo ven así. “Probablemente habrá más venta de activos en dólares, porque instrumentos bancarios vendieron muchísimo y ahora la posición es pequeña”, dice Germán Guerrero, socio fundador de MBI Inversiones. En renta variable local, espera una “venta menor” ya que las AFP “tienen muy poca”.
"Definitivamente no descartaríamos que el Banco Central use por primera vez la herramienta de compra de bonos del gobierno, de ser necesaria para evitar efectos no deseados sobre el sistema", dice Daniel Velandia, de Credicorp Capital. No espera que la desinversión se impulse a través de acciones locales, “considerando la menor liquidez y exposición actual a la clase de activo, que se encuentra en mínimos históricos (6,2%)”. En este sentido, “desinvertir activos internacionales parece nuevamente ser el camino más probable”, asegura. Enfatiza en que “habría un impacto en cuentas fiscales, considerando que casi tres millones de personas quedaron sin ahorros tras el primer retiro, y que por ende recibirán un bono de $ 500.000. A eso hay que sumar que cerca de cuatro millones de personas quedarían sin ahorros tras un segundo retiro”.
“No deja de ser preocupante la presión fiscal que estos retiros irán generando y como ello afecta al endeudamiento y la estructura de tasas de forma más permanente”, dice Felipe Bravo, gerente de estrategia en Sartor Finance. Aunque “debemos distinguir que el alcance de un segundo retiro no sería tan masivo en número, pues una gran cantidad de cotizantes quedó sin recursos después del primero”, dice que "los efectos sobre los mercados serían relevantes". Cree que las AFP optarían por liquidar principalmente acciones y bonos globales "y que eso aprecie al peso, tal como lo vimos hace unos meses. Para aquellos fondos con mayor inversión local, en tanto, podrían darse nuevas ventas que afectarían mayormente a la renta fija local. Si ese fuera el caso, veríamos al Banco Central estrenar sus nuevas facultades”, asegura.
Algunos no lo dan por sentado. “Las AFP podrían liquidar nuevamente los papeles de bancos y considerar la liquidación de las inversiones realizadas en el extranjero antes de tocar los instrumentos del Estado”, dice Hernán Jiménez, subgerente de riesgo de Humphreys Clasificadora de Riesgo. Esto, “considerando que—en términos nominales—este retiro debiera de ser menor que el primero, pensando en que algunas personas ya no cuentan con recursos en sus cuentas únicas”.