Un cierto aire de pesimismo sobre la actividad local que sólo fue revertido por el Banco Central y su reciente
Informe de Política Monetaria de septiembre podría volver a esparcirse en el marcado local.
A la caída de -3,4% en las ventas minoristas en la Región Metropolitana de agosto y el débil incremento de 0,6% en la generación eléctrica, este viernes se sumó un nuevo dato que confirmó la debilidad económica del octavo mes del año: la producción industrial. De acuerdo al INE, ésta registró una contracción de -1,8% anual, debido al descenso en dos de los tres sectores que lo componen.
El Índice de Producción Minera (IPMin) disminuyó -7,6% frente a igual mes del año pasado, como consecuencia del descenso en los tres tipos de minería que lo componen. La minería metálica fue la más influyente, al decrecer -6,6%.
El Índice de Producción de Electricidad, Gas y Agua (IPEGA) presentó un retroceso interanual de 1,8%, debido a la reducción en dos de las tres actividades que lo componen. Gas fue la mayor incidencia negativa, al disminuir -12,3%, seguida por electricidad (-0,5%).
El Índice de Producción Manufacturera (IPMan), en tanto, creció 4,0% en doce meses, explicado, en gran medida por el alza de 6,5% en la elaboración de productos alimenticios.
"La producción industrial desestacionalizada se contrajo -1,9% en relación a trimestre móvil inmediatamente anterior (mayo-julio creció 0,2%)", destacó Valentina Roselli, economista jefe de Econsult. "Esta es la mayor contracción desde diciembre 2017 y refuerza que el margen el escenario es de menor ritmo de crecimiento: tasas más altas, peores términos de intercambio, y caída de confianza, más escenario fiscal contractivo generan un sesgo a la baja en nuestra proyección de crecimiento para 2019. Para agosto esperamos un Imacec cercano al 3%", indicó.
TASA DE DESEMPLEO SE MANTIENE EN 7,3%
En tanto, la tasa de desempleo del trimestre junio-agosto 2018 se mantuvo en 7,3%, tal como en el trimestre móvil anterior, con un incremento anual de 0,7 puntos porcentuales (pp.) en doce meses, según indicó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) esta mañana.
"Este resultado fue producto del alza de 1,7% de la fuerza de trabajo, por sobre el reportado por los ocupados (0,9%), lo que generó una mayor presión en el mercado laboral. A su vez, los desocupados crecieron 12,4%, lo que se explicó por un incremento de cesantes (11,9%) y de quienes buscan trabajo por primera vez (16,6%)", señaló el INE.
"La tasa de desempleo sigue en aumento tras la moderación dramática de los ritmos de creación anual de empleo", dijo Juan Bravo, economista de Clapes UC, a El Mercurio Inversiones. "Si bien sigue liderando la generación de empleo asalariado en el sector privado, aún no tiene la fuerza para absorber en forma suficiente a aquellas personas que desean participar en el mercado laboral y reducir la tasa de desempleo". Señala que "parte importante de esta moderación del ritmo de creación de empleo se da porque el empleo por cuenta propia está virtualmente estancado, lo cual fue un factor decisivo en mantener tasas de desempleo menores durante el periodo del frenazo económico, especialmente en 2016 y 2017. Así, por ejemplo, al trimestre junio-agosto 2018 aumentó en solo 8.989 el trabajo por cuenta propia, lo que contrasta con el aumento promedio de 89.976 trabajos de este tipo en 2017", señala.
Las cifras dan cuenta en definitiva de que quienes ingresan al mercado laboral están en busca de mejores oportunidades de empleo y no se están conformando con trabajos por cuenta propia, dice Bravo. "Estos se caracterizan por bajos ingresos mensuales, bajísimos grados de protección social e informalidad, entre otros. Este efecto es más notorio en las mujeres, en donde de hecho se destruye el trabajo por cuenta propia, lo que explicaría en parte por qué aumenta más la tasa de desempleo que en el caso de los hombres".
Las actividades económicas de alojamiento y servicio de comidas (14,9%), construcción (4,1%), otras actividades de servicio (8,1%) y transporte (3,7%) fueron los sectores que más aportaron proporcionalmente en el alza anual de los ocupados. En tanto, asalariados privados (1,3%) fue la categoría ocupacional más incidente en la expansión de los ocupados, seguida por los asalariados públicos (5,0%) y los trabajadores por cuenta propia (0,5%).
Según jornada laboral, el incremento de los ocupados en doce meses fue motivado por quienes habitualmente trabajaron 45 horas a la semana y por quienes lo hicieron en el tramo de 1-30 horas o tiempo parcial (3,0%, en ambos casos).
La tasa de desocupación femenina fue 7,9%, aumentando 1,1 pp. en doce meses, mientras que la tasa de desocupación de los hombres se situó en 7,0%, 0,5 pp. más que lo registrado en igual trimestre de 2017.
En doce meses, la tasa de desocupación se incrementó en ocho regiones, disminuyó en cuatro y se mantuvo en O’Higgins, Maule y La Araucanía. La mayor expansión se consignó en Los Ríos (1,8 pp.) y la principal reducción tuvo lugar en Los Lagos (-1,5 pp.).
La tasa de desocupación nacional ajustada estacionalmente alcanzó 7,1%, expandiéndose 0,1 pp. respecto al trimestre móvil anterior.
La población fuera de la fuerza de trabajo o inactiva aumentó 1,9%, incidida por los inactivos habituales (3,4%) y, en menor magnitud, por los iniciadores (3,5%), mientras que los inactivos potencialmente activos (-7,7%) descendieron.
La tasa de ocupación informal no registró variación respecto al trimestre anterior, alcanzando 28,5%. En el mismo período, los ocupados informales se redujeron 0,4%.
En la Región Metropolitana, la tasa de desocupación del período alcanzó 7,9%, aumentando 1,5 pp. en doce meses. Esto se explicó por el incremento de 0,9% de la fuerza de trabajo que, junto con el descenso de los ocupados (-0,7%), produjo una mayor presión en el mercado laboral. Los desocupados presentaron un alza de 25,0%, influida por los cesantes (25,1%) y por quienes buscan trabajo por primera vez (24,0%).
La disminución de 0,7% de los ocupados se debió a los descensos en los sectores de actividades de salud (-9,3%), administración pública (-11,7%) y suministro de agua (-57,5%), mientras que por categoría ocupacional influyeron principalmente personal de servicio doméstico (-7,1%), empleadores (-6,1%) y asalariados privados (-0,4%).