El gobierno de Joe Biden está siguiendo de cerca el brote de influenza aviar que ha significado la muerte de diez millones de aves en Estados Unidos, alzas en el precio de los huevos y temores sobre una pandemia humana, por lo que están considerando una vacunación masiva de las aves.
El brote partió en 2022 y es el más grande en la historia de Estados Unidos, afectando a más de 58 millones de aves de granja y a aves silvestres. También se ha traspasado a zorros, osos, visones y mapaches, generando temores de que el virus H5N1 pueda mutar y propagarse en forma más fácil a los humanos.
Los especialistas del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que se enfoca en la salud humana, aseguran que el riesgo de una pandemia es bajo. De todas maneras, han enviado a los laboratorios que desarrollan vacunas algunas muestras del virus, que podrían formar la base para vacunas de personas, y están explorando si las empresas que fabrican pruebas comerciales estarían dispuestas a desarrollar test para H5N1, similares a los que se usan para el covid.
Sin embargo, los contagios a humanos son escasos y la transmisión del virus entre humanos es muy baja. A nivel mundial, solo ha habido nueve casos del virus H5N1 en personas desde comienzos de 2022, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los casos comúnmente se relacionan con personas expuestas a la industria avícola. En Estados Unidos, el CDC y las autoridades de Salud están monitoreando a las personas expuestas al virus y a comienzos de marzo había 6.315 monitoreados, de los cuales 135 reportaron síntomas y uno dio positivo.
Los oficiales del Departamento de Agricultura, responsable de la salud animal, informó que comenzaron a testear vacunas para aves y que iniciaron la discusión con la industria para hacer una campaña de vacunación a gran escala, que sería la primera en Estados Unidos.
Los planteles de aves ya son vacunados contra otras enfermedades. Sin embargo, un programa contra la influenza sería más complejo y los gremios están divididos, porque podría significar restricciones a las exportaciones.
El Dr. Carol Cardona, experto en salud aviar de la Universidad de Minnesota, dice que el miedo a las restricciones comerciales es la principal barrera ante una vacunación masiva para las aves.
Funcionarios de la Casa Blanca dicen que no es la única medida, sino que también están enfocados en mejorar la prevención con medidas de bioseguridad.
Sin embargo, los expertos en influenza aviar insisten en que las autoridades deberían seguir adelante con una campaña de vacunación masiva, en parte, para reducir el riesgo de llegar a convertirse en una pandemia humana.
“Frente a las circunstancias actuales, deberíamos vacunar a los planteles de aves de Estados Unidos contra el virus”, dice Robert G. Webster, experto en influenza aviar del Hospital de Investigación Infantil St. Jude, de Memphis.
Y añade que una campaña podría “prevenir la inevitable transmisión a humanos”.
Suben los huevos
Para el Presidente Biden también existen consideraciones políticas, como el alza del precio de los huevos, que han subido 70% en un año y han generado otra oportunidad para atacarlo en relación a la inflación, justo cuando se alista para su reelección.
Los expertos dicen que los huevos podrían continuar subiendo con la llegada de la primavera, debido a que la mayor demanda estacional y a la escasez asociada al brote de influenza aviar. Y, además, porque el brote podría empeorar debido a la migración de las aves silvestres.
La vacuna
Los expertos han estado preocupados de que una versión adaptada del virus pueda desencadenar una pandemia.
“Por eso, Estados Unidos y el mundo deben hacer más para prepararse”, dice James Krellenstein, asesor de la consultora internacional Global Health Strategies.
Junto con el experto en políticas de la salud de la organización Partners in Health, Garrett Wilkinson, han examinado la preparación del mundo para una pandemia de H5N1 e identificaron varias brechas importantes.
Considerando un régimen de dos dosis, Estados Unidos podría necesitar 650 millones de dosis para uso en humanos, y no está claro cómo alcanzar esa cifra con la capacidad de fabricación actual.
“Si bien es importante que se realicen esfuerzos serios para controlar el brote en aves, la situación es lo suficientemente grave como para tomar más medidas y prepararnos ante un posible brote humano”, dice Krellenstein.
Antes del covid, muchos expertos proyectaban que la próxima pandemia sería provocada por la influenza. En 2020, el Departamento de Salud y Servicios publicó una estrategia a diez años para actualizar la producción de vacunas contra la influenza, y funcionarios de la Casa Blanca afirman que la administración de Biden estaría revisando ese documento a raíz del brote de influenza aviar.
Muchos expertos concuerdan en que un paso en la preparación para una pandemia sería la vacunación avícola.
Hasta ahora, los reguladores federales no han autorizado la vacunación de aves de corral contra cepas altamente infecciosas, como la H5N1, según explica el vocero del Departamento de Agricultura, Mike Stepien, y detalla que si bien existen varias vacunas autorizadas, no está claro si alguna de ellas es efectiva contra la cepa actual.
Industria dividida
Estados Unidos es el mayor exportador de carnes de ave y sus socios comerciales necesitan estar seguros de no importar carne infectada. Y la vacunación podría hacer más difícil demostrar que las aves no tuvieron influenza.
“Parece una solución simple a un problema generalizado, pero la vacunación no es una solución ni es simple”, dice Tom Super, vicepresidente de comunicaciones del Consejo Nacional del Pollo.
También dice que la industria exporta el 18% de su producción y perder la capacidad de exportar pollo les costaría miles de millones de dólares.
Los productores de pavos, que exportan el 9% de su producción y se han visto muy afectados por el virus, sí están abiertos a la vacunación.
“Reconocemos que la vacunación tendría un impacto severo. Sin embargo, hemos instado al gobierno a moverse lo más rápido posible para tratar de desarrollar nuevos acuerdos comerciales”, dice Joel Brandenberger, presidente de la Federación Nacional de Pavos.
Países como China, Egipto y Vietnam, donde la influenza aviar es endémica, ya vacunan a las aves de corral en forma rutinaria.
Pese a eso, incluso los defensores de las vacunas reconocen que una campaña masiva en Estados Unidos no sería rápida, porque el país produce nueve mil millones de pollos al año destinados para carne. Si eso se tiene en cuenta, podría tomar dos años vacunar al número de aves suficientes como para lograr altos niveles de inmunidad.
Algunos críticos han advertido que una vacunación podría reducir la gravedad de la enfermedad en las aves, pero sin detener la transmisión, lo que podría permitir que el virus se siga propagando sin ser detectado y, al mismo tiempo, estimular la aparición de nuevas variantes.
“Sea cual sea el camino, es probable que el virus se vuelva endémico en las aves silvestres. Esto llegó para quedarse”, advierte Richard Webby, experto en influenza aviar del Hospital Infantil de Investigación St. Jude.