El relato en ESPN iba in crescendo el pasado domingo, mientras Adolfo “Poroto” Cambiaso comenzaba la carrera con la yegua La Viña Clandestina, atravesaba casi todo el campo y anotaba el gol. “Es una yegua chilena que descubrieron el año pasado... Deben estar orgullosos de tenerla jugando la triple corona... Miren lo que corre la petisa... Extraordinaria la jugada”, cerraron.
En Santiago, la familia Silva Castelblanco seguía la transmisión que venía desde Palermo, Buenos Aires, con la satisfacción de ver triunfando en el escenario reservado solo para los mejores a la yegua salida de su criadero La Viña, dedicado a los caballos de polo. Un logro histórico para un criadero chileno.
“Como la conocemos, cuando la yegua empezó a correr sabíamos que iba a llegar. Y cuando Cambiaso hizo el gol, nos pusimos a gritar como locos, mientras se escuchaban las expresiones de los comentaristas, impresionados porque una yegua chilena haya llegado a jugar en Palermo, donde está la meca del polo mundial”, señala Mario Pablo Silva, dueño del criadero La Viña, junto a su familia.
Silva, dueño de la viña Casa Silva y ex presidente de Vinos de Chile, destaca que la corrida que hizo Clandestina fue muy parecida a otra que protagonizó en el abierto anterior, el de Hurlingham, la segunda etapa de la triple corona argentina.
La actuación de la yegua es aún más meritoria si se toma en cuenta que Argentina es el centro más importante del polo a nivel mundial, donde hay una gran cantidad de criadores y equipos en actividad.
“Creo que se han sentado las bases para que en Chile haya más gente criando y puede ser un impulso fuerte para darse cuenta de que si lo hacemos bien, podemos llegar a poner caballos chilenos en la competencia más alta del polo mundial”, dice Mario Pablo Silva.
Alta genética
Nacida y criada en Chile, La Viña Clandestina tiene como padres a una yegua fina de carrera y a un caballo de raza de polo argentino.
Fue generada a través de trasplante embrionario en la clínica de reproducción que tienen en Casa Silva, en el campo de Angostura, San Fernando, por la doctora Amparo García. Se crió en el campo de Casa Silva en Futrono, donde fue domada por Pedro Maturana. En su hechura como caballo de polo participaron Mateo Cilloniz, Mario Silva Lizana y los hermanos Maximiliano, Mario y Clemente Silva Castelblanco. Maximiliano fue quien comenzó a jugarla en los primeros torneos hasta que se fue a Argentina.
Acaba de cumplir ocho años —nació el 11/11/2014—, es hija de Chapalelfú Cacique —que viene de Polo Nevadito y Canita—, fue criado por Pepe Heguy en Argentina, y se consagró como Gran Campeón Macho de la exposición “Nuestros Caballos” de ese país. La madre es Clementina, jugadora de la Triple Corona en Chile, una yegua de carreras, gran jugadora de polo, hecha en el criadero La Viña.
“Esa mezcla nos dio a Clandestina, la primera yegua criada, amansada y hecha en Chile que juega el abierto de Palermo y, lo más importante, que juega en el que es considerado el mejor equipo de la historia del polo en Argentina, La Dolfina, de Adolfo Cambiaso”, agrega Mario Pablo Silva.
Adolfo Cambiaso, 47 años, leyenda del polo mundial, descubrió a Clandestina el año pasado en el Abierto de Chile. Ahora que está compartiendo equipo con su hijo Adolfo “Poroto”, de 16 años, se la pasó para que él la condujera.
La yegua llegó a Argentina en enero y comenzó a jugar inmediatamente los torneos de mayor nivel y ha tenido muy buenos comentarios.
El orgullo
“Es un tremendo honor que una de nuestras yeguas haya llegado a lo más alto del polo mundial, al Abierto de Palermo y, además, quien la eligió sea el jugador más grande de la historia, Adolfo Cambiaso, y que hoy la juegue él y su hijo, nuevo crack del polo mundial, y que participe en su organización, La Dolfina”, destaca Mario Pablo Silva.
Silva agrega que no pueden más de orgullo al recordar cuando en diciembre del año pasado Cambiaso y su equipo pusieron sus ojos en la yegua Clandestina.
“Fue muy emocionante. Adolfo Cambiaso, con su hijo, vino con sus caballos a jugar el Abierto de Chile. En ese momento ellos, con Jejo Taranco, quien es parte de La Dolfina, se fijaron en la yegua. La pidieron prestada para jugar la semifinal y la final. La jugó Adolfo Cambiaso padre y fue elegida la Mejor Yegua del Abierto de Chile. Ahí él decidió llevarla a Argentina”, cuenta Silva.
Fue la prueba de que estaban haciendo las cosas bien, en lo que califican pasión por los caballos, que se expresa en el polo, a través de su equipo Casa Silva, y en el rodeo con el criadero Doña Dominga.
De hecho, los tres hijos de Mario Pablo Silva y Andrea Castelblanco integran el equipo de polo y han sido seleccionados chilenos y han marcado hitos en este deporte.
El equipo de Polo Casa Silva ha ganado en su historia varios torneos Abiertos de Chile, Abierto del Club de Polo San Cristóbal y Handicap de Chile, como también la Triple Corona Nacional.
Los Silva están felices con el logro y porque, al ser una yegua nueva podrá, seguir entregandoles satisfacciones y descendencia, ya que se quedaron en sociedad con su nuevo dueño para reproducirla, lo que podría ser a través de la transferencia de embriones mientras la yegua esté en actividad, o por clonación, que en el polo se usa y está permitida.