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Santiago de Chile. Dom 26/03/2023

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Los retos de establecer un huerto de nogales en alta densidad

Si bien esta modalidad permite tener entre 500 e incluso 1.000 plantas por hectárea —y obtener producción hasta dos años antes—, se debe hacer en una zona adecuada y con la variedad óptima para ella, además de realizar un adecuado manejo con los reguladores de crecimiento.

Miércoles, 15 de marzo de 2023 a las 8:30
- Los huertos en alta densidad pueden entrar en producción hasta 2 años antes que uno convencional.
Crédito: Gentileza Jean Paul Joublan
Serr, ¿descartada totalmente para alta densidad?

De acuerdo con Giovanni Lobos, las primeras evaluaciones de alta densidad en nogales se realizaron en la zona central con la variedad Serr hace más de 15 años, logrando alcanzar cerca de 800 plantas/ha, lo que se tradujo en problemas de emboscamiento severo, reduciendo su producción, por no considerar manejos de poda bajo esta condición.

Sin embargo, en 2012, se estableció un huerto de variedad Serr con densidades de 6x3 m, lo que se traduce en 555 plantas/ha y permitió a la 6ª hoja cosechar 10 t/ha, por lo que no se podría descartar totalmente su uso es plantaciones de alta densidad.

El desafío para los productores que deseen trabajar con Serr está en la cantidad de trabajo que requiere para su mantención.

“Serr requiere hacer uso de reguladores de crecimiento que permiten controlar vigor y eso implica hacer un buen uso de este componente. Junto con podar de forma continua y utilizar sistemas de conducción en eje. En definitiva, Serr necesita de un control de vigor mucho mayor que Chandler”, puntualiza Pilar Gil.

Rolando Araos Millar

Establecer un huerto de nogales en alta densidad —entre 500 hasta incluso 1.000 plantas por hectárea—permitirá adelantar la entrada en producción entre uno a dos años en comparación con uno de densidad normal, así como hacer un mejor manejo de los recursos, todo lo cual impacta en el resultado económico del proyecto.

“La ventaja de plantar los nogales en alta densidad es acelerar la entrada en producción del huerto, permitiendo cosechar a la 3ª hoja alrededor de 3 a 3,5 t/ha, mientras que en densidades tradicionales estos rendimientos se obtienen a la 5ª hoja”, dice Giovanni Lobos, investigador y extensionista del INIA Intihuasi.

Y con ello comenzar a recibir ingresos antes y de esa forma amortizar la inversión.

“El productor que apueste por este sistema empezará a tener producciones 1 o 2 años antes y, con esos retornos, podrá pagar la inversión de forma anticipada. Esa es la principal ventaja de este sistema”, explica Pilar Gil, directora del Departamento de Fruticultura y Enología de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Otra ventaja de este sistema, según la académica de la UC, radica en que los árboles, si son bien manejados, serán más compactos y de menor tamaño lo que facilitará labores como la cosecha o la poda, lo que también podría incidir en menores costos, factor clave considerando el contexto actual.

Además, el uso de este tipo de sistemas permite un uso más eficiente de los recursos en el predio, lo que a la larga disminuye los costos y recursos humanos por cada nuez producida.

“En alta densidad es más eficiente el uso del agua (huella hídrica), de fertilizantes, fitosanitarios y recursos humanos por kilos de nuez producida. Al aumentar las producciones de las primeras cosechas no disminuye la calidad de las nueces, son equivalentes a los huertos convencionales de segunda y tercera hoja respectivamente si el manejo de riego y nutrición se realiza de acuerdo con la cosecha objetivo”, dice Miguel Carús, gerente técnico de Nogaltec Sur.

En alta densidad es más eficiente el uso del agua (huella hídrica), de fertilizantes, fitosanitarios y recursos humanos por kilos de nuez producida, dice Carús.
Crédito: Gentileza Miguel Carús

Sin embargo, para que las proyecciones se concreten es esencial tomar ciertas decisiones claves, previo al establecimiento del huerto y también en su manejo.

La primera decisión es la variedad con que se trabajará. De acuerdo a los expertos, lo mejor es apostar por la variedad Chandler, ya que esta posee características compatibles con la alta densidad, factor que otras variedades como Serr, Tulare o Cisco no logran reunir.

“Para desarrollar huertos en alta densidad en Chile se habla básicamente de dos variedades: Serr y Chandler. Serr no tiene proyección por su excesivo vigor para la alta densidad, sus problemas de aborto por PFA (Pistillate floer abscission), mayor riesgo de heladas y además su menor interés comercial en gran parte del país. Por tanto, Chandler es una buena alternativa, así como lo podría ser el cultivar Lara, muy plantada en Francia”, dice Jean Paul Joublan, asesor especialista en frutos secos.

De hecho, el asesor plantea que con Chandler no solo se podrá aumentar la precocidad del huerto, sino que la producción podría mantenerse relativamente estable en el tiempo, produciendo sobre 7 mil kg por hectárea, pudiendo alcanzar sobre las 9 ton/ha. Pero alcanzar estos resultados no es una tarea trivial.

Identificando las zonas de plantación

También es importante conocer el impacto del lugar geográfico en dónde se podría instalar el huerto.

De acuerdo con Pilar Gil, tener huertos en la zona sur como Los Ángeles, puede ser complejo por las heladas y las lluvias, donde factores como la peste negra del nogal puede aparecer y atacar a los cultivos. Por lo que, si se trabajará en la zona, se debe tener en consideración tal elemento.

“En la zona central, mientras más cerca de cordillera, hay complicaciones por las altas radiaciones y temperaturas, alta demanda hídrica y también hay más riesgo de helada en primavera y otoño. Además, por experiencia, he visto que nogales como cv. Serr producen muy bien en climas más templados como aquellos característicos de zonas costeras, aunque un problema podría ser la falta de horas frío”, dice Gil.

Por su parte, Joublan cree que lo mejor es establecer huertos de alta densidad de Santiago al sur, por los problemas de disponibilidad de agua y calidad de suelo. Si se considera como referencia la Carretera Panamericana, el asesor dice que lo mejor es apostar por sectores al poniente de este ícono, al oriente de la carretera recomienda no superar los 200 o 300 metros sobre el nivel del mar.

“Sobre 400 metros sobre el nivel del mar el productor podría empezar a tener problemas por la aparición de heladas convectivas o advectivas. Esto aplica, más menos, desde Curicó al sur. De Curicó al norte es menos probable tener heladas en Chandler sobre todo”, asegura Joublan.

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Presione los botones naranjos para avanzar o retroceder en la galería interactiva.Adaptación e interactividad: Rolando Araos

Marcos de plantación: ¿Qué implementar?

Otra decisión esencial es escoger un marco de plantación, es decir decidir cuántas plantas irán por hectárea y a qué distancia se ubicarán unas respecto a otras.

Jean Paul Joublan asegura que uno de los marcos que le ha dado muy buenos resultados en productividad temprana en un huerto de variedad Chandler bajo Sapsystem en Los Ángeles cuyo marco es de 7x2,5 metros, lo que da un total de 572 plantas por hectárea, siempre sin reguladores de crecimiento.

“En este huerto, en 3ª hoja, he tenido casi 3,1 ton/ha y en la 4ª hoja 7,2 ton/ha”, complementa el asesor. Esto implica un menor interés económico en establecer huertos a una mayor densidad.

Por su parte, Pilar Gil cree que si un productor no ha tenido experiencias previas con huertos de alta densidad o está ingresando recién al negocio, lo mejor sería apostar por densidades menos demandantes para el productor, aunque todo depende de los recursos con que cuente.

Gil considera que, en tal caso, un marco de plantación de 7x3,5 metros o incluso 7x5 metros, dependiendo también de las características físicas y químicas del suelo. Con marcos menos densos el campo requeriría un menor control de canopia y, eventualmente, el uso de reguladores de crecimiento también podría ser más bajo.

“Lo mejor es comenzar con distancias más clásicas cuando se está partiendo en el negocio. Si el productor inicia con distancias muy cortas entre cada árbol, el huerto es más precoz pero también el manejo tendrá que ser más intensivo”, advierte la académica de la UC.

Si un productor no ha tenido experiencias previas con huertos de alta densidad o está ingresando recién al negocio, lo mejor sería apostar por densidades menos demandantes para el productor, recomiendan los especialistas.
Crédito: Gentileza Miguel Carús

Miguel Carús asegura que los marcos que van desde 5x1,25 metros hasta los 6x2,5 metros también son una alternativa atractiva, considerando que a la 2ª hoja producen entre 200 a 1.000 kg/ha, mientras que a la 3ª hoja logran entre 2 a 6 ton/ha.

“Con estas cosechas se puede ver claramente un aumento de la precocidad productiva que permite iniciar la cosecha de nueces un año antes de lo normal y conseguir en la 3ª hoja un acumulado productivo de 5.996 Kg/ ha de nueces (5x1,25 metros), más de 7 veces superior al conseguido en un buen huerto convencional de 286 plantas/ha (7x5 metros) y que logra 770 kg/ha en promedio”, dice Carús.

Carús añade que si el productor apostará por producir en estos sistemas intensivos, donde la cantidad de plantas oscilará entre 500 a 800 plantas por hectárea, la poda de producción debe enfocarse en controlar la luminosidad y en renovar de forma constante los centros productivos de cada árbol.

Por su parte, Giovanni Lobos explica que también hay experiencias aún más intensivas.

En evaluaciones realizadas en años anteriores, se han establecido huertos de Chandler, manejada con el regulador de crecimiento Cultar —que favorece la conducción y los ángulos de las ramas laterales— para crear huertos con un marco de plantación de 4x3 metros y 4x1,5 metros lo que se tradujo en una densidad de entre 800 a 1.600 plantas por hectárea, lo que puede representar un enorme desafío para los productores que no hayan trabajado anteriormente con un sistema así.

Cuando estos huertos tengan una edad más avanzada, dice el especialista del INIA, se planea ir eliminando una planta por medio.

“La definición del número de plantas por hectárea en huertos de alta densidad, depende mucho del tipo de suelo y de la variedad, y los mejores resultados de altas densidad que han permitido mantener una producción constante están entre las 500 a 600 plantas por hectárea, lo que permite manejar de mejora forma la luminosidad del huerto, plagas y manejos en general”, plantea Lobos.

Mecanización y maquinaria, un desafío importante

Si bien existe una tendencia a mecanizar, en este caso, y considerando que la alta densidad puede conllevar que el espacio entre las líneas de plantación no sea lo suficientemente ancho para el paso de maquinaria, lo recomendable es apuntar a un huerto semimecanizable.

Si bien, en principio, esto permitirá que se puedan mecanizar labores desde la poda hasta la cosecha, en algunas temporadas habrá que trabajar manualmente, debido al aumento de vigor de los cultivos a medida que se van desarrollando.

“Pero, en algunas temporadas, esta labor deberá ser en forma manual, para eliminar ramas del interior de la planta, y si hay un emboscamiento, se deberán aumentar las aplicaciones para el manejo fitosanitario y, en casos extremos, el raleo de planta; labores que encarecerán los costos productivos”, dice Giovanni Lobos.

De hecho, Lobos recomienda que, si se considera el uso de inhibidores de crecimiento para mantener a los árboles compactos, estos deben aplicarse cada dos temporadas y no antes, para evitar desórdenes fisiológicos en las plantas.

También es posible apostar por máquinas más livianas y compactas, sobre todo cuando se trata de remecer los árboles, donde los shakers convencionales no son eficientes.

“Por ejemplo, remecedores en lugar de shakers que requieren más espacio. Estos remecedores funcionan con el toma fuerza del tractor y con una linga”, recomienda Joublan.

El asesor también recomienda utilizar cosechadoras mecánicas que sean capaces de llegar lo más cerca del tronco, ya que los huertos de alta densidad se caracterizan por contar con árboles más pequeños y que están más cerca del suelo, por lo que será más complejo trabajar con máquinas que alcancen una altura relevante.

Aplicar reguladores de crecimiento con responsabilidad

Los reguladores de crecimiento son una herramienta útil para los nogaleros, sobre todo cuando se trata de aumentar la producción o realizar un adecuado control del vigor y así evitar factores como el emboscamiento.

“El uso de reguladores de crecimientos ayuda a aumentar las producciones iniciales (a través de cianamida hidrogenada, citoquininas) y también reducen el crecimiento excesivo del cultivo (uniconazole, paclobutrazole), por lo que son fundamentales para evitar el emboscamiento”, dice Miguel Carús.

Sin embargo, emplear estos y otros reguladores de crecimiento sin considerar la realidad fitosanitaria del huerto es uno de los errores más graves que puede cometer un productor, debido a que esto puede, por ejemplo, disminuir considerablemente el potencial productivo del huerto a largo plazo.

Por ello, estos elementos no pueden ser utilizados si el huerto está estresado o en condiciones que no sean las óptimas.

“El uso del regulador de crecimiento con el cultivo bajo condiciones de estrés hídrico o problemas fitosanitarios, incrementa el estrés de la planta, lo que puede generar un efecto negativo en el huerto”, advierte Giovanni Lobos.

El mal uso de los reguladores de crecimiento puede traer consecuencias a largo plazo.
Crédito: Gentileza Miguel Carús

Otro aspecto relevante se relaciona con la normativa. Esto implica que los productos a utilizar deben estar inscritos en el SAG para ser aplicados en el cultivo.

“En caso contrario, ante cualquier problema como la aparición de residuos en la fruta, problemas comerciales o ante una aplicación errónea, el productor no tendrá ante quien reclamar”, dice Pilar Gil.

La académica de la UC añade que las aplicaciones tampoco pueden ser seguidas ni realizarse todos los años, sino que deben ser separadas y puntuales y reitera que no se pueden aplicar en huertos estresados o enfermos. Esto ayudará a tener un huerto de nogales en alta densidad sano, vigoroso y productivo.


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