En 2019, el pozo que abastecía a los habitantes de Rangue, un pueblo de unas mil personas al suroeste de la laguna de Aculeo, quedó "colgado", es decir, ya no entregó más agua. El alcalde, junto con la DOH, ayudó a construir un nuevo pozo. Lo que ocurrió en Rangue sería consecuencia de lo que afecta a la laguna de Aculeo: en 2018 se secó.
Esa desecación no fue sorpresiva: desde 2012 que se venía viendo cómo el agua descendía. Sin descartar el impacto humano —que lo hay—, la causa principal detrás de la desecación de la laguna de Aculeo es la megasequía que afecta a esa zona, así como a varias regiones del país, y la demora en tomar acciones que podrían haber minimizado la situación, explica Pilar Barría, quien en 2020 publicó "Análisis del balance hídrico en la cuenca de Aculeo: Aprendizajes para la gestión de recursos hídricos frente a la escasez hídrica", junto con un equipo de investigación de la Facultad de Ingeniería Forestal de la Universidad de Chile, para lo que realizaron diversos estudios en la zona en el marco de un proyecto del Fondo de Innovación para la Competitividad de la Región Metropolitana.
Lo clave ahora, insiste la especialista —quien además es académica de la Universidad de Los Lagos e investigadora del CR2—, es hacer el aprendizaje para que esta situación no se repita en otras áreas del país, ya que, aunque la laguna de Aculeo tiene condiciones muy particulares, hay acciones que pudieron haberse tomado a tiempo para evitar llegar a la situación actual, las cuales todavía se podrían aplicar en otras zonas en riesgo hídrico.
—¿Qué tanto impacto tiene el cambio climático en la condición actual de la laguna de Aculeo?
Nosotros lo que decimos es que el factor de la megasequía es 10 veces más relevante que el sobreconsumo en explicar que se haya desecado la laguna. Pero también es importante decir que solo un 25% de la megasequía se atribuye al cambio climático —como lo demuestran estudios de Garreau y Bossier— y el resto es consecuencia de la variabilidad natural, de la naturaleza aleatoria del clima. Ahora, lo del cambio climático —que tiene entre sus causas al factor humano— no es reversible; incluso, si tomáramos medidas radicales hoy, el efecto se va a mantener por lo menos por unos 50 años más, porque aunque lográramos revertir hoy nuestras emisiones, hay una inercia.
—Pero de todas formas el factor humano es importante…
Son diversos factores como problemas de gestión, de sobreotorgamiento y de sobreúso del recurso, que en Chile existen. Eso es innegable y hay que mejorar. Pero no podemos olvidarnos de las tendencias y proyecciones climáticas y que son un elefante blanco que tenemos en la sala que está generando cambios en los patrones climáticos de todo el país y que probablemente va a continuar.
—Lo que ocurre en Aculeo ¿es similar a lo de Petorca y podría entonces repetirse en otras zonas?
—Es importante entender que cada cuenca es distinta, con características y actores propios, y cuando se hacen ejercicios de atribución, se consideran esas características locales.
La de Aculeo es una condición muy específica. En torno al 62% de la cuenca está cubierta por bosque nativo, entonces su dinámica es muy diferente a Petorca, por ejemplo, que tiene un uso de suelo agrícola bastante mayor. Entonces, para saber los factores que están detrás de lo que sucedió en Petorca, habría que hacer un ejercicio de atribución, donde se vean todos los factores, por ejemplo, diciendo ¿qué pasaría si no tuviese esta agricultura; qué pasaría si no hubiese ocurrido la sequía? Y desde ahí se va viendo cuál es más relevante.
Ese ejercicio lo hicimos en Aculeo, considerando la dinámica y todos los factores y flujos hidrológicos de esta cuenca, pero no es un resultado que podamos decir es el mismo en todas las cuencas.
—Pero en esa zona ha habido cambios importantes en el uso de suelo. ¿Hay un aumento de la producción de alimentos?
En esta zona la agricultura general no aumentó, sino que lo que ha habido, en términos de producción de alimentos, es que aumentan los frutales y un cambio de cultivos anuales a parcelas de agrado. Hay una pérdida de cultivos anuales y de cultivos agrícolas de pequeños agricultores.
—¿Se podría haber evitado la situación a la que se llegó en Aculeo?
Hicimos un análisis para ver qué hubiese pasado si no existiera actividad humana en esa zona y todo estuviera cubierto por bosque nativo y matorrales. Al hacerlo vimos que antes un escenario de megasequía, se hubiese perdido igualmente más de dos tercios de la laguna. Incluso sin consumo humano. Eso muestra el carácter de la megasequía, que de todas formas hubiese generado esta menor generación de agua de la cuenca y esta mayor evaporación.
Sin embargo, al ver este escenario, que no se hubiese secado por completo, indica que sí se hubieran podido haber tomado medidas precautorias desde antes para haber reducido los consumos frente a las proyecciones que hay.
El impacto de las parcelaciones y de la producción agrícola
—En esta cuenca, al igual que en muchas del país, hay un sobreotorgamiento de derechos de aprovechamiento de aguas.
—Efectivamente. Por eso otra simulación que hicimos es qué hubiera pasado si los derechos estuvieran todos en uso desde que los entregaron. Entonces la laguna se hubiera secado en los años 80, porque ya se había otorgado mucho más agua de la que naturalmente se produce o se recupera.
—¿Ese sobreotorgamiento es para uso agrícola?
En esta cuenca la mayoría son para uso en agricultura porque provienen desde la reforma agraria, donde se entregaron derechos de aprovechamiento asociados a la tenencia de los terrenos agrícolas. Pero esto cambia dependiendo de la cuenca.
Hay que considerar que Aculeo es una hacienda que fue creada como agrícola, y que antes tenía más producción agrícola. Entonces, no es que la agricultura sea algo nuevo. Lo que sí ocurrió es que hubo un cambio de algunos terrenos de uso agrícola a parcelas de agrado y desde algunos cultivos anuales a frutales.
Y también identificamos que aquellos que cambian de cultivos anuales a parcelas de agrado tienen un consumo mayor que frutales, porque la parcela de agrado tiene césped que se riega bastante más seguido que los frutales o cultivos que se riegan en algunos meses nada más, y con tasas de riego que son más grandes. Entonces, ese es un cambio importante y que hay que regular.
—Entonces el principal problema que habría es de regulación y eso se podría replicar en otras cuencas…
Exacto. Es un problema de ver las señales y los impactos y no tomar acción, y eso es algo que yo reitero mucho en otras zonas donde ya hay ejemplos que hay que tomar medidas ahora y no esperar a que pasen 10 años, cuando los efectos sean monstruosos o lleguen a un punto de no retorno.
En Aculeo desde los años 90 que había indicios de que la cuenca dependía mucho de la lluvia, años con bajo nivel, o donde la contaminación aumentaba de manera importante. Sin embargo, a pesar de todos esos indicios que se fueron generando, no hubo reacción hasta que se secó.
—¿Qué tipo de acciones o medidas debiesen comenzar a tomarse en las zonas donde ya se vislumbran problemas hídricos?
—En el libro analizamos la gestión hídrica y la de planificación territorial. Una de las primeras medidas que proponemos, que es relevante, es la de generar Organizaciones de Usuarios de Aguas.
-En Aculeo, la DGA ya implementó una Casub, que es la de las aguas subterráneas, pero aún no hay una de las aguas superficiales. Hoy hay muy poca agua superficial, pero de todas formas hay que regular su uso, porque ¿qué pasa si empieza a llover más o si se genera algún tipo de agua? Si no está regulado su uso, se va a consumir más rápido de lo que llega.
—Lo otro que decimos que es importante es generar una base de datos única. Nosotros hicimos un levantamiento de los derechos de agua otorgados por el SAG, y que no forman parte del catastro público de agua, por lo tanto duplican la cantidad de agua que hay legalmente otorgada, lo que tiene que formar parte de una base de datos que permita hacer regulación del uso, sino vas a actuar sobre una parte de los usos y otros no van a estar formando parte de, por ejemplo, posibles prorrateos.
Es decir, hay medidas que pueden tomarse si se está atento a las señales y se toman a tiempo.
Medidas para recuperar la laguna
- ¿Hay algo que se pueda hacer en Aculeo para recuperar, aunque sea parcialmente, la Laguna?
Analizamos cuál sería el impacto de tres medidas en conjunto.
-Una es mayor eficiencia de riego en los cultivos agrícolas, más reducir la superficie de césped en las parcelas de agrado —usando recomendaciones de otro proyecto de la facultad que propone dejar un 25% con césped y otras zonas con combinación de matorrales nativos—, y el ingreso de los excedentes de riego, de marzo a mayo, del canal Aguilino. De hecho ya se están buscando alternativas para hacer esa conexión. Con esas actividades se lograría recuperar cerca de la mitad de la laguna.
—Pero si eso no va acompañado de una Organización de Usuarios de Aguas Superficiales, entonces eso se puede convertir en nada, porque al no haber regulación, nada limitaría la extracción de esa misma cantidad de agua.