Un desastre. Así han calificado diversas asociaciones agrícolas y cereceras lo que ha sucedido con la cereza chilena en China después de que un medio asiático difundiera que esta fruta contenía trazas de Covid-19, despertando la alarma en los consumidores chinos quienes detuvieron sus compras. Pese a que la situación ha comenzado a revertirse, todavía no se ha normalizado completamente lo que estaría provocando importantes pérdidas económicas.
En este sentido, ¿qué opciones tienen los exportadores para evitar que daños mayores?
Una de ellas sería ejercer acciones legales contra quienes difundieron la noticia falsa sobre la cereza chilena. Lo complejo al respecto es determinar qué tribunales tendrían la jurisdicción —autoridad para aplicar las leyes vigentes— para hacerlo: ¿los chilenos o los del gigante asiático?
“Será interesante revisar la jurisdicción, ya que en este caso puede que tanto los tribunales chinos como los chilenos tengan dicha jurisdicción ante esta eventual publicación difamatoria”, asegura el abogado de Araya & Cía., Sebastián Norris.
Dicha acción, añade el especialista, tendrá que ser bien estudiada para determinar si esta será iniciada en Chile o en China.
Revisar los contratos
Más allá de las acciones legales que se puedan emprender, es fundamental que los exportadores revisen sus contratos con el fin de buscar y acreditar si sus cerezas fueron comercializadas a precios establecidos con un mínimo garantizado el que deberá ser cancelado por el cliente o importador en China.
Eso sí, existe una importante dificultad, el cliente o importador puede no estar en condiciones de pagar.
“La gran dificultad es que el mínimo garantizado no significa que dicho cliente o importador esté en condiciones de pagar pues la crisis golpea a todos los eslabones de la cadena. En tal situación lo lógico es conversar con el cliente o importador, a quien se suele ver más como un socio estratégico que como un comprador o distribuidor ocasional”, explica Norris.
Por otra parte, en caso de que la exportadora haya contratado un seguro de crédito, deberá realizar lo más pronto posible las declaraciones de siniestro o amenaza de siniestro, según lo que dictamine su póliza.
“Para evitar problemas posteriores, debe quedar claro que lo exportado reunía las especificaciones y estándares requeridos y acordados con el cliente o importador”, dice el abogado de Araya & Cía.
Esto, complementa el especialista, se hace con el fin de evitar que el cliente o importador rechace el pago del precio firme o mínimo garantizado, con el fundamento de que la cereza no cumplía en cuanto a su calidad o condición.
Dado lo anterior, es recomendable que el exportador tenga sus inspectores de calidad en el lugar para certificar la calidad del producto.
El rol del productor
Considerando que los productores de cerezas poseen interés en el resultado de la comercialización de cerezas en China, es factible que ellos puedan unirse a las eventuales acciones legales que se ejerzan por los daños que puedan surgir de esta situación.
“La tónica impulsada por Fedefruta, en los últimos años, ha sido la de convertir a los productores en exportadores, por lo que probablemente muchos productores también sean parte directa de un contrato de exportación con recibidores o importadores en China”, explica Norris.
Además, dice el experto, es fundamental que siempre los productores formalicen sus acuerdos a través de contratos, ya que esto será una herramienta fundamental en la resolución de controversias como esta.
“Es clave establecer la obligación de pagar mínimos garantizados o precios firmes, el traspaso de los riesgos y otros elementos similares”, dice Norris.
Además, advierte el abogado, existirá una diferencia importante entre aquellos exportadores que tengan formalizado tal tipo acuerdo con aquellos que no los tengan.