Cada año se embarcan aproximadamente 70 mil kilos de ciruelas deshidratadas a más de 70 países en todo el mundo, con México y Estados Unidos como los mayores compradores. Esta cifra posiciona a Chile como el mayor exportador, dejando atrás a otros como Argentina y Canadá. Sin embargo, el clima y el impulso de nuevos frutales, como la cereza, han llevado en los últimos años a un estancamiento en la superficie plantada de ciruelos europeos -variedad que se utiliza para deshidratar- lo que está enfrentando a la industria con nuevos desafíos.
El 2017 fue un buen año en términos de producción, ya que mejoró el calibre, que promedió 76 unidades/libra respecto de los 89 de 2016. Se esperaba que con esto el rubro repuntaría en forma importante, pero no ocurrió. Es que las empresas exportadoras habían tenido un 2016 bajo en términos de venta, debido al bajo calibre obtenido por las condiciones climáticas de 2015, que habían llevado a que la fruta no alcanzara el tamaño esperado.
Pero este año las cosas tampoco ocurrieron como se esperaba y la exportación fue lenta. Según el boletín de frutas y hortalizas procesadas, elaborado por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), las exportaciones de ciruelas deshidratadas entre los meses de enero y agosto fueron de 47 mil kilos, tan solo 12% más que durante el mismo período del año 2016.
Andrés Rodríguez, director ejecutivo de Chile Prunes, explica que si bien durante el primer semestre hubo una venta acelerada de las ciruelas con mejor calibre; en el segundo semestre esto se estancó y se acumuló la fruta de bajo calibre que había quedado del año 2016. Y todavía falta por ver cómo impactará la producción de California, que esta temporada tuvo una cosecha mucho mejor que la de 2016.
“Los compradores han estado expectantes con qué va a pasar con los volúmenes de California, ya que la cosecha fue en agosto y los resultados fueron bastante mejores que otros años, lo que quiere decir que va a haber una alta disponibilidad de producto”, comenta Jesús de la Riva, presidente de Ciruelas Chile.
Pero la buena noticia es que las condiciones climáticas del invierno llevan a los productores y a los exportadores a mirar con buenos ojos la temporada 2018. De la Riva comenta que el invierno tuvo buenas horas de frío sin heladas preocupantes y que la floración también fue buena, lo que podría tener como consecuencia calibres parecidos a los de este año.
Que las últimas dos temporadas no hayan tenido los resultados esperados para una de las industrias agrícolas más importantes del país ha llevado a plantear nuevos desafíos.
1-Potenciar las cualidades de las ciruelas
Las ciruelas tienen un alto contenido de potasio, vitamina K y fibras. En un mundo donde los consumidores buscan cada vez con más ahínco que sus alimentos además de nutrirlos los ayuden a mejorar su condición física, comunicar, tanto al mercado internacional como al nacional estas cualidades de la fruta es uno de los desafíos que se plantean los productores y comercializadores.
Andrés Rodríguez explica que Chile, al ser el primer exportador mundial, tiene la responsabilidad de demostrar las propiedades que convierten a la ciruela en un súperalimento. Para esto, Chile Prunes, en conjunto con la International Prune Association (IPA), están realizando estudios que pretenden demostrar científicamente que las ciruelas sirven para mejorar la densidad ósea y prevenir enfermedades como la osteoporosis.
2-Abrir nuevos mercados para el consumo fresco
Si bien históricamente la exportación de ciruelas ha sido en forma de deshidratado, Jesús de la Riva explica que durante los últimos años, desde los mercados asiáticos, especialmente China, se han abierto nuevas ventanas de comercialización para llevar el producto en fresco.
“Se ha abierto un nicho para la exportación de ciruela europea en fresco, de hecho ha entrado como un cierto miedo al ímpetu que trae la cereza. Desde Ciruelas Chile hemos hecho un seguimiento a esa exportación y el crecimiento ha sido exponencial en los últimos tres años, y hoy hay muchos productos que han hecho parte de su huerto para cosecharlo en fresco”, asegura Jesús de la Riva.
3-Fomentar la producción de ciruelas de mejor calidad
A pesar de que en parte importante el calibre de las ciruelas depende de las condiciones climáticas que enfrenten los árboles durante el invierno, muchas veces un buen manejo técnico del huerto podría lograr una mejora en este aspecto.
“La calidad, una ciruela de calibre grande, con buen contenido de azúcar será apetecida por los principales mercados, por eso yo diría que el principal desafío es orientar a toda la industria a la producción de ciruelas de calidad y eso se logra con unidad”, dice Andrés Rodríguez.
4-Valor agregado para el calibre pequeño
Algo que los productores y exportadores de ciruelas tienen claro, es que a pesar de los esfuerzos siempre va a existir una parte de la producción total que será de calibre más pequeño y que por consecuencia tendrá mayores dificultades para ser exportada. Es por esto que otro de los grandes desafíos de la industria es buscar nuevas formas para explotar las ciruelas de menor calidad.
Más que buscar nuevos mercados donde posicionar el producto, desde Ciruelas Chile sostienen que existen una serie de subproductos que no necesitan ciruelas de gran calibre. De la Riva comenta que hay empresas que han comenzado a desarrollar jugos orgánicos de ciruela, productos nutraceúticos o licores, por ejemplo.