La acidificación de los suelos es un problema común en Chile, y que afecta especialmente a la zona comprendida entre la Región del Maule y la de Los Lagos. Su acción puede generar importantes daños para el desarrollo de la agricultura, como una disminución en los rendimientos de los cultivos, que en el caso del maíz puede llegar al 70%, y hasta su muerte por toxemia.
Por lo mismo, llevar a cabo medidas para revertir esta situación será de vital importancia para cuidar el bolsillo de los productores nacionales.
La fórmula perfecta
De acuerdo a los expertos, la mejor opción para corregir este problema es utilizar enmiendas calcáreas (calcio en alguna de sus formas para uso agrícola), las cuales reaccionan en el suelo neutralizando los procesos químicos de acidificación.
“Al seleccionar materiales para encalado, los interesados deben verificar su valor neutralizante, su grado de fineza o granulometría, el aporte de otros elementos, como el magnesio (cal dolomítica) y su reactividad. También su costo, transporte y distribución”, indica Germán Ruiz, profesor de fertilidad y nutrición de la Universidad Mayor.
Una de las características de los productos encalantes a la que hay que poner especial atención es a la fineza de su partícula. Esta propiedad física determina la velocidad de reacción del producto. Así, los materiales más finos, al estar en mayor contacto con la superficie, reaccionan con mayor velocidad y en forma más completa. Por el contrario, los materiales con un mayor tamaño de partícula reaccionan de manera lenta e incompleta, por lo que dejan una mayor cantidad de residuos, lo que a la larga será más perjudicial para el cultivo.
El momento y la dosis adecuada
La cantidad y la frecuencia de la aplicación del material encalante dependerán de una serie de factores, como la enmienda que se vaya a utilizar, las características del suelo y sobre todo la especie. Y es que es importante tener en cuenta que cada cultivo posee un pH óptimo, dentro del cual alcanza su máxima expresión, y un pH crítico. Lo cierto es que estos valores les permiten reaccionar de forma distinta ante el fenómeno de la acidificación.
“Existen ciertas especies como los arándanos que requieren de un pH ácido para demostrar su máxima productividad y otros cultivos como la alfalfa o la cebada que bajo estas condiciones se ven fuertemente afectados”, explica Ruiz.
Germán Ruiz: “Existen ciertas especies como los arándanos que requieren de un pH ácido para demostrar su máxima productividad y otros cultivos como la alfalfa o la cebada que bajo estas condiciones se ven fuertemente afectados”.
Por lo mismo, antes de tomar cualquier decisión, los expertos recomiendan realizar un análisis de suelo certero y rutinario, con el fin de conocer el ritmo de acidificación y/o alcalinización del suelo.
(Vea la nota: “Las claves para realizar un análisis de suelo certero”)
“Por ejemplo, si la acidez y el porcentaje de saturación de aluminio fuese alto, debemos aplicar una dosis de corrección; si la situación no es crítica para el cultivo, podemos aplicar una dosis de mantención; y si finalmente, para establecer el cultivo estamos usando fertilizantes de reacción ácida (nitrógenos o fosfatos amoniacales), debemos aplicar una dosis de neutralización”, explica Iván Vidal, docente del Departamento de suelos y recursos naturales de la Universidad de Concepción.
Es importante tener en cuenta que en sus primeros estados de desarrollo, las plantas se encuentran más sensibles a la acidez, por lo que se recomienda aplicar las enmiendas calcáreas 2 a 4 meses antes de la plantación o siembra.
Quizás la única excepción son las leguminosas, las cuales viven en simbiosis con bacterias fijadoras de nitrógeno. Por lo mismo, la enmienda debe ser aplicada cuatro o cinco meses antes de la siembra, con el fin de no afectar el desarrollo de estas bacterias que son muy sensibles a la acidez.
Cabe destacar que luego del primer año de aplicación (segundo o tercer año), la reacción del producto a la acidez progresa de manera rápida. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, su acción declina gradualmente.
Forma de la aplicación
Para aplicar el material encalante se debe utilizar una máquina encaladora por toda la superficie del campo. Cabe destacar que esta máquina posee un estanque que esparce el producto en polvo de manera uniforme.
Luego, el productor o responsable del proceso debe incorporar el material en el suelo, mediante el uso de una rastra o un arado de disco.
En el caso de que el productor desarrolle la cero labranza o siembra directa, el proceso sólo considerará la aplicación de la enmienda a través de la encaladora, descartando el uso del arado de disco.
“En estos casos disminuye un poco la rapidez de la reacción, pero es igual de efectivo que cuando se incorpora en el suelo”, agrega Iván Vidal.
Dentro de las enmiendas más utilizadas en nuestro país, figuran las siguientes:
Óxido de calcio: También conocida como cal viva, este polvo de color blanco, que en estado puro posee 71% de calcio, es difícil de manejar por su efecto caústico (quema como los ácidos). Su mayor ventaja es que reacciona rápido en el suelo. En la actualidad casi no se encuentra disponible en el mercado nacional.
Germán Ruiz: “Al seleccionar materiales para encalado, los interesados deben verificar su valor neutralizante, su grado de fineza o granulometría, el aporte de otros elementos, como el magnesio (cal dolomítica) y su reactividad. También su costo, transporte y distribución”.
Hidróxido de calcio: Este producto blanco, de alto costo, difícil de manejar, y que en forma pura contiene 56% de calcio, reacciona muy rápidamente con el agua del suelo, por lo que los expertos recomiendan aplicarlo de forma inmediata. Este producto, que se conoce como cal apagada, casi no se encuentra disponible en el mercado.
Dolomita o Magnecal: Es un carbonato doble de calcio y magnesio (CaCO3*MgCO3). La Dolomita pura contiene hasta 25% de calcio mínimo y 8% de magnesio, por lo que son tremendamente valorados para fines agrícolas. El magnesio es un elemento esencial para los cultivos, que por lo general no se encuentra en suelos ácidos.
Carbonato de calcio (Cal agrícola o calcita): Es el más empleado por los productores para neutralizar la acidez de los suelos, debido a que posee una efectividad similar a la Dolomita, pero es más barato. Si bien contiene de modo preferente carbonato de calcio, su calidad dependerá de la cantidad de impurezas que tenga, ya que se obtiene de yacimientos de extracción.
Óxido de Magnesio: Este producto contiene 60% de Magnesio (Mg) y posee una gran capacidad de neutralización. Sin embargo, es de baja solubilidad en agua.
Conchas molidas: Las conchas están constituidas principalmente de carbonato de calcio, pero presentan impurezas por arena y material orgánico. A veces son muy gruesas, por lo que pierden eficiencia al ser aplicadas como enmiendas en el suelo. Así, de ser utilizadas, deben estar finamente particuladas.
Valor pH críticos y a alcanzar de algunos cultivos
Cultivo
pH crítico
pH crítico
Trigo
5,4
5,6
Maíz
5,5
5,7
Alfalfa
6,0
6,2
Trébol rosado
5,8
6,0
Papas
4,9
5,1
Coles
5,5
5,7
Fuente: Matus, F. 2006. Fertilidad de suelos y nutrición de cultivos; desarrollo de la experiencia en Chile.