La monitorización del riego a través de un sistema web, es decir, conocer en línea cómo está operando el sistema de riego y el nivel de infiltración que alcanza en el predio, es una herramienta que permite ahorros de entre un 5% y 10% de agua y energía.
Si se le suman sensores de humedad de suelo —que permiten definir cuándo y cuánto regar— los ahorros pueden ascender a entre 20% a 30%.
Tales beneficios se generan porque estas tecnologías no solo permiten identificar cuánto se regó realmente y cómo está trabajando el equipo, sino también alertan en caso de que haya un corte en el suministro eléctrico o si el tranque se queda sin agua durante la noche, por citar algunos ejemplos.
Esto permite que el productor aplique las correcciones necesarias y reponga el suministro hídrico que previamente se debía entregar, por lo que le permitirá cumplir con su programa de riego, logrando mantener o incluso aumentar su potencial productivo.
Cuidado con llenarse de programas
Para tomar buenas decisiones en riego se necesitan cruzar e integrar datos de clima, suelo, planta y el mismo riego. Si cada uno de estos datos los maneja un programa distinto, será muy complejo tomar decisiones, se perderá mucho tiempo en el análisis y, por consiguiente, no se podrá regar adecuadamente.
Por ello una primera decisión es definir si solo se busca programar el riego o si también se necesitará instalar sensores de humedad o estaciones meteorológicas.
Al mismo tiempo se deberán definir las variables que se medirán y conocer qué tecnologías permiten agrupar toda esta información -y monitoreo- en un mismo programa o software y cuáles no.
Inversión de la tecnología
Las tecnologías ofrecidas por el mercado ofrecen soluciones que monitorean el riego —saber tiempo y volumen de agua entregado por las bombas— y otras que además permiten programar y controlar este a distancia.
En general, ambas han bajado bastante de precio y existen soluciones muy económicas, que pueden ir desde US$100/ha, para un monitoreo y control de riego en un campo de 30ha, en el caso de DropControl.
Dicha inversión se pagará, sobre todo, en aquellas plantaciones más nuevas donde el riego se pueda afinar desde el día uno, permitiendo que las estimaciones del caudal de riego sean mucho más cercanas con el caudal real entregado por el equipo.
Cabe destacar que los resultados podrían variar en campos antiguos, ya que ahí dependerá de cómo se esté regando, pero la experiencia demuestra que se sobre riega en la gran mayoría de los predios de Chile.
Sea cual sea el escenario —campo nuevo o viejo—, el retorno de la inversión, en promedio, se logra entre 1 a 3 años.
¿Solo frutales?
Se suele pensar que los frutales, por su condición de cultivo permanente con inversiones a largo plazo, son la opción más ad-hoc para adquirir este tipo de tecnologías.
Por su parte, cultivos anuales como hortalizas, cereales, praderas y otros no ven la necesidad de utilizar estos sistemas ya que sus riegos en general, por lo menos en Chile, suelen ser de tipo gravitacional o secano.
Pero esto está cambiando ya que en los últimos años se ha visto un incremento importante de hortaliceros y ganaderos que poseen praderas en el sur, quienes han implementado equipos de riego y monitoreo, notando importantes ahorros en agua y electricidad, junto con una mejora de la productividad.
Capacitación
La gran ventaja de las nuevas tecnologías de monitorización radica en que la información que entregan es de fácil comprensión.
Por ejemplo, percatarse de que el equipo de riego no entrega los mm/h que originalmente daba, es una clara señal de que se requiere una mantención o bien, si el equipo indica que en la noche se cortó la luz durante dos horas en un sector del predio, se necesitará reponer esa agua en la zona afectada.
A fin de cuentas, este tipo de tecnologías es similar a encender el panel de control del auto, si se prende el indicador de la bencina será necesario acudir a una estación de servicio.
Internet, ¿fundamental?
Si bien existe la creencia de que se requiere internet en el lugar donde se instalará el sistema de monitoreo, esto no es tan cierto.
La mejor alternativa, para este caso, es conectar un computador o pantalla directamente a los programadores de riego para realizar un manejo local del sistema.
Eso sí, esta opción probablemente no alcanzará los mismos resultados que aquellos que funcionan con información en la nube (datos almacenados en internet y que pueden ser descargados desde cualquier dispositivo como celular, tablet o PC).
De hecho, en situaciones donde hay internet y se cuenta con una conexión estable, la experiencia de uso y gestión de la información a distancia y en tiempo real será claramente mucho mejor.
Se debe destacar que, actualmente, la conectividad a nivel nacional en las zonas rurales es de las mejores en Latinoamérica y es posible encontrar acceso con una o más compañías de telecomunicación en prácticamente la totalidad de los campos del país.
Tal impacto se reflejará, sobre todo, en aquellos predios ubicados en cerros, en predios donde se suela regar de noche sin casetero o también si se trabaja con equipos muy antiguos donde el caudal de operación de las bombas no es el mismo que el del día uno y donde se necesita tomar decisiones oportunamente.