Santiago de Chile.   Lun 13-05-2024
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Cristóbal Jorquera: “Todos quieren jugar como el City, pero es imposible; muchos buscan mecanizar el fútbol”

El volante disfruta jugando en Magallanes después de sobreponerse al tormento de nueve operaciones. “Tuve momentos de debilidad pero todo pasa”, dice. Adora el buen juego pero no se pierde: “Jugar bien es ganar”. Sabe que sus atributos, siempre, estarán condicionados por el colectivo. “No me sirve de nada jugar entre líneas si el resto no se mueve”. Reconoce que tuvo a Bielsa con 19 años y “no entendía nada”. El fútbol bajo la óptica de un enganche puro.
Foto: Photosport.
Claudio Herrera de la Fuente27 de abril, 2024
A Cristóbal Jorquera le gusta el fútbol, y harto. “Veo varios partidos al día”, admite. La trayectoria del volante no se entiende sin lesiones y saca cuentas: “Pienso en la cantidad de partidos que me perdí, por ahí puedo tener 350 partidos en mi carrera, pero tendría que tener 200 más”, dice y revela que está de pie después de nueve operaciones.

“El 2005 fue el cruzado de la rodilla izquierda, el 2010 meniscos en la izquierda, el 2014 metatarso izquierdo, después fue un desgarro grave en el isquio y glúteo, que me tuvo tres meses sin jugar. Luego la lesión de la espalda en 2018, dos operaciones y 13 meses sin jugar. Y la última me reventé la rodilla derecha, me rompí cruzados, meniscos y cartílago, me operaron tres veces en plena pandemia, me operaron mal en Turquía; la segunda menos mal. Estuve cuatro meses sin caminar, no veía la luz del túnel, hasta que me vine a Chile. Pensé que no jugaba más, estuve casi dos años fuera. Después de haber pasado todo eso disfruto del fútbol lo que más puedo, además no estoy viejo para nada, la edad es un número”, repasa.

-¿Cómo fue su dolencia lumbar?

“Muy raro, estaba mirando TV y se me reventó una hernia, que se incrustó en el nervio, pero no me dolió, solo se me durmió la pierna derecha, sentí un hormigeo. Jugábamos al otro día con Fenerbahce y el técnico del Bursa, el francés Paul le Guen, me pidió que por favor juegue, que pruebe, aguanté 45 minutos y le dije que me sacara, que no valía la pena. Al otro día me hacen los exámenes y me dicen hay que operar ya. A los cinco meses volví a entrenar pero me hizo una fibrosis en la cicatriz y eso si que era doloroso, ahí me desesperé porque mi hijo estaba chico; yo dije me da lo mismo volver a jugar, yo necesitaba moverme, me limpiaron la zona, pero cada cierto tiempo siento irradiación”.


“Después la rodilla (…) Pero todo ese tiempo me di cuenta que hay vida fuera del fútbol, fortalecí mi cabeza a un nivel terrible, me sobrepuse a todo. El estar así me sacó de la burbuja y empecé a ver la realidad. El fútbol es lo más lindo que hay y volvería a ser futbolista mil veces, pero el jugador está mal acostumbrado, empecé a hacer trámites del banco, en el hospital, ir a un counter a sacar pasajes, en el fútbol todo eso te lo hacen. Aprendes a no decaer pese lo difícil que pases, tuve momentos de debilidad pero todo pasa. Y sí, en los momentos más duros me acordaba de los buenos partidos, el día que debuté en Italia con el Genoa en el Olímpico de Roma ante la Lazio, ingresé en el entretiempo y dimos vuelta el partido con una asistencia mía a Rodrigo Palacio, me salió todo bien, me eligieron la figura y la prensa me puso del “Niño Vertical”, después están los típicos partidos en Colo Colo, con Boca (2-0, Copa Libertadores 2008), el clásico con Católica que hice dos goles (3-2, en 2010)”.

-¿Qué habría sido de su carrera sin lesiones?

“Lo hablaba con Joaquín Larrivey el otro día, él me preguntaba lo mismo, él genéticamente es un privilegiado porque nunca se lesiona, pero no puedo ser malagradecido, he tenido un carrera increíble, quizás pude ir a un equipo más grande en Europa, pero cómo saberlo. Cuando quiebra el Parma tenía opciones de seguir en Italia, pero la oferta económica en Turquía era buena, no me arrepiento, fui muy feliz allí. Lo que sí, sin lesiones habría tratado de terminar mi carrera en Europa, allá se vive increíble”.

Jorquera reconoce que su tránsito por la Serie A le marcó. “Me cambió la cabeza, me fui con 22 años, acostumbrado a jugar siempre a crear y llegué a una cultura totalmente diferente, donde se trabaja mucho la fase defensiva, y muchas veces me tenía que quedar en la banca por planteamientos tácticos. Pero me fui adaptando, con (Roberto) Donadoni jugué de volante central, allá tuve que mejorar la dinámica, la fuerza. Los trabajos tácticos eran un poco aburridos, tediosos, pero después uno va creciendo y vas entendiendo el por qué, lo mismo cuando fui a la selección por primera con Bielsa: no entendía mucho. Me habría gustado tenerlo con 25 años. Ahora que hago el curso de DT, me hacen sentido muchos trabajos”.

-¿Qué no entendía con Bielsa, ejercicios puntuales o cosas macro?

“Fui a esas pretemporadas que hacía en enero con jugadores locales, yo venía de estar con el “Bichi” (Borghi), una metodología diferente, buena igual, pero distinta. Y llegué a hacer cosas tácticas, pero el tipo te convence a partir del conocimiento. No entendía por qué no hacía fútbol reducido o esas marcas hombre a hombre, yo no entendía nada, pero por algo todos los futbolistas lo quieren, te enseña desde el conocimiento”.

-¿El paso lógico para el enganche es mutar a volante central y estirar la carrera?

“Depende el jugador y de los equipos, porque no me imagino a Riquelme jugando por delante de la defensa. Me tocó hacerlo en Italia y me divertí porque recibes siempre de frente, distribuyes, y al jugar de espaldas al arco en Italia te matan”.

El volante defendiendo al Parma. En la Serie A tiene 52 presencias, tres goles y siete asistencias. "Me cambió la cabeza jugar allí", revela. Foto: Associated Press.

-¿Jugar entre líneas y dar el último o penúltimo pase es lo más complicado en el fútbol actual?

“Sí, la gracia es recibir la pelota con el mayor espacio para poder girar, pero es fundamental el conocimiento con tus pares, no sirve de nada moverte y recibir entre líneas si el resto no se mueve y están todos parados. Es difícil encontrar ese tipo de jugadores porque hoy pasa que mucha gente piensa que todos pueden jugar como el City y Guardiola, pero ellos son únicos, no hay más, la calidad de esos jugadores está ahí y ningún otro lado, y el poder de convencimiento de Pep le pertenece a él, pero en el resto del mundo no va a salir así, quiero decir que muchos quieren mecanizar el fútbol y se privilegia a futbolistas que juegan a eso en vez de explotar un talento”.

-¿Querer seguir el estilo de Guardiola termina confundiendo?

“Que se pueden tomar muchas ideas está clarísimo y sería una maravilla que todos los equipos jugaran como el City, pero las realidades económicas y de jugadores son diferentes, más que replicar hay que adaptarse y desde ahí sacar el mejor partido posible, si tengo un ‘9’ goleador y un enganche que se entiendan a la perfección, tengo que ponerlos y explotar eso, si no tengo extremos no puedo jugar con extremos, la clave es darse cuenta de los puntos altos de tu equipo y explotarlos”.

-¿El juego posicional restringe la creatividad?

“Ahí tengo una opinión compartida, me gusta el juego de posición porque se tiene la pelota la mayor parte del tiempo, pero a veces al jugador que quiere hacer algo diferente le cuesta salirse del libreto para no estropear ese juego posicional. Me encantan los equipos que te someten con la pelota, pero también los jugadores que se salen de libreto y al final son los que hacen la diferencia (…) Cuesta llegar a un punto neutro entre ambas partes. Me encantar ver un equipo de juego posicional, pero para un jugador diferente, sacando a Messi, como Jorge Valdivia, que podría jugar en cualquier equipo del mundo, siguiendo esa rigidez lo limitaría”.

-¿Qué es jugar bien para usted?

“Muchos piensan que es tener la pelota, para otros es meter una contra y hacer un gol, pero lo que todos buscamos es ganar, jugar bien es ganar, siento que el ideal es tener la pelota, tener más remates que el rival y ganar, con tus armas ser superior al rival, llevar a la cancha lo que entrenaste en la semana y eso te lleve a ganar”.

“En mi caso nunca fui rápido, pero en algún momento tenía esa facilidad para sacarme al primer rival, esos primeros metros de arranque, hoy voy leyendo mejor los espacios y logro recibir mucho más libre que antes, la idea es tocar la mayor cantidad de veces la pelota, pero si la toco tres veces y logro dar dos pases determinantes, me voy feliz”.

LA ROJA Y EL CULTO AL 10


-¿Le faltó reflejar en la selección los puntos altos de su carrera?

“Me siento orgulloso, porque me tocó hacer una carrera paralela a los dos mejores enganches de la historia de Chile, Valdivia y Matías Fernández , ellos dos en momento prime, y aún así pude compartir momento con ellos en las eliminatorias, pero por el nivel de esos dos monstruos no tuve mucha participación”.

Jorquera remarca que disfrutó y mucho en la liga turca. “Decidí ir allá porque era de las pocas ligas europeas donde todavía se jugaba con enganche. Casi todos ocupaban el 4-2-3-1, con un jugador de ese estilo. En Bursa estaba Pablito Batalla, un argentino que era ídolo, el jugador top era Álex, todos alucinaban con él, impresionante, una locura, bien ‘10’, se aburrió de hacer goles y dar asistencias en Fenerbahce. En Galatasaray estaba Sneijder, antes había estado (George) Hagi, que marcó época”.

“Compartí con buenos jugadores, con (Cedric) Bakambu antes que lo vendieran a Villarreal; Tomas Sivok, capitán de la selección checa, el español Isaac Cuenca; Balázs Dzsudzsak, capitán de Hungría; con (Luis) Advíncula y el hermano mayor de Mbappé, Jires Kembo, buenísimo. Troost-Ekong, capitán de Nigeria, el brasileño Titi, que está en Fortaleza. El lateral de la selección australiana (Aziz) Behich”, repasa.

“Ahora estoy disfrutando de seguir jugando en Magallanes, pasándolo bien, compitiendo en buen nivel, es una categoría nueva para mí, había jugado en la B turca y ascendimos. El reto es ascender, sin duda”, enseña Jorquera, cuyo sueño incumplido es haber defendido el AC Milan. “Me marcó la etapa con Kaká, Rui Costa, Seedorf, Pirlo, Shevchenko, equipazo”.


-Se cuestiona lo estructural, organizativo, la intensidad del fútbol chileno, ¿la parte técnica también está depreciada?

“Se habla con mucho desprecio y siento que no es tan así, siento que hay talento para hacer cosas, hay que mejorar, eso está claro, infraestructura, fútbol joven, debe ser el país donde menos se juega en el año, eso te hace menos competitivo, pero no soy tan drástico y decir que somos un desastre y estamos cagados de aquí a 10 años, siento que hay calidad y se verá reflejada en la selección, espero que Gareca saque provecho, me gustó lo que dijo, que no venía a cambiar una generación, él venía a ganar. Aquí en su momento se exigía mucho el recambio pero si Alexis Sánchez sigue al nivel que está por qué va a salir, el medio ayudó a crear esa idea de recambio para jugadores que están vigentes”.

-¿Diego Valdés en el armador más determinante en este nuevo ciclo?

“Sí, como los tiempos cambiaron él vendría a ser lo más parecido a los enganches que tuvimos en su minuto, un grandísimo jugador que la rompe en México. Nunca he entendido el que digan que allá es una liga mala, que se van a morir los jugadores, es un tremendo torneo y él es 10 del América, ojalá el equipo lo pueda aprovechar. Después está Carlos Palacios, y me gustó lo que hizo (Víctor) Dávila, que sin ser enganche tiene buen pie”.

-¿Es de los enganches fundamentalistas que prefiera dar una asistencia a meter un gol?

“Hacer un gol es lo máximo, pero es cierto que a veces tengo para patear y la paso a un compañero, me llevo mis retos, pero sí, creo que me uno a esa lista”.

Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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