Señor Director:

Ayer se dio a conocer en la prensa que renunciaron a Clínica Las Condes los últimos cirujanos vasculares que le quedaban; los pioneros de esta especialidad en CLC la abandonaron ya hace tiempo. Como exmédico de la clínica e hijo de un paciente que fue atendido de patología vascular en dicha institución cuando era un centro de excelencia, me asaltan unas inquietudes.

Mi madre está en el Seguro Vivir Más de CLC desde hace casi 30 años. ¿Qué pasa ahora y cómo va a responder CLC en caso de que ella o decenas de pacientes asistan por una urgencia vascular como la que tuvo mi papá (un aneurisma disecante de la aorta)?

¿Qué pasará cuando en una cirugía oncológica, obstétrica, ginecológica o de otro tipo se produzca una lesión vascular que requiera atención inmediata de un cirujano vascular? Hay situaciones en que la derivación a otro centro es médicamente imposible.

Me parece que los caprichos de los dueños actuales de la CLC no solo abarcan problemas económicos y administrativos, sino que francamente ahora están poniendo en riesgo la salud de sus pacientes.

Jack Pardo Schanz
Médico