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Editorial
Jueves 26 de mayo de 2022
Aumentos del covid
Una vez asumida la responsabilidad de conducir la lucha contra la epidemia, las actuales autoridades se han mostrado más débiles que sus predecesoras.
Aunque el país parece estar cada vez menos preocupado del covid —según estudios recientes, es uno de los países con más bajo interés por el problema—, el número de personas infectadas ha continuado aumentando en forma acelerada ya por más de un mes. En el último período, se ha llegado a superar los 6 mil casos nuevos por día, sobrepasando proporcionalmente a casi todas las demás naciones de América Latina. Si bien en Europa los casos se han mantenido en niveles más altos que en esta región, en las Américas se observa un aumento que es aún más pronunciado en Chile. Las variantes del virus parecieran ser menos virulentas que las anteriores y, además, la mayor parte de la población ha recibido las vacunas que le proporcionan inmunidad contra los peores efectos de la enfermedad, pero la tendencia ascendente de los contagios debiera inquietar a las autoridades, que son las encargadas de transmitir la preocupación a la población. De no haber conciencia del problema, fácilmente podría producirse un descontrol de la situación sanitaria, con graves consecuencias.
Las actuales autoridades fueron muy severas para analizar las disposiciones adoptadas por el gobierno anterior, y muy apresuradas para comentarlas, encontrando insuficientes la mayor parte de las medidas. En general, consideraban que la respuesta del Gobierno era débil y ellos abogaban por decisiones drásticas, sin mayor preocupación por los efectos no sanitarios de sus resoluciones, manifestándose indiferentes a las consecuencias económicas de los confinamientos u otras restricciones. Pero, una vez que asumieron la responsabilidad de conducir la lucha contra la epidemia, se han mostrado mucho más débiles que las pasadas autoridades. De algún modo, esto se tradujo en una reducción importante de la percepción de riesgo por parte de la población, que dejó de usar mascarillas, terminó con el distanciamiento físico y disminuyó el ritmo de las vacunaciones. La gente estimó que la pandemia de covid ya había terminado, lo que está lejos de ser efectivo. Es posible que ello también haya sido compartido por las autoridades de muchos países de la región, lo que ha llevado a una menor pesquisa de los enfermos, y de esta forma se vuelven menos confiables las cifras que dan los distintos Estados.
Los hospitalizados y los fallecidos, desde luego, son muchos menos que los provocados por las primeras variantes del virus, antes de que aparecieran las vacunas. Es posible explicar la disminución de su agresividad gracias a la inmunización, y por tanto la acción del Ministerio de Salud debiese centrarse en el programa de vacunación. Pero también es posible que las variantes más contagiosas sean menos graves que las iniciales y que el covid haya perdido la virulencia que la convirtió en una enfermedad tan seria y tan temible. Nunca antes se habían conocido todos los aspectos de un patógeno durante su propagación ni se había difundido tanta información —y desinformación— en tiempo real. Así, incluso para los investigadores especializados, se ha vuelto difícil hacer predicciones sobre la posible evolución de la pandemia y ha habido algunos distinguidos científicos que han reconocido abiertamente que han cambiado de opinión más de una vez. Acá en Chile, da la impresión de que los cambios de opinión también se producen, pero jamás se reconocen.
El peligro que representó la pandemia parece estar disminuyendo y ya no constituye una emergencia, como lo fue en otro momento, pero continúa siendo un riesgo latente que requiere de la atención de las autoridades, de inversión pública y de disciplina de parte de toda la población. En caso contrario, bien podría nuevamente florecer, dejando su estela de muertes, aunque no despierte el mismo interés que tuvo en sus comienzos. El agotamiento con la pandemia, que atenúa todos los esfuerzos para enfrentarla, también incluye la pérdida del ánimo por informarse.