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Cartas
Jueves 12 de mayo de 2022
Universidades con vocación pública
Señor Director:
¿Tiene el Estado las mismas responsabilidades ante las distintas clases de universidades? Debaten el tema en estas páginas el Dr. José Joaquín Brunner (UDP), y los también doctores Leonardo Basso, Sergio Lavandero, y Miguel O'Ryan (UChile), y Jorge Peña Vial (UAndes). Según este último, “es hora de enfrentar en común los distintos desafíos de la educación superior”. No podría estar más de acuerdo.
Por ejemplo, promover la valoración de la institución universitaria chilena, desde su instalación inaugural por los dominicos en 1622. Urge denunciar múltiples falsedades sobre este tema. ¿Un ejemplo? Que don Andrés Bello fundó la Universidad de Chile y que fue su primer rector. Ambas tesis son falsas. Sobre la base de la Real Universidad San Felipe de Santiago de Chile, que dictó la primera lección de Derecho en 1758, la Universidad de Chile fue fundada por el Presidente Joaquín Prieto Vial en 1839. Su primer rector fue el abogado y canónigo tardío Juan Francisco Meneses Echanes. Teniendo de Patrono al Presidente Manuel Bulnes Prieto, recién en la instalación de 1843, don Andrés se convirtió en el segundo rector.
O la fábula según la cual la Universidad Católica de Santiago, instalada en 1888 (y, más tarde, apellidada “de Chile” y, desde 1939, “Pontificia”), sería una iniciativa de la jerarquía de la Iglesia Católica chilena. ¿Qué “orgía de la imaginación” (Bello) avala atribuirle tal origen? Faltaban 35 años para la separación de la Iglesia y el Estado de Chile. La iniciativa vino de profesores católicos ultramontanos de la Universidad de Chile: los abogados Ventura Blanco Viel, Abdón Cifuentes y Clemente Fabres. Solo quien conoce el pasado puede ser agradecido. Y este es un rasgo distintivo de toda persona educada, aun si no pasó por la universidad.
Miguel Orellana Benado
Profesor asociado de Filosofía del Derecho, Universidad de Chile