¿Es una conducta ética intentar entrar a un Mundial por una ventana reglamentaria? Si es reglamentaria, no hay por qué plantearse el tema en términos morales. Las leyes y los reglamentos establecen procedimientos y aunque se crea que buscan el bien, eso no ocurre en la realidad necesariamente.
Lo que pretende la Federación de Fútbol de Chile para llegar al Mundial de Qatar, buscando la pérdida de puntos de Ecuador por incluir en su plantel nacional a un ciudadano colombiano, puede verse desde varios puntos de vista.
El primero es la oportunidad con que actúa la dirigencia chilena. Parece ser tardía. El caso del jugador objetado es antiguo. Basta con señalar que en 2017, exactamente el 19 de enero, la Federación Ecuatoriana de Fútbol retiró del sudamericano sub 20 a Byron Castillo y a John Pereira por sospechas sobre irregularidades en su documentación. No fue aquella una denuncia internacional, sino del Consejo Ecuatoriano de Participación Ciudadana y Control Social. En consecuencia, a Ecuador había que tenerlo en permanente observación. En 2017 aún no estaba el actual directorio chileno en ejercicio, pero todos sus integrantes ya leían los diarios.
Otro aspecto del caso es si aún hay tiempo para que prospere la denuncia. El Mundial ya está encima y los plazos judiciales son largos. Recién este lunes la FIFA tomó conocimiento de la demanda y echar a andar sus procedimientos toma tiempo. Por otro lado, el grueso de su labor la ejecutarán sus abogados y será arduo. Es difícil, improbable, que la FIFA adopte alguna decisión antes del Mundial. Y, como alega un abogado externo de la FEF, lo que determine será apelable. Y esa es otra larga historia.
Este mismo abogado sostiene que si hay algún culpable en este caso ese es el jugador y no la Federación Ecuatoriana. Esa es una leguleyada, pues si había consistencia en las denuncias de irregularidades, esa Federación las conocía y, aun así, inscribió al jugador. Pero, como es bien sabido, las leguleyadas también ganan. No lo sabremos los chilenos…
El caso, con todo, se inicia en el Club Norteamérica, de Guayaquil, señalado como autor de diversos casos de falsificación de documentos de identidad, por lo que fue sancionado en enero de 2018. Entonces se detectaron 6.000 casos de falsificaciones estando el centro de la actividad en ese club. El director de la Comisión de Investigaciones de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), Coronel Jaime Jara, dijo entonces:"Han salido muchos malos funcionarios del Registro Civil”.Y agregó: "hay mafias en el fútbol de personas que hacen lo que sea por dólares".
Algunos van a la cárcel, que en Ecuador son recintos en los que crece el asesinato de internos, indeseable rubro que este año está batiendo sus propios records. Byron Castillo no es la primera preocupación de los ecuatorianos. Ni la nuestra.