Camila Vallejo es como la versión femenina de Tom Cruise en “Misión imposible 1”: así de atractiva, talentosa e intrépida. Creo que es la ministra con mejor desempeño —por muy lejos— de todo el gabinete en estos poco más de 50 días de gobierno.
Quizás por eso (especialmente por sus atributos de talento e intrepidez) la destinaron como custodia de la ministra del Interior (en ocasiones, Vicepresidenta de la República), Izkia Siches.
En corto, Camila se convirtió en la guardaespaldas de la ministra Siches.
Así lo corroboramos esta semana, cuando cada vez que Izkia enfrentó a la prensa lo hizo con la ministra Vallejo a su espalda, como si fuese su edecán, pero todos sabemos que es más que eso: es la que responde las preguntas difíciles, la que administra los tiempos, la que da la orden de la retirada. Es la que ayuda a esquivar las balas o sale a poner el pecho a las mismas.
El problema es que la tarea que le encomendaron a Camila es mucho más compleja que la pega del guardaespaldas tradicional. El bodyguard que vemos en las películas, los tipos del “servicio secreto” y también la guardia presidencial en Chile; o los gorilas que cuidan a las estrellas de rock, el “segurito” de mall o el rondín de discoteca están preparados para prevenir o repeler ataques de agresores externos, o de invasores, etc.… Y eso cualquiera podría aprender a hacerlo.
Camila Vallejo está más que preparada para realizar una tarea de esas características. Es superdotada en el tema de la táctica política de la defensa, el ataque y el asalto.
Pero lo que le están pidiendo con Izkia Siches es una verdadera “Misión imposible”, como la película de Tom Cruise. Porque el problema es que la principal enemiga de Izkia Siches es Izkia Siches. Si lo piensan bien, todos los golpes político-comunicacionales que ha recibido desde que está en el cargo se los ha propinado ella misma. La irreflexiva visita a Temucuicui, su performance del avión falso a Venezuela, su desinformación sobre el saqueo en Talagante, su anuncio de que el Gobierno no será neutral frente al plebiscito constituyente, entre otras, son cosas que Izkia le hizo a Izkia. No hubo intervención de terceros. En el sitio del suceso no hay otras huellas digitales que las propias.
Entonces, ¿cómo le pueden exigir a Camila Vallejo que proteja a Izkia Siches de Izkia Siches? A mí me parece imposible: me temo que el caso de la ministra del Interior no tiene vuelta, porque es, paradojalmente, un problema “interior”, que no puede repararse desde afuera.
Así las cosas, me temo que el Presidente Boric tendrá que tomar decisiones más o menos luego. Porque la pega de guardaespaldas está comenzando a provocarle daño reputacional a la ministra Vallejo. La gente podría comenzar a culparla a ella del mal desempeño de Izkia Siches, ya que todo el mundo sabe a estas alturas del partido que su apoderada e interventora es Camila.
Entonces, por tratar de salvar a Izkia podría terminar sucumbiendo Camila. ¡Eso sería un desperdicio enorme! El gobierno del Presidente Boric no tiene margen para perder a Camila Vallejo, ni siquiera para provocarle daño. Sería imperdonable.
El Presidente Boric tendrá que elegir entre Izkia y Camila, y no tiene mucho tiempo. ¿Qué harían ustedes en su lugar? Voten.