Señor Director:

Entrevistado en el programa “Tolerancia Cero”, de CNN Chile, el convencional Jaime Bassa dijo: “Si gana el Rechazo, seguirá vigente la Constitución de 1980, la cuestión constitucional seguirá abierta y vamos a tener una crisis política y social importante”. Toda una advertencia a los ciudadanos para que no adopten una “posición incorrecta” en el plebiscito de salida.

Como se sabe, Bassa es uno de los abogados inspiradores de lo obrado por la asociación de colectivos que controla hoy la Convención y que, a todas luces, está construyendo un entramado institucional que busca controlar mañana. Si él usa como argumento persuasivo el anuncio de “una crisis política y social importante” en el caso de que los ciudadanos no les den la razón a esa asociación, quiere decir que le preocupa la posibilidad de fracaso.

Afirmar que si gana el Rechazo seguirá vigente la Constitución del 80, suena ya como cuento para asustar niños. La Constitución vigente es el resultado de 30 años de reformas, garantiza las libertades y permitió que Bassa se convirtiera en convencional y Boric en Presidente. Si gana el Rechazo, se mantiene la legalidad que tenemos, seguirán funcionando las instituciones y corresponderá que el Congreso y el Gobierno encaucen del mejor modo posible el debate sobre los cambios constitucionales.

El recurso de meter miedo para imponer el propio punto de vista se incorporó al arsenal de las tretas políticas desde octubre de 2019. Así, se supone que deberíamos agachar la cabeza si no queremos sufrir las consecuencias. Lo que Bassa y sus aliados no perciben es que está cambiando aceleradamente la atmósfera en la sociedad, como lo prueba el hecho de que hoy mucha gente levante la voz contra los disparates que está aprobando la Convención. En julio del año pasado, se nos anunció que Chile iba a ser refundado. Bueno, debería quedar claro que no se dejará refundar.

Lo más conveniente para la salud de nuestra democracia es que los ciudadanos voten el 4 de septiembre plenamente informados sobre los contenidos concretos del proyecto de Constitución.

Sergio Muñoz Riveros