Tendremos que discrepar de nuevo. Muchos de ustedes dirán que la noticia más importante de la semana fue la “chambonada” de la ministra Izkia Siches, cuando acusó falsamente en el Congreso al gobierno anterior.
Yo discrepo.
Creo que lo más preocupante fue conocer el viernes el IPC, que llegó a 9,4% anual. Es una cifra terrible, la peor en casi 30 años, y esta escalada inflacionaria no se va a detener pronto. Lo más probable es que la inflación siga aumentando durante los próximos meses y, a menos que las autoridades tomen medidas muy drásticas y eficaces, esto se volverá inmanejable.
No sé si será cierto, pero un amigo argentino me dijo que cuando en su país la inflación hizo crisis, supo de un robo a un camión de transporte de valores en que los delincuentes sacaron todos los fardos con billetes, los dejaron en la calle y se llevaron solo el vehículo blindado, que valía mucho más que una tonelada de plata, que por culpa de la inflación se había vuelto irrelevante.
A algo así le temo. Que llegue un momento en que estemos llenos de plata, porque subieron los sueldos o permitieron el retiro de los ahorros para la jubilación, pero que esos billetes sirvan para poco, porque todo ya es demasiado caro.
Por eso hay que cuidar la plata y evitar gastos innecesarios. Llamo a evitar el despilfarro.
Y también me sumo con entusiasmo a la cruzada del ministro de Hacienda, Mario Marcel, en contra del “quinto retiro”, por considerarlo nefasto en varios aspectos, partiendo por su efecto en la inflación. “Es una situación preocupante, una razón adicional para no echarle más fuego a la hoguera de los precios”, dijo Marcel reaccionando al IPC conocido esta semana. Insinuaba con eso que el “quinto retiro” sería como tirarle un bidón de bencina a la inflación.
Aprendimos que los retiros de fondos que ya hicimos nos tienen así y por eso hay que parar ahora. Es cierto que el actual Presidente de la República, que el actual ministro secretario general de la Presidencia y que la actual ministra secretaria general de Gobierno votaron a favor de todos esos retiros y ahora (como si existiera el karma) están comenzando a sufrir las consecuencias de aquello desde el poder.
Entonces, permítanme decir que culpar a Izkia Siches por el complicado momento que vive el Gobierno (que seguirá, por la estrechez económica que se viene) es al menos impreciso y más bien injusto. Muchos de los líos de esta administración son vientos que se sembraron antes y que ya se están convirtiendo en tormenta.
Sí estaría dispuesto a aceptar que Izkia, pese a no haber originado los problemas, los complica. Claro, porque su mala performance durante el primer mes le costará mucho dinero al Gobierno. Su fallida incursión en La Araucanía, el impasse con Argentina por el Wallmapu, su insinuación de que la gente no tiene propiedad sobre sus ahorros previsionales y el bochorno migratorio terminarán obligando a gastar plata. Y este es el peor momento para desembolsar. Ya saben, por la inflación.
Al Presidente Boric le está saliendo oneroso tener en el Gobierno a la ministra Siches. Está cara para ministra del Interior. Y no sé cómo lo va a hacer el mandatario ahora que el dinero está tan esquivo. Izkia e inflación no pegan.