Señor Director:

Qué justo es el reconocimiento del periodista Edgardo Marín al calificar de “excelente Constitución para el país”. Su duda sobre dónde se aplica: un Chile del siglo XXI que superará, por ejemplo, el estar 20 horas esperando atención en un hospital con incierto destino o las zonas de sacrificio.

La Convención responde a demandas que se fueron instalando en 2006, 2011, el 18-O, hasta el Acuerdo por la Paz. Lo hace participativamente, en comisiones, donde cada una hace su aporte en un arduo proceso, cuyos resultados sanciona el pleno por dos tercios. El desafío es un cambio societal para Chile: soberanía que residirá en un pueblo informado que se pronuncia sobre temas atingentes a su hábitat.

Un Estado que prioriza derechos sociales por sobre el lucro en la educación, la salud, la vivienda y previsión; un Estado soberano sobre sus riquezas básicas, que reorienta la rentabilidad minera también a inversiones en hospitales, educación, vivienda; que instala una política de modernización productiva e industrialización sustentable, y desarrollo de las ciencias y la educación.

Reconoce el genocidio en contra de los pueblos originarios, como Lagos (“Verdad histórica y nuevo trato de los pueblos indígenas”, 2003), y deduce la recuperación de tierras, el derecho de propiedad, derechos culturales, jurídicos, político-sociales.

Introduce una política de género que garantiza la igualdad en la diversidad sexual. La Convención está atenta a la urgencia climática fomentando un desarrollo sustentable donde la rentabilidad también satisface necesidades de la gente y supervivencia del planeta. Descentraliza sin afectar la equidad en el reparto de necesidad nacional. Ratifica por unanimidad la autonomía del Banco Central, considerando la protección y conservación ecológica, pleno empleo, crecimiento paritario y territorial. Se ubica en Chile del siglo XXI, con una Constitución en beneficio de una sociedad que satisfaga “las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras”.

Jorge Coloma
Consultor internacional