Señor Director:

En la actualidad, el precio de la parafina (kerosene) ha alcanzado valores insospechados dentro de los máximos históricos, vendiéndose en $980 promedio el litro en la Región Metropolitana y sobre ese valor en el resto de las regiones. Por otra parte, la gasolina 93 se vende a $1.060 promedio el litro en la misma región.

La pregunta que cae de cajón es por qué ambos combustibles cuestan casi lo mismo, siendo que la gasolina tiene un impuesto específico de $330 y la parafina no lo tiene. La respuesta es que la parafina depende del Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo (FEPP), que no está funcionando en la actualidad, mientras que el Mecanismo de Estabilización de los Combustibles (Mepco) ha rebajado en $200 el impuesto específico de la gasolina 93. Frente a esto, el gobierno del Presidente Boric debería activar el FEPP para aminorar el alto costo de la parafina, prontamente.

Finalmente, y como guinda de la torta, también el precio del gas licuado domiciliario ha alcanzado el máximo histórico, pero en este caso no hay nada que hacer porque no es parte del FEPP ni del Mepco, por lo cual es urgente que el Congreso legisle su incorporación al FEPP antes de que comience el crudo invierno.

Jorge Hermann
Economista, profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile