En los últimos cinco años se han presentado del orden de mil querellas como resultado de actos violentos en distintas comunas de la denominada macrozona sur. Son diversas las localidades afectadas. En la Región del Biobío, las comunas con mayor número de incidentes en los últimos años han sido Cañete, Tirúa y Contulmo. En ellas, José Antonio Kast obtuvo el 50, 52 y 57 por ciento de la votación de primera vuelta, respectivamente, superando largamente a Gabriel Boric, quien alcanzó su registro más alto en Tirúa, con un 16 por ciento. En la Región de La Araucanía, las comunas más afectadas por atentados y delitos relacionados son Ercilla, Collipulli y Victoria. En ellas Kast obtuvo votaciones del 51, 53 y 58 por ciento. El mayor apoyo lo recibió Boric en Ercilla, con un 17 por ciento. Estas altas votaciones del candidato republicano dan cuenta de que la preocupación que ha demostrado por la violencia en dicha zona —y, en general, su énfasis en el control de la delincuencia y el narcotráfico en el país— le ha rendido electoralmente frutos.

Hoy, las principales demandas de la población se sitúan en el ámbito de las seguridades, ampliamente entendidas. Una dimensión relevante de estas es la posibilidad de vivir en paz y libre de las restricciones que impone una violencia extendida. En las comunas antes señaladas, no es ese el escenario actual. No pueden sorprender, entonces, las inclinaciones electorales de sus ciudadanos. Son un reflejo de un problema mayor que el país se ha demorado demasiado en resolver apropiadamente. Por supuesto, no se puede desconocer que abordar la situación que se registra en esta macrozona requiere de una estrategia multidimensional, pero a menudo, escudándose en esa visión, se avanza poco en crear las condiciones fundamentales de orden y seguridad que requiere la vida en común.

Estas son comunas con una alta presencia mapuche. En efecto, dependiendo del lugar, entre un 29 y un 70 por ciento de su población se autoidentifica con este pueblo originario. La alta votación de Kast es también un reflejo de que para ellos las reivindicaciones tienen un límite En las tres comunas con la mayor proporción de población mapuche de la Región de La Araucanía, Saavedra, Cholchol y Galvarino, Kast también fue primera mayoría, con 31, 35 y 35 por ciento, respectivamente. Son lugares donde los impactos de la violencia han sido mucho más acotados, pero aun así su votación supera el promedio nacional. También el recorrido por las votaciones de otras comunas con importante presencia de población mapuche arroja, en general, una alta votación por Kast, independientemente de los niveles de violencia que pueda haber allí o no, sugiriendo que no es solo este factor el que marca la adhesión a su candidatura. Podría especularse que ello significa una escasa identificación con la manera en que la izquierda, y también la mayoría de la Convención Constitucional, están intentando abordar el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios.

En efecto, se ha insistido desde estos sectores, por ejemplo, en la idea de avanzar hacia un Estado Plurinacional, pero no hay evidencia de que el pueblo mapuche esté de acuerdo con ello. Diversos estudios que se han hecho —por ejemplo, por parte del CEP o del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas de la Universidad Católica— sugieren una alta valoración por parte del pueblo mapuche de su cultura, particularmente su lengua y tradiciones, y una demanda por reconocimiento efectivo, pero poca simpatía por la idea de dicho Estado Plurinacional o por un alto grado de autonomía territorial. Más bien, se expresa un deseo de mayor integración, esperable en un pueblo que va evolucionando culturalmente y se aproxima a su identidad desde diversas trayectorias de vida. Imaginar que hay una sola forma de ser mapuche es propio de una mirada reduccionista y poco respetuosa de la diversidad. Por supuesto, esto no significa que Kast tenga necesariamente una propuesta alternativa interesante que ofrecer en estos asuntos, pero es claro que ella no supone avanzar en un camino que parece estar alejado de las aspiraciones del propio pueblo mapuche.