Señor Director:

Respecto de Teatro a Mil, es paradójico que los defensores de la transparencia aprueben asignaciones “a dedo” a unos pocos privilegiados, entregando dineros como un cheque en blanco para usar discrecionalmente.

Me parece correcto que se pidan cuentas respecto de cómo se emplean esos recursos y cuál es el tipo de actividades a financiar.

Espero que este sea el comienzo de un proceso destinado a transparentar el uso de fondos públicos en diferentes instituciones que se han habituado a succionar de la mamadera estatal, sin rendir cuentas a nadie.

Es tiempo de poner fin a la ignorancia disfrazada de buenismo, que llama “cultura” al activismo político (ver cartelera completa). Como educadora, desearía que nuestras autoridades acercaran a los niños a valores que los inspiren en la creación de proyectos de vida que les permitan realizarse como personas plenas y no a un adoctrinamiento que no los deja pensar por sí mismos.

Finalmente, destaco la valentía de Vanessa Kaiser. Se necesita coraje para defender las ideas por las cuales los votantes le depositaron su confianza. Esa consecuencia escasea actualmente en la mayoría de los políticos, que inclinan la cabeza ante las redes sociales.

Jenny Muñoz Moreno
Profesora