Señor Director:

Se denomina filibusterismo a dos tipos de acciones. Una, antigua, es actuar como pirata cerca de las costas. La otra es comportarse obstruyendo o dilatando una votación parlamentaria, hablando sin parar horas y horas.

El ejemplo en Chile, por el asunto involucrado y los intervinientes, puede calificarse de una ridiculez. Para las instituciones políticas es una palada de tierra más en el cúmulo de malos proyectos aprobados y tonteras debatidas.

Si se añade la falta de criterio de quien aprobó el texto del contrato en cuestión, se cierra el círculo de las leseras.

Un extranjero recién llegado, sin conocer lo tratado, pensaría que se estaba haciendo una prueba del “Juego del calamar”.

Hugo Lavados Montes