Señor Director:

No me resulta fácil responder a Claudio Alvarado porque ignora mi argumento (ignoratio elenchi). Reconoce mi rechazo de la triada “Estado, mercado, sociedad civil”, y la separación que establezco entre lo privado y lo público. Pero pasa por alto la triada hegeliana que incluye a la familia. Con esto deja sin aclarar la situación de lo privado, lo que no le permite cuestionar mi tajante distinción entre lo privado y lo público. La triada hegeliana que postulo tiene la virtud de responder a esta cuestión. Lo privado es el ámbito propio de la familia; lo público es el ámbito propio del Estado.

Respecto de la educación pública, Hegel, en su “Filosofía del Derecho”, anota: “La principal oposición contra toda medida que haga pública la enseñanza suele provenir de los padres. A pesar de esto, la sociedad tiene el derecho de obligar a los padres que envíen a sus hijos a la escuela y que los vacunen contra la viruela. A esta cuestión pertenecen las disputas en Francia entre la exigencia de la libertad de enseñanza, es decir, la discreción de las familias, y el control del Estado” (§239).

A lo privado (discreción de las familias), Hegel opone lo público (control del Estado). Piensa que detrás del reclamo de las familias está la Iglesia que exige “se respeten incondicionalmente sus enseñanzas, cualesquiera que sean” (§270). Ella sería el reino de Dios y un fin en sí misma, “mientras que el Estado sería el reino del mundo… y un mero medio” (§270).

Hegel defiende un Estado ético, más allá de uno meramente laico e instrumental. Su preocupación principal es la formación de ciudadanos patriotas que persigan el bien común. Su idea de someter a la Iglesia bajo control del Estado, y su oposición a la libertad de enseñanza, lo apartan del liberalismo. Pero es liberal en su rechazo, en 1820, de la campaña de la Iglesia en España contra la enseñanza obligatoria y contra la Constitución de 1812 (Losurdo).

Solo el protestantismo reconoce la dignidad ética del Estado, piensa Hegel. Son países protestantes los primeros que fundan universidades independientes de la Iglesia. Admira, por ello, a las universidades holandesas y su ejemplo de tolerancia.

Renato Cristi