Cuando se cumplen 20 años de los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono, “Worth”, estrenada recientemente, muestra que todavía hay cosas que decir al respecto. La historia, al parecer, nunca se revela de una sola vez, incluso cuando uno, en calidad de contemporáneo, ha creído ser un testigo privilegiado. El pasado, está visto, es más plástico de lo que solemos pensar. Esta cinta relata cómo el abogado Kenneth Feinberg (Michael Keaton) trabajó en implementar el Fondo de Compensación para Víctimas del 11 de Septiembre, otorgado por el Congreso de Estados Unidos. Formado como jefe de gabinete del senador Edward Kennedy y fiscal del Departamento de Justicia, Feinberg tenía por entonces 56 años de edad, era profesor universitario y lideraba un exitoso estudio en Nueva York. Cuando acepta ser “maestro especial” del fondo, dice hacerlo con la idea de colaborar con su país en un momento crítico. El trabajo consistía en generar criterios para compensar a las cerca de 5.000 familias de las víctimas y convencerlas para que se subieran al acuerdo, bajo la condición —fundamental— de no demandar otras compensaciones en tribunales contra las líneas áreas o el Estado. De ahí la pregunta que da título a la cinta: ¿cuánto vale una vida? Feinberg, que decide trabajar sin sueldo y sumar a su socia principal —Camille Biros (Amy Ryan)— en un trabajo que tendrá contornos dramáticos muy complejos, intenta responder a esa pregunta proyectando los ingresos que cada individuo muerto o incapacitado hubiera tenido de haber vivido normalmente. Dada la enorme varianza de ingresos de las víctimas, el cálculo frío, inicial, significaba compensar a algunas familias con algunos cientos de miles de dólares y a otras con decenas de millones. Como es posible imaginar, el diseño no satisface a nadie.
Dirigida por Sara Colangelo, “Worth” no es del tipo que películas que impacta por su puesta en escena. Cinematográfica y narrativamente es convencional, directa al grano, muy contenida, sin embargo, en afanes patrióticos o populistas, una deriva factible dado el material entre manos. Su jugada, su riesgo, no es aparente y está en tomar a un hombre blanco, privilegiado, exitoso, de élite, y colocarlo como héroe central de la trama. Y lo hace sin hacer de Feinberg un hombre simpático o carismático, sino un tipo racional, pragmático y distante, con el que resulta difícil identificarse fácilmente. Michael Keaton, en un desempeño de alto nivel, sabe contener al personaje en esa zona, impenetrable, terco, seguro de sí, pero a la vez abierto a la evidencia que la realidad comienza a mostrarle, cada vez más consciente de la responsabilidad que tiene delante de sí, frente al país, pero también frente a las familias. Colangelo refuerza este peso sutilmente al filmar a Feinberg y Biros con exceso de aire sobre sus cabezas, espacio donde aparecen edificios, techos, instituciones, estructuras que los sobrepasan y los reducen.
Sin ser una película brillante, hay algo muy cívico en “Worth”. Contiene la idea de que hubo sacrificios muy nobles a raíz de los atentados del 11 de septiembre, por cierto, pero hace ver que no solo policías y bomberos fueron heroicos. Unos abogados exitosos y ricos de Manhattan también lo fueron. Cuando un país todavía puede contar historias con esa libertad, con esa fe en su gente, con esa confianza en la deliberación, pero también en los vínculos humanos, no parece un país en decadencia, sino uno que mantiene una fibra envidiable.
“Worth”
Dirigida por Sara Colangelo
Con Michael Keaton, Amy Ryan y Stanley Tucci
Estados Unidos, 2020
118 minutos
En Netflix