A 24 días de la inscripción ante el Servicio Electoral de las candidaturas presidenciales de fin de año, se empiezan a consolidar los principales bloques políticos para este objetivo. En la izquierda, la candidatura más fuerte es la que emergió de las primarias efectuadas hace dos fines de semanas.
El triunfo de Boric sobre Jadue, convocando a 1.700.000 personas a dicha primaria, lo coloca en una situación expectante para pasar a segunda vuelta en noviembre. Las dificultades de Boric se encuentran en dos planos; en primer lugar, el surgimiento de una candidatura presidencial a su izquierda organizada por la denominada Lista de Pueblo, y en segundo lugar la mantención de la unidad con el bloque Chile Digno que encabeza el Partido Comunista y en el cual se han producido diferencias en torno a las votaciones en la Convención Constituyente.
En la derecha el candidato más fuerte es el que surgió de las primarias de dicho sector, Sebastián Sichel, que logró convocar a 1.300.000 ciudadanos, lo que implica objetiva y subjetivamente que la derecha se recuperó de su derrota electoral tanto en la Convención Constituyente como en la elección de gobernadores regionales, alcaldes y concejales, lo que también lo deja en una posición expectante a esta candidatura para pasar a segunda vuelta. El principal problema de la derecha es la candidatura a primera vuelta del líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, que en la elección presidencial anterior obtuvo un 8% de los votos y que en la actualidad podría aumentar dicho porcentaje sobre la base de una paradoja política, cual es que el candidato de la derecha, Sichel, dice no ser de derecha.
Por otra parte, la centroizquierda, cuyo bloque es la Unidad Constituyente, ha decidido que su primaria ciudadana se efectúe el sábado 21 de agosto entre tres candidaturas: la de Carlos Maldonado, apoyado por el Partido Radical; la senadora Yasna Provoste, apoyada por el Partido Demócrata Cristiano, y Paula Narváez, apoyada por su Partido Socialista, el Partido por la Democracia, el Partido Liberal y el Movimiento Nuevo Trato. La principal dificultad de este bloque es que surgiera una alternativa distinta que fuera a primera vuelta y estoy refiriéndome a la candidatura potencial de Marco Enríquez-Ominami, si es que logra una definición judicial antes del 23 de agosto.
Asimismo es probable que en noviembre tengamos candidaturas diferentes a las ya mencionadas, de menor potencial electoral, pero que influyen en el resultado final. En este ámbito me estoy refiriendo a las candidaturas de Eduardo Artes, respaldado por Unión Patriótica, y Franco Parisi, respaldado por un partido político en formación autodenominado Partido de la Gente, junto otras iniciativas presidenciales independientes cuyo pronóstico es reservado dado que requieren como condición esencial el patrocinio de 35.000 ciudadanos y ciudadanas.
Los tres bloques principales —derecha, izquierda y centroizquierda— ofrecen desde mi punto de vista proyectos diferentes para enfrentar la primera vuelta. La candidatura triunfante en las primarias de la derecha, Sichel, es la de mayor continuidad política y programática con el actual gobierno de derecha de Sebastián Piñera y esta candidatura con su triunfo sepultó la derecha social de Desbordes y la integración social de Lavín.
Como ejemplo de lo anterior, en materia de recaudación tributaria para financiar las transformaciones planteadas por la derecha, Lavín tenía un programa que costaba US$ 25.000 millones; Desbordes tena un programa que constaba US$ 12.000 millones, mientras que Sichel tiene un programa que contempla US$ 9.000 millones, agregando en esta dimensión que dicha recaudación se obtendría al final de la presente década.
En la izquierda, el programa de Boric y del Partido Comunista contiene muchas coincidencias con el programa de la centroizquierda, sin embargo, en mi opinión, presenta dos diferencias sustantivas, el nivel de radicalidad y las diferencias en el gradualismo en la construcción de los cambios.
Finalmente, la opción de la centroizquierda, a la cual yo adhiero y siendo mi candidata Paula Narváez, ofrece transformaciones profundas que responden a la demanda ciudadana, pero efectuadas con políticas públicas, con responsabilidad fiscal, con estabilidad y con gobernabilidad que la historia consigna que es la única forma en que las políticas de avance social perduren en el tiempo.