El libro editado por Cristián Eichin y Walter Sánchez se titula “El problema de los abusos en la Iglesia”.

Correctamente, observa Critilo, se habla de abusos que han ocurrido “en” el seno de la comunidad religiosa católica. No se dice que sean abusos “de” la Iglesia. Como toda comunidad humana, alberga en su seno personas de distinta condición e inclinaciones. Que los abusos constituyen un problema es evidente de suyo. La comunidad entera se desprestigia, pierde autoridad, requiere reparaciones.

Los diez capítulos de este libro, publicado por Ediciones Universitarias de Valparaíso, incluyen reflexiones, testimonios y consideraciones jurídicas. Hay en él distancia y proximidad. No busca impresionar. Ayuda a comprender.

La sinodalidad aparece como camino hacia la comprensión, la reparación y la prevención. Con ello se significa la limitación del clericalismo exclusivo y excluyente, y la necesaria consolidación de una comunidad de fieles que transita hacia la vida buena y digna de ser vivida, animada por la fe y tonificada por la confiada esperanza en un futuro venturoso.

En tiempos como los actuales la religión no disminuye, aumenta su importancia. Ello es independiente de las denominaciones que adopte y de las formas de ejercer magisterio las instituciones que la corporizan. La voluntad de creer, como advertía William James, es inherente a todo ser humano. Y si bien las instituciones son falibles, la fe permanece.

ANDRENIO