Paul Schrader debió compartir la celebridad de sus compañeros de generación —Scorsese, Coppola, De Palma—, ya por sus brillantes guiones iniciales, como Yakuza o Taxi Driver, ya por sus propias películas, únicas en su tipo, como Gigoló americano o Mishima. Pero desde los 90 en adelante la producción y la distribución se volvieron mezquinas u hostiles con Schrader. Sus películas han sido cada vez más difíciles de ver fuera de circuitos reducidos.
Schrader, hijo de una severa familia calvinista, es el cineasta norteamericano con más intensos y tortuosos sentimientos religiosos. Su tema persistente es la exploración en ese borde donde la fe se funde con la obsesión y la locura, siempre en la búsqueda de respuestas desesperadas.
La iglesia de la salvación va directo al grano. Trata de un pastor, Ernst Toller (Ethan Hawke), que está a cargo de la parroquia histórica de Snowbridge, fundada por los colonos en 1767, y que ahora es administrada por la corporación protestante Abundant Life. A sus 46 años, Toller ha perdido a un hijo en la guerra de Irak, lo que desintegró su matrimonio y lo hundió en una desesperación de la que solo se ha salvado con su trabajo en la iglesia.
En esa posición recibe a Mary Mensana (Amanda Seyfried), que está embarazada y se enfrenta al deseo de su novio Michael (Philip Ettinger) de que aborte, porque le parece demasiado cruel traer a un niño a un mundo que se está destruyendo a sí mismo con unos sistemas de producción que aumentan el calentamiento global. Convencido de que la humanidad pasó el punto de no retorno en el 2015, Michael vive en una desesperación sincera y su percepción apocalíptica empieza a invadir al pastor, que contempla a su alrededor los signos de la corrupción en su propia iglesia.
Esta es una reformulación del Diario de un cura rural, la novela de Bernanos y la gran cinta de Robert Bresson, a la que tributa con un ascetismo similar: encuadres despojados, una cuidadosa construcción interior y una concentración en los rostros y los pequeños gestos reveladores. Hay también toques de Mi secreto me condena, de Hitchcock; Solaris, de Tarkovski, y una deriva hacia Taxi Driver. Es un cine culto, pero sin pedantería. Y como ha sido su talento de siempre, Schrader es capaz de actualizar estas referencias y traducirlas a las concretas angustias contemporáneas. Toller es un pastor atormentado por razones nuevas, pero con la misma angustia existencial que primero se contentaría con arrasar el mundo, pero que finalmente encuentra la única salida en la fe, aun impotente, aun desquiciada.
La iglesia de la salvación es una de las mejores películas de Paul Schrader, que es lo mismo que decir que es una de las mejores de los últimos años.
First reformed
Dirección: Paul Schrader.
Con: Ethan Hawke, Amanda Seyfried, Cedric The Entertainer, Philip Ettinger, Victoria Hill, Michael Gaston, Bill Hoag. 113 minutos.
En Netflix