P. CIFUENTES

De la mano con evaluar la renovación del estado de excepción que vence el 30 de junio, en La Moneda existe otra interrogante: ¿mantener o no el toque de queda?

Ayer, distintos parlamentarios, principalmente de Chile Vamos, llamaban a flexibilizar la medida o incluso eliminarla, argumentando que se llevaba más de un año restringiendo las libertades de las personas y se cuestionaba su efectividad para controlar la pandemia.

En Palacio señalan que la permanencia de esta medida se va evaluando cada semana y que su discusión es independiente a la de la continuidad del estado de excepción, ya que no implica necesariamente aplicar el toque de queda.

En ese sentido, entre personeros de gobierno existe la percepción de que hay que empezar a normalizar la situación y acortar el toque de queda, para avanzar en mayores libertades. Pero, hasta este momento, en el Ejecutivo indican que es complejo profundizar en ese debate cuando las cifras diarias de contagios por covid-19 rondan los siete y ocho mil casos. De allí que algunos manifiestan su intención de que al menos hasta fin de mes —cuando se tenga que discutir una renovación del estado de excepción— se siga implementando esta medida.

Una de las razones que la sostienen en pie, señalan en Palacio, es que aún no ha caído la curva de contagios de las personas más jóvenes. Este sería un factor importante a la hora de tomar una decisión, ya que este grupo etario es el que suele participar de más eventos sociales durante la noche, lo que hoy restringe el toque de queda, y aún no se encuentran mayormente vacunados. Por lo mismo, se apostaría a que avance el proceso de vacunación en estos grupos para comenzar a acotar las medidas sanitarias.

Para ello también será importante lo que ocurra la segunda quincena de junio, período en que el Gobierno espera que los números de contagios disminuyan. Así lo dijo el ministro de Salud, Enrique Paris, el fin de semana: “El 15 de junio es probable que tengamos un efecto más claro de la vacuna”, expresó.

Asimismo, en el Gobierno defienden la efectividad de la medida ante las críticas. Si bien saben que mientras más largo es el tiempo de vigencia la gente se comienza a relajar, plantean que aún es mayor la cantidad de personas que cumple con la restricción.

En cuanto al estado de excepción, en La Moneda hay quienes se inclinan por extenderlo una vez más, ya que si bien se podrían eliminar cuarentenas o el toque de queda, va de la mano con medidas como cordones sanitarios y beneficios, entre estos, el posnatal de emergencia.

“Para tener la caja de herramientas disponible en caso de que los números de la pandemia aumenten, pero no necesariamente ocuparlas todas”, comenta una alta fuente de gobierno.

En caso de que se elimine el toque de queda, se evalúa limitar de otra forma actividades, reuniones sociales o el funcionamiento de locales en determinados giros.

Con todo, en el Ejecutivo señalan que en el Congreso Nacional tendrá que darse esta discusión, en caso de que el Gobierno solicite una prorrogación del estado de excepción. Esto, ya que según la Constitución, cuando el estado de excepción de catástrofe supera un año de vigencia, el Ejecutivo necesita la venia de los diputados y senadores para prorrogarlo por tres meses más.

El lunes, el ministro Paris dijo que se estudiará si se pedirá su renovación.