“Quedé con tristeza, amargura, porque la selección entregó todo ante Bolivia y no pudo ganar. Pero cometió un error fundamental, no poner un hombre de área, porque muchas veces el balón se cruzó por el área chica y no había nadie para empujarlo. Y no es problema solo del ‘9', porque hay que ver cuántas pelotas llegan con ventaja. Eduardo Vargas jugó 30 minutos muy buenos, pero después no fue abastecido, empezó a rondar el área y se necesita un tipo metido dentro de ella. Alexis (Sánchez) lo mismo, se empezó a tirar atrás, a meter diagonales, pero tampoco entraba al área”, reflexiona el mundialista Carlos Caszely después del 1-1 ante Bolivia que ubica a la Roja en la 7ª posición (era 6ª antes de jugar con Argentina), fuera de los cuatro boletos y medio rumbo a Qatar 2022.

“La selección necesita con urgencia un ‘lauchero', un ‘pepero'; me quedé con ganas de ver al chico que trajeron del fútbol inglés (Ben Brereton), era un partido para él. No estoy al día en los detalles, pero pude ver algunos compactos de él y hace todos los goles ahí como ‘9' clásico. ¿Qué hacer? Yo me atrevería a darle una chance al chico de Colo Colo, a (Luciano) Arriagada, ha demostrado que puede puede jugar con presión; lo mismo al ‘colorado' (Leonardo) Gil, porque él mete pases filtrados para los delanteros, habría que verlos. Insisto, Chile jugó muy bien, pero no tenía un hombre de área”.

—¿Usted se haría rico en este equipo, Carlos?
“No solo yo, también Juan Soto, Carlos Campos, Luis Hernán Álvarez, Julio Crisosto, cualquiera que juegue metido en el área”.

La falta de gol de Chile es a prueba de incrédulos. Según el cómputo de Data Factory, el combinado nacional es el tercer equipo que más patea al arco rival en la actual clasificatoria, después de Brasil y Argentina, pero el sexto en tantos anotados (ocho en seis juegos). Alexis Sánchez y Arturo Vidal ya no solo hegemonizan el juego, sino también la faena goleadora, porque hasta antes del choque del martes con Bolivia, en las seis jornadas precedentes de premundial todos los tantos nacionales habían sido convertidos por los futbolistas del Inter.

Esta tendencia viene de más atrás. Si se consideran los últimos 17 cotejos de clasificatorias, Chile marcó 18 veces, de los cuales siete fueron obra del “Niño Maravilla” y seis del “King”. Vargas (2), Esteban Paredes (2) y Erick Pulgar completan el registro. “Turboman” mastica su propia sequía, con 11 partidos sin convertir (nueve oficiales y dos amistosos). Su último tanto fue ante Japón en la Copa América 2019.

La segunda peor campaña con este calendario

En relación al juego, el Chile de Martín Lasarte mostró nuevos y mejores argumentos. Hasta la 4ª fecha, con Reinaldo Rueda en el timón, la selección promediaba por partido 5,5 remates al arco, un 53% de posesión, 381 pases correctos y recibía 6,2 disparos a puerta, mientras que en el bloque de los juegos ante Argentina y Bolivia las cifras (altamente condicionadas por la estadística del trámite en San Carlos de Apoquindo) dan cuenta de diez remates, 61% de dominio, 497 pases y siete tiros concedidos.

“Chile mejoró mucho en volumen de juego. Es un dicho viejo, pero es cierto: la capacidad de un equipo de crear situaciones de gol es muy relevante y la selección generó mucho. Después, claro, hay que convertir (…) Con el nuevo entrenador el equipo siguió una línea, recuperó su forma; posesión siempre tuvo, aunque en alguna etapa la perdió, pero mostró variedad en ataque, jugando mucho de la orilla hacia el centro, más juego interior. Lasarte le sumó más seguridad defensiva y le dio por sobre todo más flexibilidad, no se vio una selección tan rígida como se veía el año pasado, los jugadores intercambiaban posiciones, ahora era menos previsible, un ataque más fresco. Uno pensaba que podía ser el partido para el muchacho inglés (Brereton), pero el técnico tendrá sus razones. El equipo dejó buenas sensaciones y creo que todavía hay tiempo para recuperar puntos”, analiza Luis Musrri, mundialista de Francia 1998.

Con 36 puntos todavía por disputar (Chile suma seis) y con una meta referencial de 28 unidades para asegurar la cuarta plaza o bien la repesca, la Roja se mantiene en carrera. En las clasificatorias anteriores, con diez equipos en competencia, el último clasificado directo entró al Mundial con 27 (2018), 28 (2010), 28 (2006) y 30 puntos (2002).

De todas formas, con la actual producción Chile tiene su segundo peor rendimiento desde que se juega en el formato “todos contra todos”, porque considerando los mismos rivales que ha enfrentado en los seis primeros partidos de las eliminatorias para Qatar 2022, la Roja solo supera el rendimiento de la fallida ruta para Japón-Corea del Sur 2002.