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Editorial
Jueves 10 de junio de 2021
Más avances en energías renovables
Sin subsidios importantes, políticas públicas estables y eficientes han permitido atraer las inversiones a la par con la baja de costos.
La central de Cerro Dominador entró en sincronía con el sistema eléctrico nacional, con lo que puede comenzar a entregarle energía. Se trata de la mayor central de concentración solar en Sudamérica, con una capacidad total —incluyendo una sección de tecnología fotovoltaica— de 210 MW. La componente de concentración solar tiene la ventaja de proveer energía continua y permanente, resolviendo el problema de la variabilidad de las energías renovables más tradicionales, como la eólica o precisamente la fotovoltaica.
La planta comenzó a construirse en 2014, con un pequeño aporte estatal, por ser una nueva tecnología. Su propietaria quebró en su país de origen, por lo que el proyecto se detuvo hasta que otros inversionistas lo compraron. La concentración solar opera mediante miles de grandes espejos orientables que concentran la radiación solar en un estanque de sales fundidas instalado sobre una torre de 205 metros de altura. La sal fundida a alta temperatura se usa para generar vapor, el que impulsa una turbina conectada a un generador. A la salida de la turbina, el vapor se condensa en agua que se reutiliza. La ventaja de disponer de miles de toneladas de sal fundida es que esta opera como una reserva de energía que permite generar cuando no hay sol.
La concentración solar es, así, una tecnología limpia y que ofrece un servicio continuo. El problema es que desde 2014, cuando el proyecto comenzó, los costos de las energías eólica y fotovoltaica han caído en forma dramática: hoy pueden ser cinco veces menores que los de la concentración solar, y esa diferencia permite compensar la desventaja de su variabilidad. Por ello, actualmente hay pocos proyectos de concentración solar en construcción en el mundo. De hecho, la caída de costos ha sido tan grande que solo este año ingresará al sistema interconectado nacional casi tanta capacidad renovable como la capacidad total de concentración solar en el mundo.
Producto de estos bajos costos, nuestra política de descarbonización ha sido exitosa, y objetivos que parecían difíciles se han logrado en forma adelantada. Esto, a su vez, alienta a seguir elevando las metas: acaba de anunciarse la intención del Gobierno de que en 2030 el 40% de la energía corresponda a fuentes no convencionales. Los avances se han conseguido sin subsidios importantes, porque las políticas públicas sectoriales han sido estables y eficientes, atrayendo inversiones a medida que bajaban los costos. Además, disponemos de condiciones excepcionales en distintas regiones. Otros países latinoamericanos han enfrentado dificultades con sus políticas en esta materia, porque ellas han sido erráticas o, también, porque poseen industrias de hidrocarburos que cuesta abandonar. Por ejemplo, en México, el Presidente ha adoptado políticas que favorecen a los combustibles producidos por Pemex por sobre las energías renovables, pese a los compromisos que el país había asumido.
Con todo, a medida que aumenta la capacidad eólica y fotovoltaica, el sistema eléctrico comienza a tener problemas de estabilidad. Esta dificultad complica el programa de descarbonización, porque deben seguir usándose —en forma ineficiente— centrales termoeléctricas para equilibrar el sistema. Se han estudiado muchas opciones, incluyendo el reciclaje de plantas termoeléctricas combinadas con generación fotovoltaica, almacenamiento por bombeo, baterías de alto costo u otras alternativas. Cerro Dominador, en todo caso, no presenta este problema, justamente porque puede operar de modo permanente.
A fines de este año, el sistema contaría con una capacidad de generación de más de 11.000 MW de energías renovables no convencionales . Esto es más que la demanda máxima nacional. Sin embargo, en promedio, las renovables generan alrededor de un 30% de su capacidad, por lo que aún se requiere de mucha inversión para alcanzar la meta de un 100% renovable a 2050. Para que ello se logre será necesaria también más capacidad de transmisión que permita llevar la energía a los centros de demanda. Alcanzar un objetivo como este requiere, por cierto, seguir contando con reglas estables y eficientes.