El Mercurio.com - Blogs : Entre lo gremial y lo político
Editorial
Martes 23 de marzo de 2021
Entre lo gremial y lo político
No le hace bien al país que la conducción del Colegio Médico asuma una línea de descalificación y conflicto.
Durante su primer período como presidenta del Colegio Médico, la doctora Izkia Siches desarrolló un estilo que tuvo diversos y a veces contrapuestos rasgos. En los inicios de la pandemia, su intervención fue decisiva para conseguir el consenso político que permitió postergar el plebiscito constitucional; también jugó un papel importante al convocar a destacados economistas para formular una propuesta transversal, que constituyó un antecedente clave para el acuerdo que permitió crear el Fondo Covid. Tales actuaciones y una alta empatía le permitieron ganar visibilidad y aprecio ciudadano en las encuestas. En paralelo a esa actitud constructiva, hubo sin embargo otros momentos en que privilegió la confrontación directa con las autoridades, particularmente con el entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich. Tal línea pareció cambiar tras la salida de Mañalich y la llegada de Enrique Paris a la cartera, en lo que pueden haber incidido tanto la personalidad afable del nuevo ministro como la propia gravedad de la pandemia, que ameritaba una actitud cooperadora para con la realidad sanitaria del país.
Muestra de lo controversial de la conducción desplegada por la doctora Siches, pese a la alta aceptación ciudadana referida, a fines del año pasado sostuvo una estrecha competencia por la reelección frente a su colega Renato Acuña: el resultado se decidió por 51,8% contra 47,4% de los votos, indicativo de que un número cercano a la mitad de los afiliados al Colegio Médico desaprobaba su gestión o al menos rechazaba su continuidad.
Sus actuaciones recientes —una controvertida entrevista en un podcast y una inserción en la prensa, en la que el Consejo del Colegio hace reclamaciones salariales y respecto de cuestiones gremiales, ambas con un lenguaje descalificador y agresivo hacia las autoridades de salud— han generado reacciones encontradas. Ellas parecen indicar que en el actual escenario la dirigenta ha vuelto a escoger el camino del desafío político como forma de plantear a su gremio ante la sociedad. Tal vez, las dificultades para controlar los contagios en la víspera de las elecciones del próximo 11 de abril son vistas por Siches y la actual directiva del Colegio como una oportunidad para revalidar sus duras críticas a la conducción del Gobierno frente a la pandemia, las que habían sido opacadas por el exitoso proceso de vacunación, cuya velocidad ha sido reconocida mundialmente, pero que, sin embargo, aún no ha alcanzado la cuantía necesaria para generar un quiebre en la curva. De hecho, en el mencionado podcast la profesional sugiere que si el Gobierno hubiese seguido las minutas que ella entregó a las autoridades en distintas oportunidades, los contagios y las muertes pudieron haber sido mucho menores. Pero, cuando el mundo entero ha tenido distintas y contrapuestas experiencias durante esta pandemia, pretender haber tenido la fórmula correcta para Chile no pasa de ser una suposición como tantas otras.
Se podrá argüir que las reclamaciones salariales sí responden a inquietudes gremiales y no políticas. Sin embargo, el tono y la forma en que se presentan —la declaración pública se titula “tres años de un gobierno maltratador con la comunidad médica” y en el podcast la dirigenta afirma que “este es el peor gobierno que le ha tocado a la medicina en Chile”— parecen más propios de la búsqueda por marcar un punto político que un intento por alcanzar soluciones a los problemas planteados.
Algunos analistas han advertido en las actuaciones de la doctora Siches el objetivo de construir una plataforma política futura, como, por lo demás, ya lo han hecho otros presidentes del Colegio Médico en el pasado. Más allá de esas especulaciones, y luego de haber ganado la última elección gremial, resulta indudable que su presidenta puede legítimamente definir el camino que estime más adecuado para ejercer su conducción. Con todo, asumir una línea de descalificación y conflicto no le hace bien al país: tiende a dividirlo, cuando la unidad es fundamental para enfrentar la pandemia, especialmente en esta etapa, y tiende también a introducir roces en la forma de abordar la crisis sanitaria, en momentos en que el personal de salud lucha denodadamente en los hospitales y clínicas por cuidar y salvar vidas.
El futuro dirá si esta estrategia gremial y política de la doctora Siches es exitosa o no.