Señor Director:

Quisiera destacar el interesante reportaje de “Historias alrededor de la plaza”, del sábado pasado, en el que se describe la historia de la instalación de la escultura del general Manuel Baquedano. En este, un espacio destacado merece, por supuesto, la historia de su escultor, Virginio Arias Cruz, destacado artista nacional, nacido en Ránquil, en la Región de Ñuble, quien estudió en París y que posteriormente se desempeñó por más de una década como director de la Escuela de Bellas Artes.

Dentro de sus obras más importantes están en primer lugar “El descendimiento”, escultura en mármol, que se encuentra en el Museo Nacional de Bellas Artes, en que se representa a Cristo recién bajado de la cruz. Otra de sus obras destacadas es la escultura dedicada al “Roto chileno”, situada sobre un monumento de cuatro columnas que parten desde una pila de agua en la Plaza Yungay.

En la Casa Central de nuestra universidad, tenemos una obra de Virginio Arias dedicada a la “Madre mapuche”, una preciosa escultura en bronce que refleja de manera extraordinaria la relación de una madre y su hijo mientras lo amamanta en sus brazos. La delicadeza de sus formas y volumen sobrecoge transmitiendo el mensaje de la maternidad.

Hay que destacar y cuidar el patrimonio cultural de nuestros artistas, el que merece el mayor respeto, por ser parte de nuestra historia y raíces como nación. Es nuestro deber cuidarlo y protegerlo para poder entregarlo a las futuras generaciones.

Ignacio Sánchez D.
Rector Pontificia Universidad Católica de Chile